La ciudad íbera de Ullastret es un yacimiento arqueológico situado en el término municipal de Ullastret, en el Bajo Ampurdán gerundense (España), concretamente en el denominado Monte de Sant Andreu. Hasta hoy es el mayor núcleo urbano de la cultura íbera descubierto hasta ahora en Cataluña. Se encuentra en el territorio que los autores grecolatinos asignaron a la tribu ibérica de los indigetes.
El yacimiento se encuentra en una pequeña colina desde donde se domina el paisaje suave. La ciudad se fundó en el siglo VI a. C. y desde finales de dicha centuria estaba dotada de una potente muralla, que todavía puede observarse en gran medida. En el interior del recinto se pueden ver restos de viviendas, cisternas, silos utilizados para almacenar grano, así como espacios públicos, como por ejemplo varios templos. A finales del siglo III a. C. la fortificación se amplió, duplicando casi su superficie. Esta modificación de los sistemas defensivos se relaciona con una época de inseguridad. En el último tercio del siglo III a. C., coincidiendo con el inicio de la segunda guerra púnica, se hicieron otra vez reformas importantes en el sistema de amurallamiento.
Con la llegada de los romanos se inició un proceso de transformaciones en el sistema de ocupación y explotación económica del territorio; Ullastret, dentro del área de influencia directa de Ampurias, lugar del primer desembarco romano en la península, fue abandonado en el primer cuarto del siglo II a. C.. No se conocen las causas aunque se cree que pacíficamente pues no hay indicios de destrucción por ocupación.
A raíz de las investigaciones arqueológicas también se han encontrado restos anteriores a la creación de la ciudad ibérica. Perteneciente a época prehistórica se han hallado herramientas de sílex del Paleolítico superior y restos cerámicos del Calcolítico. A finales del siglo VII a. C. se construyó un poblado, que fue el primer asentamiento estable en el Monte. De dicho poblado actualmente no quedan estructuras visibles, ya que se alzó con materiales perecederos (adobe, madera), a lo cual hay que unir que las edificios ibéricos posteriores lo arrasaron de manera casi total.
La cultura ibérica nació gracias a las influencias culturales ejercidas por los colonizadores griegos y fenicios sobre las poblaciones indígenas del Bronce Final o primera edad del hierro en la fachada mediterránea de la península ibérica. Es considerada la primera cultura histórica de la península, con un sistema de escritura propio todavía no descifrado. Como innovaciones tecnológicas más importantes, los iberos adoptaron el torno de alfarero, desarrollaron una verdadera metalurgia del hierro y, por primera vez, se utilizó de manera generalizada la construcción de casas de planta rectangular, hechas con muros con zócalos de piedra. Estaban compartimentadas en una o dos habitaciones y patio. Los poblados ibéricos generalmente se instalaron sobre colinas de fácil defensa y fortificadas con murallas, que se nombran oppidum. En su interior, las casas se alineaban a lo largo de calles adaptadas al terreno por lo que a veces eran de trazado regular y otras.
En Ullastret se han localizado grandes casas de familias aristocráticas. La zona actual de excavaciones se corresponde en lo que se cree que son casas aristocráticas. En este sentido los iberos, y más concretamente los habitantes de dicha ciudad, contaron con una organización social que les permitió efectuar obras importantes de carácter público, como las murallas, las cisternas o los templos. Cada poblado dominaba un territorio, explotando y controlando los recursos económicos de éste del cual explotaba, especialmente recursos de carácter agrícola y ganadero, pero también minería u otras actividades. Asimismo no se puede olvidar la gran importancia del comercio entre ellos, y con griegos y fenopúnicos.
Unos 500 m al norte de este yacimiento se encuentra el poblado de la Isla de Reixac, coetáneo y perteneciente probablemente a la misma comunidad.
La visita al yacimiento ibérico de Ullastret se completa con la visita al museo, donde se exponen los descubrimientos arqueológicos más destacados del conjunto arqueológico.
El museo explica la cultura ibérica en la zona noreste de Cataluña a través de las excavaciones de los dos asentamientos ibéricos que componen el conjunto arqueológico de Ullastret, el Puig de Sant Andreu y la Illa d'en Reixac, y de la necrópolis de Puig de Serra en Serra de Daró.
La exposición de los objetos y descubrimientos de estos yacimientos se organiza en dos tipologías de vitrinas-panel: las que proporcionan información de carácter general sobre cronología, paleoentorno, formación y características de la cultura ibérica, y las vitrinas-panel donde se explican temas monográficos como el comercio, las creencias religiosas, los rituales funerarios, el urbanismo o la economía.
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