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Bienvenido paisano



Bienvenido Paisano, es una película mexicana, calificada como comedia de situación. Fue producida en 2006 por "Galáctica Films S.A." de C.V., "Trata Films S.A." y Estudios Churubusco Azteca S.A., y dirigida por Rafael Villaseñor Kuri. [1]

La película irrumpe en el silencio cotidiano como una sátira cómica, similar a una leve crítica circunstancial, que atraviesan las personas que regresan a México después de haber trabajado en los Estados Unidos. Se presenta, a su vez, como bandera de interculturalidad entre dichos estados norteamericanos.

Con estos tópicos, la cinta hace referencia a los rasgos culturales existentes entre las personas que recuerdan sus raíces y aquellas a las que, nacidas en suelo estadounidense, les son inculcadas (con poco grado de asimilación probablemente) debido a que el choque de identidades les dificulta adaptarse a ellas. De igual forma la película ofrece una crítica indirecta al Programa Paisano del INM, el cual pretende la seguridad de las personas connacionales del estado mexicano.

El Señor Epifanía, oriundo de Zacatecas, llega a Estados Unidos en condición de ilegal; con el paso del tiempo logra establecerse en una conocida ciudad estadounidense adquiriendo un buen empleo y una vida estable. Abre un negocio de jardinería y forma una bonita familia. Todo parece estar bien, hasta que un inesperado día recibe una llamada de México indicando que su hermano, que ya estaba en una condición grave de salud, desea verlo tan pronto como sea posible.[2]

Todo comienza con un día, como cualquier otro, cuando el Sr. Epifanía y sus trabajadores (entre amigos y familiares radicados en la misma ciudad), trabajaban en el mantenimiento de un jardín, como todos los días. Un día recibe una llamada en su teléfono móvil de un pariente de Zacatecas, quien le informa que la condición de su hermano, Isidro, es crítica y que no le queda mucho tiempo de vida. Desairado por la noticia, el protagonista continúa la jornada; hasta que llega acompañado por su esposa, Juanita, a una fiesta sorpresa organizada por sus conocidos y familiares para celebrar su cumpleaños. Todo continua de manera agradable, hasta que apartados un poco de la multitud de la fiesta, él da la noticia a su esposa de las condiciones de salud de su hermano, hecho que provoca planear un viaje, aprovechando las vacaciones y el permiso ya solicitado a las respectivas escuelas.

Mientras tanto, los dos hijos de este matrimonio, reciben la noticia de manera dispar. A la hija, Epifanía, que es ciudadana estadounidense por nacimiento, no le agrada dicha minuta, por lo que se rehúsa a ir a México, dado que sus planes incluían ir a Hawái. Por otro lado el hijo, Cenobio, que es también estadounidense, recibe con más entusiasmo la noticia, aunque con la misma incertidumbre. Epifanía, come alimentos picantes sin querer, por lo que su mamá le previene de nuevo. Ambos hijos, acaban aceptando ir con sus padres y empiezan con los preparativos, en estos incluyen ciertos regalos que otros conocidos traen para que ellos puedan entregarlos, y finalmente la familia puede emprender la travesía de regreso a México.

En el transcurso del viaje, dentro de territorio estadounidense, ocurren variadas situaciones, un tanto dispares, como la diferencia cultural de la madre con su hija, Epifanía, a quien le disgusta la música vernácula mexicana; la carga que traían des-balanceada, además de que en ese mismo momento llueve, da por resultado una infracción, obtenida por Epifanía al conducir con exceso de velocidad. En ciertos puntos de alojamiento, el humo de un cigarrillo encendido por Epifanía, provocan la activación de alarmas contra incendios para vergüenza de la familia. Finalmente la familia llega a la frontera, ingresando a territorio mexicano por Matamoros.

Una vez dentro de territorio mexicano, el viaje sigue siendo peculiar, dejando en evidencia la corrupción en las aduanas, que logran sortear. Comer nuevamente platillos mexicanos después de tanto tiempo, a su vez le provoca a Epifanía un fuerte malestar estomacal, con una diarrea prominente, debido a que no había comido nada de su patria desde hacía mucho. La familia pasa por otras dificultades, como revisiones y un retén de camioneros el cual sortean, pero perdiendo las maletas de sus pertenencias personales y lo que habían traído para los parientes. En otra parada del viaje para pasar la noche, todos discuten la posibilidad de quedarse en México, pero de cuatro miembros de la familia, tres están en contra, lo que pone a pensar a Epifanía y a los dos hijos, quienes también admiran la atmósfera de la noche en México. Una vez que arriban a Zacatecas, y sin premura alguna, se dirigen al pueblo de donde es originario Epifanía. A pesar de todo lo ocurrido, llegan al pueblo de manera alegre y son recibidos por su parentela. El hermano de Epifanía, Isidro, ya había fallecido la madrugada anterior y en su agonía, había solicitado contactarse con su hermano.

Los hijos de Epifanía logran conectar con los orígenes y la forma de vida del país de sus padres. La familia sigue atravesando situaciones desafortunadas durante su recorrido por el pueblo. El hijo decide quedarse en México, al conocer una amiga con la que entabla relación.

Mientras tanto, el Sr. Epifanía, Epifanía y su madre, al tratar de ingresar de nuevo a territorio estadounidense, son rechazados por la falta de pasaporte y demás documentos migratorios. Deciden intentar cruzar como ilegales, pero Epifanía es herida de bala por un agente al no percatarse de que ella sí era ciudadana americana y que, además, estaba pidiendo apoyo y auxilio a los agentes fronterizos. Afortunadamente, todo se aclara y recuperan sus documentos, los mismos que fueron confiscados por un Spring Breaker que los intentó utilizar de forma fraudulenta. Finalmente, regresan a Illinois sin premura alguna, además de ser recibidos en condición de residentes y como ciudadana americana.



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