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Carlota de Holstein-Gottorp



Eduvigis Isabel Carlota de Holstein-Gottorp (Hedvig Elisabet Charlotta), más conocida simplemente como Carlota (Eutin, 22 de marzo de 1759-Estocolmo, 20 de junio de 1818), fue una reina consorte de Suecia y de Noruega, esposa de Carlos XIII de Suecia (Carlos II de Noruega).

Sus escritos epistolares y los de su diario personal permiten conocer las relaciones y las intrigas que se producían en el seno de la corte y entre la aristocracia sueca.

Carlota nació en Eutin, localidad donde viviría de manera tranquila sus primeros años de vida. Su tierra, el ducado de Holstein-Gottorp había sido reducido de tal manera que había perdido prácticamente toda su significancia. Era hija de Federico Augusto de Holstein-Gottorp, obispo de Lübeck y duque de Oldemburgo y de su esposa, la princesa Ulrica Federica de Hesse-Kassel. Era sobrina del rey Adolfo Federico de Suecia y por lo tanto prima de Gustavo III y de su esposo Carlos XIII.

En 1774 fue considerada por el rey Gustavo III de Suecia para ser la futura esposa de su hermano menor el duque Carlos de Södermanland (posteriormente Carlos XIII de Suecia). Tras aceptar la propuesta, Carlota y Carlos se casaron en Estocolmo el 7 de julio de 1774. A partir de entonces Carlota recició el título de duquesa de Södermanland.

En su matrimonio la duquesa tuvo que lidiar con el carácter ligero de su marido y con las aventuras amorosas que éste sostenía de manera frecuente. De su matrimonio sólo nacería un hijo, Carlos Adolfo, el 3 de julio de 1798, quien apenas sobreviviría 7 días. El 2 de julio de 1797, un año antes, nació muerta una hija, Luisa Eduvigis.

Carlota se ganaría una posición favorable en la corte de Gustavo III. Se dice que era una mujer resuelta y buena conversadora. Hizo una sólida y duradera amistad con su cuñada la princesa Sofía Albertina y con la condesa Sofía von Fersen. Sirvió como una especie de mediadora en las disputas dentro de la familia real.

Su influencia en la familia real continuó en aumento durante el reinado de Gustavo IV Adolfo. Tras la revolución del 13 de marzo de 1809 que derrocó a Gustavo Adolfo, Carlota se alineó en el bando gustaviano y trabajó para que el hijo del rey, el príncipe Gustavo heredara el trono bajo la tutoría del duque Carlos de Södermanland. Sus planes fracasaron, pues toda la descendencia de Gustavo IV Adolfo fue rechazada en la sucesión. Así se optó por nombrar al duque Carlos como nuevo rey de Suecia el 29 de junio de 1809, y Carlota se convirtió en reina. En 1814 los soberanos suecos se convirtieron también en reyes de Noruega.

Ante la carencia de hijos por parte de los reyes, Carlota continuó apoyando la propuesta de que los Holstein-Gottorp se mantuvieran en el trono, a través del príncipe Gustavo, pero el parlamento negó rotundamente el regreso de la familia de Gustavo IV Adolfo. En lugar de ello, se optó por adjudicarle hijos adoptivos al rey y Jean-Baptiste Bernadotte se convirtió en heredero desde 1810. La dinastía Holstein-Gottorp se extinguió en Suecia con la muerte de Carlos XIII el 5 de febrero de 1818. Carlota falleció unos meses después, el 20 de junio de 1818, en Estocolmo.

A través de los escritos secretos en su diario, Carlota describió los acontecimientos históricos de sus tiempos en la corte, desde 1775 hasta poco antes de su muerte. Originalmente escritos en francés, se tradujeron y publicaron en sueco y han sido considerados durante los años posteriores como documentos importantes en el estudio de la historia de Suecia. Se conservan también las cartas mensuales resultado de su correspondencia con Sofía von Fersen a partir de 1800; al igual que su diario, sus escritos epistolares dan cuenta de las intrigas que operaban en la corte sueca de su tiempo.





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