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Células madre ováricas



Las células madre ováricas (OSCs), también conocidas como células precursoras de gametos o células germinales femeninas, son células germinales diploides con características de células madre: tienen la habilidad de renovarse y diferenciarse en otros tipos celulares dentro de su tejido de origen.[1]​ Están presentes en invertebrados y en algunas especies vertebradas; y se han estudiado en Caenorhabditis elegans, Drosophila melanogaster y Xenopus laevis (rana africana de uñas). Las OSCs permiten la producción de nuevas células reproductoras femeninas (ovocitos) mediante el proceso de ovogénesis durante la edad reproductiva del organismo.[2][3]

El nematodo Caenorhabditis elegans (C. elegans) tiene la habilidad reproductiva tanto hermafrodita como masculina. En machos, solo ocurre la espermatogénesis, mientras que los hermafroditas pueden producir espermatozoides hasta la edad adulta, cuando la ovogénesis comienza a tener lugar.[4]

Todas las OSCs provienen de una célula de la punta distal (DTC), que actúa como nicho para asegurar que la proliferación germinal tenga lugar. Cuando la DTC entra en mitosis, las células se mueven proximalmente a lo largo del organismo y pasan de la región mitótico-proliferativa al ciclo meiótico. Durante este ciclo, las células completan la profase meiótica antes de pasar a la zona de la ovogénesis (o espermatogénesis, dependiendo del sexo y la edad del organismo).[2][4][5]

D. melanogaster (D. melanogaster), comúnmente conocida como la mosca de la fruta, es un invertebrado dioico (dos sexos). Las moscas hembra tienen dos ovarios, cada uno con 16 ovarioles. El desarrollo de un ovocito maduro a partir de las OSCs es similar al de C. elegans. En D. Melanogaster, el desarrollo en 14 etapas del ovocito va desde el ovariol anterior al posterior. [6]​A continuación, los ovocitos maduros se almacenan en el útero después de pasar por el oviducto, para esperar a la implantación.

En mamíferos, la ovogénesis ocurre en el periodo prenatal. Por eso, la posibilidad de existencia de las OSC en mamíferos genera controversia, excepto en dos especies de lorinos[7][8]​ y tres de murciélagos, donde se ha visto que existen.[9]

En 2004, se encontraron evidencias que probaban la existencia de células madre germinales en ovarios adultos de ratonas, capaces de generar ovocitos a partir de nuevos folículos.[10][11][12]​Sin embargo, este hallazgo fue muy cuestionado debido a las técnicas empleadas para aislar las OSC; [13]​y algunos investigadores prefieren usar el término de "células madre germinales femeninas" en lugar de las Células Madre Ováricas (OSC).[14]

Un estudio publicado en 2015 reportó que la formación de nuevos ovocitos a partir de estas células madre recientemente descubiertas, conocidas como las OSC, han abierto nuevas vías para el tratamiento de la infertilidad femenina.[15][16]

Investigaciones publicadas por Zuckerman et al. en 1951, establecieron el dogma central de que la neo-ovogénesis no ocurría en mamíferos tras el nacimiento. Estas conclusiones fueron apoyadas por otros investigadores como Peters et al., que investigó la síntesis de ADN en ovocitos durante el desarrollo embrionario. Sin embargo, no estudiaron la ovogénesis postnatalmente, de manera que no pudieron realizar conclusiones acerca de la ovogénesis postnatal.[17]​ En 1967, Loannou et al., estudió la proliferación de la ovogonia y si ésta entraba en mitosis. Serían capaces de mostrar esto si hubiese evidencias de actividad mitótica y si ésta contribuía a la población de células madre. Para hacer esto, utilizaron hematoxilina para observar las divisiones mitóticas. Sin embargo, estos resultados no fueron concluyentes debido a que no tenían marcadores de ovocitos, de manera que esto no podía asegurar que estas células formaran parte de la población de células madre.[18]​ Un gran número de científicos, desde entonces, han empleado modelos matemáticos que sugieren que, sin una población de las OSC, la hembra no tendría ovocitos suficientes para completar su vida reproductiva debido a la atresia de ovocitos que se produce en un ciclo normal. Sin embargo, en 2004, Jonathan Tilly y colegas sugirieron que existía una nueva población de células madre en hembras y que se podrían utilizar como terapia. Usando modelos murinos, fueron capaces de detectar OSC capaces de generar nuevos gametos en los ovarios. Tilly et al. usó GFP para marcas las OSCs, pero no sabían exactamente donde buscarlas, por lo que es complicado saber si las células marcadas eran células somáticas o células madre. Este estudio cuestionó las nociones previamente conocidas, ya que contradecía el dogma central de la ovogénesis. Además, esto llevó a un rápido aumento en la cantidad de investigación en este campo, para demostrar si realmente estas células existen o no en el ovario de mamíferos.[19]

Si estas células realmente tienen esta capacidad, podrían emplearse para el tratamiento de la infertilidad:

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer antes de que los hallazgos discutidos tengan una aplicación clínica en la infertilidad humana, parece probable que nuevos tratamientos puedan resultar de la investigación de OSCs en el futuro.[20]



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