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Comités de Defensa de la Revolución



Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se fundaron el 28 de septiembre de 1960, en La Habana, con el papel de desempeñar tareas de vigilancia colectiva para delatar a los individuos en contra del sistema político cubano La inauguración de los CDR tuvo lugar en un acto público frente al Palacio Presidencial (hoy Museo de la Revolución), presidido por Fidel Castro Ruz.

Es la más poderosa de las organizaciones cubanas gubernamentales, que tiene la movilización de los partidarios de la Revolución como uno de sus objetivos principales. También participa en tareas de salud, higiene, de apoyo a la economía y de fomento de la participación ciudadana en distintos ámbitos, como en la participación en las elecciones o en las asambleas. Antes de la fundación de los CDR, existían varias organizaciones con diferentes fines que quedaron unificadas con la creación de la nueva organización de masas.

Su estructura es centralizada; cada cuadra tiene su propio CDR, y los presidentes de los CDR de cada cuadra conforman el CDR del barrio, el de la provincia y el nacional. En la instancia nacional los órganos y organismos de dirección son: el Congreso, la Dirección y el Secretariado Ejecutivo. Cuenta con unos 7 600 000 miembros, ciudadanos mayores de 14 años de edad (requisito indispensable para ingresar en la organización). Los Comités de Defensa de la Revolución se han convertido, además de una fuerza organizada en favor de la defensa del socialismo en una fuente inagotable de tareas para el pueblo cubano.[cita requerida]

En realidad, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se fundaron antes de que en Cuba se hiciera mención alguna al socialismo. Para ello Fidel Castro se valió de la etapa de efervescencia popular revolucionaria de los inicios de la llamada Revolución. Los CDR se ubican en cada cuadra, el próximo nivel en la estructura es el Comité de Zona, que puede abarcar desde unos pocos hasta unos diez, veinte o más CDR, de acuerdo con las características urbanas y demográficas. El próximo nivel es la Circunscripción, después el Municipal, el Provincial y por último el Nacional. El dirigente de los CDR es conocido como Coordinador Nacional. Los CDR cuentan con casi ocho millones de miembros, para lo cual se debe tener en cuenta que el único requisito es cumplir catorce años de edad.

Cada comité tiene un presidente del CDR, y en la puerta de su casa se puede leer un cartel que así lo indica. La elección de este presidente o presidenta se basa en su compromiso con el proceso revolucionario, dando el ejemplo con su conducta solidaria y humanista. Cada comité tiene además un Responsable de Vigilancia, un Responsable Ideológico y un Responsable de Trabajos Voluntarios.

El presidente es quien suministra información sobre cada ciudadano que reside en su cuadra ya sea al jefe de Sector de la Policía, a investigadores de organizaciones políticas como la Unión de Jóvenes Comunistas o Partido Comunista de Cuba y es uno de los que suministra información regular a los investigadores del Departamento de Seguridad del Estado o G2 (policía política). El responsable de vigilancia participa también de estas actividades.

En el Comité de cada cuadra, existe un libro conocido como "Registro de Dirección". En este libro deben ser anotadas todas las personas que residan en la cuadra. Cada ciudadano que se muda a una nueva dirección, está obligado a pasar por el Comité para ser registrado junto a su familia en el Libro de Registro. Cualquier huésped temporal del ciudadano debe ser informado.

El responsable de Vigilancia es el encargado de organizar entre otras tareas, la llamada "guardia revolucionaria", es decir, citar a cada ciudadano cada vez que le corresponda, para efectuar vigilancia en la cuadra en horarios nocturnos. También como el presidente, deberá tomar nota de cada situación que le parezca fuera de lo común: entrada y salida de muchas personas en una misma casa, ciudadanos con bolsos o paquetes, etc.

El responsable Ideológico, es el que se encarga de citar a los ciudadanos a algún local de la cuadra para leer material político orientado por el Partido Comunista. Esta actividad ha caído en desuso dado el desinterés de la población.

El responsable de Trabajo Voluntario es el encargado de citar a los ciudadanos de la cuadra para hacer diversos trabajos los días de descanso (domingos). Estos trabajos podían ser blanquear contener con cal, cortar hierba o limpieza. También es una actividad que se ha reducido muchísimo. La efectividad de la policía política cubana y el Departamento Técnico de Investigaciones descansan en la existencia de los CDR, que les ofrece información detallada de los objetivos de vigilancia.[cita requerida]

Entre sus actividades se cuentan el mantenimiento de edificios, la limpieza de calles, la separación de los residuos para su reciclaje, la activación de mecanismos para el ahorro energético, el patrullaje nocturno de vigilancia, etc. Otras tareas incluyen la entrega de sangre para los hospitales, la lucha y vigilancia contra posibles infiltraciones de paquetes de drogas por los mares que rodean la isla de Cuba, la incorporación de los jóvenes al estudio y el trabajo, y la atención a familias con desventajas sociales o ancianos desamparados. También tuvieron como objetivos, entre otros, la participación en la Campaña Nacional de Alfabetización y la realización de vacunaciones contra la poliomielitis y otras enfermedades.Agregar también las brigadas de autofocal desarrolladas en cada CDR con el fin de combatir el surgimiento de Focos de Vectores como los de Aedes aegyptis responsables de la transmisión del Dengue Hemorrágico y otras enfermedades, todo esto como parte del apoyo a las campañas del Ministerio de Salud Pública en las que esta organización ha obtenido buenos resultados.[1]

Entre las actividades más importantes de los Comités de Defensa de la Revolución, conocidos como CDR, está la de ejercer una vigilancia desde nivel básicamente civil.

Los críticos del sistema socialista opinan que la estructura de los CDR ha producido una estructura controlada por el estado que, además de su labor social, ejerce la principal misión de vigilar y controlar la vida tanto pública como privada de las personas y de todos los vecinos, desde un nivel muy cercano a estas. Carlos Alberto Montaner escribe al respecto en Informe secreto sobre la revolución cubana (1976):

Los CDR también han sido criticados por algunos grupos de derechos humanos por involucrarse en los llamados "actos de repudio", los cuales incluyen abuso, intimidación y en ocasiones, agresiones físicas en contra de aquellos que son considerados contrarrevolucionarios, es decir, enemigos de la Revolución.[3]​ Algunos analistas internacionales consideran que los comités actúan como una policía secreta o espías del gobierno, buscando garantizar la continuidad del sistema político vigente.[4]



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