Concha y Sierra nació en Francia.
Concha y Sierra es el nombre de una ganadería brava que fue fundada en 1873 por Fernando de la Concha y Sierra y que está inscrita dentro de la Unión de Criadores de Toros de Lidia. Originariamente la ganadería estuvo asentada en las marismas de la provincia de Huelva hasta que, en 2012, fue vendida a un empresario francés quien la trasladó hasta su actual ubicación, en la finca "Domaine de Coste y Haute", en Saint-Martin-de-Crau (Francia).
La ganadería tomó su antigüedad el 10 de abril de 1882, tras lidiar una corrida completa en la Plaza de toros de Madrid. Asimismo, las reses de Concha y Sierra están consideradas como de las pocas que conservan aún, de forma genuina, ascendencia vazqueña.
En 1873, el empresario andaluz Fernando de Concha y Sierra se adentra en la aventura de la cría de toros de lidia comprando dos ganaderías de origen vazqueño: la de Francisco Taviel de Andrade y la de Juan Castrillón. Una empresa que mantendrá hasta su muerte, en 1887, cuando le sucederá al frente su viuda, doña Celsa Fontrede quien se casaría en segundas nupcias con el torero Manuel García "El Espartero". Durante estos años la ganadería consigue situarse en un puesto estratégico, consiguiendo que se lidien sus toros en las principales plazas y por parte de los espadas más reclamados del momento, con los que cosecharán grandes triunfos. Así, fue el caso de Vicente Pastor quien consiguió cortar una oreja al toro Carbonero en la Plaza de toros de Madrid.
A la muerte de la ganadera en 1929, la hija de ésta Concepción de Concha y Sierra, viuda de Sarasúa, será la encargada de regentear el hierro familiar, "con éxitos frecuentes y manteniendo los rasgos característicos de la casta".
Tras fallecer la ganadera, en 1965, los toros pasarán a nuevos propietarios: sus sobrinos, los hermanos Pareja Obregón. Éstos, a su vez, terminarán por vender la ganadería unos años después al empresario andaluz José Luis Martín Berrocal. Sin embargo no fraguará el negocio ya que éste se desprenderá de la vacada tras vendérsela, en 1969, al también empresario Gabriel Rojas. Entre 1970 y 1979, la ganadería quedará en manos del consorcio King Ranch España, llegando a sufrir un importante retroceso en su prestigio y en la calidad de los toros. Así, en 1979, con el fin de repuntar y mantener la solera del hierro de Concha y Sierra será el torero Miguel Báez "Litri" quien se haga con la histórica ganadería, pasando a anunciarla como "Toros de Concha y Sierra" y refrescando genéticamente la vacada con toros de la ganadería del Conde de la Corte.
Con el boom económico, el director de la Caja Rural de Andalucía, José Luis García Palacios, adquiría la ganadería al torero onubense y aumentaba el tamaño de la misma al incorporarle más reses, esta vez de la ganadería de los Herederos de don Carlos Núñez y, en 1999, del Marqués de Domecq. Al menos hasta que, en 2002, se hicieran cargo de la ganadería los hijos del banquero andaluz y decidieran recuperar el nombre y el origen de la mítica ganadería, devolviendo la pureza de la sangre a sus reses, de procedencia vazqueña:
La decisión no se basaba en inclinarnos por un encaste o por otro. La decisión fue hacernos con un hierro señero. Nosotros evaluamos con rigor los pros y los contras de comprar Concha y Sierra, pero la oportunidad nos pareció única por distintos motivos. Sabíamos en qué momento estaba; sabíamos dónde nos metíamos, es decir, éramos conscientes de lo que comprábamos y cómo lo comprábamos. Pero también teníamos entre nuestras manos la posibilidad de trabajar con un trozo intenso e importante de la Fiesta, que ha sudo leyenda durante más dos siglos. Esa fue, finalmente, una de las razones que nos hizo inclinarnos por ella: y lo cierto es que después nos hemos alegrado bastante. El resto de ganaderías que evaluamos fueron desechadas debido a que queríamos trabajar en exclusividad, y la única que nos brindaba esa exclusividad era lo de Concha y Sierra.
En 2013 saltaba la noticia de la venta de la ganadería a un empresario francés de la industria panificadora, Jean Luc Couturier.San Bartolomé de la Torre (Huelva) hasta su nuevo destino, en la campiña francesa, en una finca próxima a la ciudad de Arlés (Francia).
En los meses siguientes, se empiezan a trasladar las reses desde las finchas de "El Campillo" y "Dehesa Boyal"; en
Los toros de la ganadería de Concha y Sierra son de una minoría genética dentro del campo bravo español ya que su procedencia se consagra dentro de la casta vazqueña, cuyo origen se remonta al siglo XVIII y del cual apenas se mantienen ganaderías con este origen. Según la legislación española, las reses de este hierro están caracterizadas por los siguientes rasgos zootécnicos:
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