Castañar de Ibor (Castañal d'Ibol en extremeño) es un municipio español de la provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura. Pertenece a la mancomunidad de Villuercas-Ibores-Jara, situada al Sureste de la provincia. Con más de 1000 habitantes, Castañar de Ibor es el municipio más poblado de Los Ibores.
El pueblo se encuentra en la carretera EX-118 que une Guadalupe con Navalmoral de la Mata. En su término municipal se encuentran la Cueva de Castañar de Ibor y el despoblado de La Avellaneda. El municipio es conocido por su entorno natural y por la arquitectura popular condicionada por lo abrupto del emplazamiento de su casco urbano.
El escudo y la bandera de Castañar de Ibor fueron aprobados mediante la "Orden de 19 de febrero de 1990, de la Consejería de la Presidencia y Trabajo, por la que se aprueba el Escudo Heráldico y Bandera Municipal del Ayuntamiento de Castañar de Ibor (Cáceres)", publicada en el Diario Oficial de Extremadura el 1 de marzo de 1990 y aprobada por el Consejero de la Presidencia y Trabajo Manuel Amigo, luego de haber aprobado el expediente el pleno municipal el 24 de junio de 1989 y haber emitido informe la Real Academia de la Historia el 9 de febrero de 1990. El escudo se define oficialmente así:
La bandera se define oficialmente así:
El término municipal de Castañar de Ibor limita con:
Castañar se sitúa en la mancomunidad de Villuercas-Ibores-Jara y su extenso término municipal se ubica entre los 1150 m de altura del monte conocido como Camorro y los 690 m del valle del río Ibor. Cuenta con un relieve apalachiense muy abrupto, que se manifiesta especialmente en los espectaculares montes de la margen izquierda del río Ibor, pertenecientes a la Sierra de Villuercas, donde escarpadas peñas se elevan abruptamente desde la falda erosionada de las montañas.
El bosque de castaño da nombre al municipio y es, en efecto muy abundante, especialmente hacia el Sur. Encina y olivo son tan abundantes en el municipio como el castaño y, además, muy productivos. Se puede decir que este último árbol es el motor de la economía local.
Estas tres especies, combinados con el resto de flora, abundante tanto en cantidad como variedad, forman bosques de gran riqueza paisajística, salpicados por cultivos y por pedregales. Actualmente, parte de esta riqueza se ve esquilmada por un grave incendio forestal que, en verano de 2005, arrasó cientos de hectáreas en Las Villuercas y Los Ibores.
Existe una gran variedad de fauna. No es raro ver grandes aves rapaces y carroñeras (águilas reales, perdiceras y culebreras, buitres negros y leonados, alimoches, etc.) además de cigüeñas negras y pájaros más pequeños, como el mirlo, la perdiz, la codorniz o el martín pescador. Grandes mamíferos, como el jabalí, el venado, el corzo, el gamo o el muflón campan por los montes, mientras que en los ríos aún es posible ver nutrias.
En las cumbres y riscos predominan las cuarcitas armoricanas, mientras que en los valles hay pizarras y calizas dolomíticas y sobre estas los suelos rojos de arcillas de descalcificación. En las laderas de las montañas aparecen acumulaciones de cantos angulosos y poco erosionados que también constituyen un elemento paisajístico notable y que son conocidas como "pedreras". Al norte de la población destacan las plataformas amesetadas de las Rañas cubiertas de olivos: Rañas de las Mesillas. En Castañar de Ibor se localiza la caverna más interesante de Extremadura, con finos y bellos espeleotemas de aragonito, declarada Monumento Natural de Extremadura. En estas rocas calizas han sido descubiertos los fósiles más antiguos de Europa: Cloudinas carinatas, que son los primeros invertebrados marinos con esqueleto mineralizado que vivieron hace unos 540 millones de años.
Aunque los orígenes del pueblo no están bien documentados, existen en el municipio restos megalíticos, como el dolmen de El Gambete o Los Tres Mojones, que separa los términos municipales de Castañar de Ibor, Bohonal de Ibor y Peraleda de San Román. También aparecen edificaciones que datan de la dominación árabe, como La Torre de los Moros, en las inmediaciones del Río Ibor.
La creencia popular es que en el siglo XV muchos de los habitantes del despoblado de la Avellaneda (situado río abajo, en el mismo término de Castañar) se trasladan a lo que hoy es el pueblo de Castañar de Ibor, a causa de una plaga, dando origen al casco urbano actual. En primer lugar la localidad se llamó Chozas del Castañar, luego Casas del Castañar, más tarde Castañar y finalmente Castañar de Ibor. El Rey Sancho IV incluyó el valle del Ibor en las Tierras de Talavera y por tanto Castañar de Ibor perteneció junto con Guadalupe, el resto del Valle y el Campo Arañuelo a este antiguo alfoz.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, desde 1834 quedó integrado en el Partido Judicial de Navalmoral de la Mata. En el censo de 1842 contaba con 230 hogares y 1260 vecinos.
Tras la Guerra Civil Española, las sierras de Castañar fueron testigos de la guerrilla antifranquista del maquis. Desde los años 1950, y hasta comienzos de los años 80 del siglo XX, el éxodo rural. Desde los 90, aunque la población sigue disminuyendo, lo hace a un menor ritmo.
En la década de los 50 se construyó una pequeña central hidroeléctrica en el Río Viejas, próxima a su confluencia con el Ibor. La infraestructura, integrada en la red de Iberduero, hace que, desde entonces, el pueblo sea casi autosuficiente en abastecimiento eléctrico.
La llegada de la democracia y las décadas posteriores supuso la mejora de las infraestructuras del pueblo, con la construcción de un nuevo edificio para el ayuntamiento, un polideportivo y un centro de salud comarcal.
Así mismo, durante los últimos años el pueblo ha visto la aparición de establecimientos dedicados a la explotación del turismo rural. (Campin, casa rural, etc.).
Una persona muy importante en el desarrollo de las infraestructuras rurales haciendo llegar la luz al pueblo fue Rodrigo Dávila Martín. En su honor se fundó el colegio público Rodrigo Dávila Martín.
Castañar de Ibor ha tenido la siguiente evolución demográfica desde 1900:
El olivar se constituye en principal motor económico de Castañar de Ibor. Además de las grandes extensiones dedicadas al cultivo, varias cooperativas agrarias convierten el fruto de este árbol en un aceite de gran calidad.
El incipiente sector del turismo rural tiene una creciente relevancia. Próximo a las cuevas se ha abierto un campin que permite un fácil acceso a estas y a un centro de interpretación de las mismas. Varias casas rurales y un hostal completan la oferta hostelera orientada al ecoturismo y turismo rural de este municipio.
La principal carretera del municipio es la La EX-118 , que atraviesa el término municipal de norte a sur, tomando los nombres de Avenida de Navalmoral y Avenida de Guadalupe a su paso por el casco urbano. Esta lleva a Bohonal de Ibor, Peraleda de la Mata y Navalmoral de la Mata al norte y a Navalvillar de Ibor y Guadalupe al sur.
Otra carretera destacable es la La EX-386 o Carretera de Robledollano, que une el oeste del pueblo con la Autovía del Suroeste pasando por Robledollano y Deleitosa. De la La EX-118 , al norte del término municipal, sale la carretera provincial CC-79 , que lleva a Fresnedoso de Ibor.
En cuanto al transporte público, hay una línea de autobús a cargo de la empresa Autocares Los Ibores que une Guadalupe con Navalmoral y cuyo recorrido coincide con la EX-118 salvo que pasa por Valdehúncar y desde 2011 también por Robledollano y Fresnedoso.
El pueblo cuenta con un centro educativo, el Colegio Público Rodrigo Dávila Martín. Se construyó en 1961 y abarca los niveles de Educación Infantil, Educación Primaria y ESO.
Castañar de Ibor cuenta con un centro de salud en la Avenida de Guadalupe.
La Cueva de Castañar de Ibor combinan una gran belleza natural con una relativa fragilidad, lo que ha desaconsejado acondicionarlas para abrirlas al gran público. Actualmente se pueden visitar con guías, y en grupos reducidos. Fueron descubiertas en 1967 y declaradas Monumento Natural mediante el Decreto 114/1997 de 23 de septiembre, con el fin de dar especial protección a este espacio subterráneo único.
Aunque el principal foco de atención para el turista rural será la gran riqueza natural del entorno, no se puede pasar por alto lo pintoresco del pequeño casco urbano castañero, enclavado en la ladera de un cerro y caracterizado por calles estrechas con una fuerte pendiente.
La plaza del pueblo, situada en la parte más alta cuenta con unas privilegiadas vistas a la montaña, desde la balconada del ayuntamiento, además de con una recoleta iglesia del siglo XVII y estilo barroco rústico, de la que destaca su altar mayor.
Por la parte baja del pueblo discurren las carreteras que comunica el pueblo con Guadalupe, Navalmoral de la Mata y Deleitosa.
En Castañar de Ibor se celebran las siguientes fiestas locales:
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