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Batalla de las Naciones



La batalla de Leipzig (16 al 19 de octubre de 1813),[2]​ también llamada batalla de las Naciones,[3]​ fue el mayor enfrentamiento armado de todas las guerras napoleónicas y la batalla más importante perdida por Napoleón Bonaparte.

Tras la desastrosa campaña en Rusia y las derrotas en la Guerra de la Independencia Española, las fuerzas antifrancesas se habían reagrupado de forma cautelosa en la Sexta Coalición, que comprendía al Reino Unido, Rusia, España, Portugal, Prusia, Austria, Suecia y ciertos pequeños Estados alemanes. Se encuentran varias cifras para el número de soldados que luchaban en la batalla, por ejemplo 530 000 soldados en total, con 330 000 de la Coalición y 200 000 del ejército de Napoleón,[2]​ o 505 000 soldados en total, con 320 000 de la Coalición y 185 000 del ejército de Napoleón.[4]

Napoleón, para restablecer su dominio en Alemania, logró dos victorias muy disputadas en Lützen (2 de mayo) y en Bautzen (20 de mayo), aunque no pudo derrotar en ninguna de ellas de una forma decisiva a las fuerzas ruso-prusianas. Estas victorias llevaron a un breve armisticio, aunque este duró menos tiempo de lo que era usual. Las fuerzas de la Coalición, mandadas por Gebhard Leberecht von Blücher, el príncipe Carlos XIV Juan de Suecia (el antiguo mariscal de Napoleón, Jean Baptiste Bernadotte) y Carlos Felipe de Schwarzenberg, Príncipe de Schwarzenberg, siguieron la estrategia trazada por el Plan Trachenburg de evitar choques con Napoleón, aunque buscando el encuentro con sus mariscales, quienes le llevaron a la victoria en Grossbeeren, Kulm, Katzbach y Dennewitz.

El mariscal Nicolás Oudinot fracasó en su intento de conquistar Berlín con su ejército de 60 000 hombres, y Napoleón se vio forzado a retirarse hacia el oeste debido al peligro que le acechaba al norte, cruzando el Elba a finales de septiembre y concentrando sus fuerzas en los alrededores de Leipzig para proteger sus líneas de suministro y hacer frente allí a los aliados. Napoleón organizó a su ejército en Leipzig, aunque sus tropas se extendían desde Taucha hasta Stötteritz (donde Napoleón instaló el puesto de mando), y curvando luego la línea al sudoeste hacia Lindenau. Los prusianos avanzaban desde Wartenburg, mientras que austriacos y rusos lo hacían desde Dresde y las fuerzas suecas se aproximaban por el norte. En total, los franceses contaban con 190 000 soldados, mientras que los aliados tenían casi 330 000, con gran cantidad de artillería por ambas partes (haciendo un total aproximado de unos 2500 cañones sobre el campo de batalla).

La batalla se inició el 16 de octubre con un ataque de 78 000 soldados aliados desde el sur y 54 000 por el norte, mientras Napoleón concentraba el grueso de su ejército en el sur. La ofensiva aliada tuvo poco éxito y se retiró de nuevo, pero ahora las rebasadas fuerzas de Napoleón no podían romper las líneas enemigas, lo que dio lugar a una dura lucha estancada. Al día siguiente los contendientes libraron escaramuzas mientras esperaban que llegaran los refuerzos y fueran reorganizados. Los franceses recibieron solo 14 000 hombres adicionales, mientras que los aliados tuvieron 145 000 efectivos de refuerzo, lo que incrementó enormemente su capacidad ofensiva. El 18 de octubre, los aliados lanzaron un gran asalto por todas partes. En más de nueve horas de lucha, en las que ambos contendientes sufrieron grandes pérdidas y solo la bravura de las tropas francesas evitó la ruptura de sus líneas, los franceses fueron lentamente empujados hacia Leipzig.

Napoleón vio finalmente que la batalla estaba perdida, y en la noche del 18 al 19 de octubre empezó a retirar a la mayoría de su ejército cruzando el río Elster. La retirada se desarrolló en orden hasta la entrada de la tarde, cuando el único puente fue destruido por error, haciendo que la retaguardia francesa fuera capturada por los aliados, mientras trataban de cruzar el río a nado.

El número total de bajas es incierto, aunque se estiman entre los 80 000 y los 100 000 muertos o heridos entre ambos contendientes. Tomando un cálculo aproximado de 95 000, la Coalición podría haber perdido unos 55 000 y los franceses 40 000, con alrededor de 30 000 franceses prisioneros. Entre las bajas se encontraba el mariscal francés Józef Antoni Poniatowski, quien había recibido el bastón de mando de mariscal el día anterior. La batalla terminó con la presencia del Primer Imperio francés al este del Rin, y añadió algunos Estados alemanes a la Coalición.

La batalla se recuerda en la ciudad de Leipzig con numerosos monumentos (Völkerschlachtdenkmal) y por las 45 piedras apiladas que señalan las líneas más importantes de las tropas francesas y aliadas.




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