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Cultivos industriales



Cultivos industriales son los productos agrícolas de cuyo producto final no se obtiene un consumo directo, porque su transformación industrial es mucho más provechosa, generando grandes infraestructuras y una actividad económica muy importante. No se consideran cultivos industriales los cultivos alimentarios tradicionales, como los cereales, el olivo o la vid, a pesar de que para obtener el pan, el aceite de oliva o el vino sean necesarias las transformaciones que la industria alimentaria viene realizando desde el Neolítico; sino otros, tanto alimentarios (la remolacha azucarera -industria azucarera, muy conectada con la industria química-, las semillas oleaginosas -el girasol, la colza, la soja, el ricino, el cártamo-) como textiles (algodón, lino, cáñamo -industria textil-) o el tabaco (industria tabacalera).[1][2]

Azucarera de Pravia hacia 1900.

Mercado de algodón en Alabama hacia 1900.

La inversión internacional en el desarrollo de soluciones que ayuden a mejorar los rendimientos de los diversos procesos agrícolas ha llegado a niveles históricos. Al uso de drones se ha sumado la proliferación de robots, en conjunto con la integración de softwares de inteligencia artificial que apuntan a “hacer más con menos”. ¿Ciencia ficción? Para nada. La automatización es una realidad que sigue avanzando en labores como poda, polinización, cosecha, riego y procesamiento de frutas y verduras.


La automatización agrícola no tiene como único objetivo la optimización de recursos como el agua o los fertilizantes, sino que interviene y está presente en todas las etapas del proceso del cultivo, independientemente de que este se desarrolle al aire libre o en invernadero. Por ejemplo, en el caso de los cultivos bajo invernadero, la automatización de los sistemas de control climático permite la creación de un microclima controlado que beneficia el correcto desarrollo de la planta en todo su ciclo vegetativo, consiguiendo un mayor nivel de producción y un óptimo crecimiento.

Mediante la técnica del control climático se obtienen las siguientes ventajas:

Nutricontrol, con su controlador Mithra Clima Pro, ofrece la posibilidad de controlar automáticamente la totalidad de los actuadores presentes en el invernadero. Este equipo permite el manejo sincronizado del sistema de ventilación (ventanas y ventilación forzada), calefacción (tubería de agua caliente y calefactores), pantalla (sombreo, térmica y de oscurecimiento), humidificación, ventiladores destratificadores y dosificación de CO2, teniendo en cuenta las variables climáticas interiores y exteriores que afectan en el interior del invernadero.[1]​3

Hemos dejado el control, la forma de producir y cultivar nuestra comida a sistemas y formas de producción que están perjudicando, en algunos casos, gravemente nuestra salud y al medio ambiente.

Por ello, muchas personas quieren volver a tener el control sobre los alimentos que consumen. Así están surgiendo muchos y variados proyectos a lo largo de todo el mundo que nos permiten cierta autosuficiencia alimenticia, siempre y cuando tengamos unos mínimos medios. Esta granja es un buen ejemplo de lo que se busca y se desarrolla actualmente en ese ámbito.

Farmbot Genesis quiere ayudarnos a cambiar la forma de producir nuestra comida apoyándonos en la tecnología. Una combinación de automatización, hardware libre, tecnología y el tan de moda hoy día, “hazlo tú mismo”. Un sistema automatizado que trabaja 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año para cultivar y producir nuestros propios alimentos ecológicos.

Su tamaño estándar es ideal para un pequeño jardín, 1,5 metros de ancho por 3 metros de largo. Se puede instalar en un jardín o incluso en un tejado, no tiene una ubicación ideal, depende de tus posibilidades y necesidades. Puedes hacerle hasta un pequeño invernadero si tu clima local no es el adecuado.

Farmbot siembra en tu huerto las semillas que quieras cultivar, con cualquier patrón y densidad, las regará de la forma eficiente dependiendo del tipo de planta, tomando en cuenta su variedad, edad, tamaño, las condiciones de la tierra o el clima local.

Puedes combinar distintos tipos de cultivos sin problema, ya que [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] sabrá que necesita cada planta de forma personalizada, la idea es optimizar el crecimiento de cada planta de forma individual y automatizada.

El hardware del sistema está diseñado para un fácil montaje y para que las posibles modificaciones sean sencillas. Te brinda las herramientas necesarias para adaptarlo a tus necesidades.

Está fabricado en aluminio, acero inoxidable y plástico impreso en 3D. De manera que tú mismo puedas fabricar las piezas que necesites. Está pensado para que funcione a la intemperie sin incidencias.

El sistema incluye un inyector de semillas, una boquilla de riego, un sensor de suelo y la herramienta básica para la manipulación de las plantas.

Farmbot utiliza una placa Arduino Mega, Raspberry Pi 2, 17 servomotores y una gran estructura que puede ser personalizada dependiendo de nuestras necesidades. El Raspberry Pi 2, como nos explican aquí, es un pequeño ordenador que se usa en todo tipo de proyectos. Puede servir para tales cosas como control de voz para activar aparatos a distancia o para crear máquinas recreativas.

Un huerto con variedad de cultivos, con una rotación adecuada, de las que podrás beneficiarte teniendo una dieta sana y equilibrada en la puerta de tu casa.

El sistema usa una cámara y un avanzado software de visión artificial para controlar el huerto, enterrando las malas hierbas en la tierra en cuanto las detecta, con precisión milimétrica.

El sensor de suelo controla la tierra de manera que cada temporada de cultivo sea más eficiente que la anterior.

Farmbot se controla y administra a través de un sencillo software vía web, así que el complejo trabajo de programación ya lo tienes hecho. Incorpora una herramienta de planificación con la que podremos combinar las operaciones más básicas para crear nuestras propias secuencias de trabajo personalizadas.

Un diseñador virtual te permite definir la ubicación de cada planta en el huerto. Y poco más tendrás que hacer, Farmbot hará el resto del trabajo. A partir de ahí solo tendrás que supervisar el sistema para que todo se desarrolle según el plan establecido.

Si lo combinamos con un sistema de generación de energía solar y un recolector de lluvia, el sistema será completamente autosuficiente.

Lo mejor es que ya está diseñado y te enseñan cómo lo puedes hacer, software, hardware, plantillas 3D, documentación, todo es 100% código abierto. Eres libre de descargarlo y mejorarlo si lo ves oportuno.

ado el crecimiento de la población y la variabilidad ambiental en el presente siglo, se espera que la seguridad global de los alimentos se vea amenazada. De hecho, el Banco Mundial prevé que en el año 2050, se necesite producir por lo menos 50% más comida. Para satisfacer estos requerimientos, es necesario que la agricultura se parezca más a la manufactura, en otras palabras, «automatizar la agricultura». Con la automatización será posible maximizar la producción en los cultivos, utilizar menos insumos y mejorar la calidad de la cosecha.

Las tecnologías que mencionaremos explican la importancia de la automatización como una parte esencial en la creación de soluciones viables que ayuden a solucionar los problemas de abastecimiento de comida que tendremos en un futuro. A continuación te compartimos 5 tecnologías que serán determinantes en este sector:

La agricultura de precisión, como su nombre lo indica, se enfoca en la aplicación precisa de los insumos en los cultivos. Esta técnica surgida en los años ochenta, consiste en sistemas que utilizan de manera extensiva la tecnología GPS y telemetría, para mapear de forma precisa el terreno de cultivo. Junto con el software adecuado pueden informar al agricultor el estado de su cultivo y en que partes se requiere de agua, fertilizantes y pesticidas

El agua es el recurso más valioso en las comunidades y también el más desperdiciado durante el ejercicio de la agricultura. Es por esta razón, que surgieron los sistemas de riego autónomos, los cuales tienen por objetivo optimizar el uso del agua. Estos sistemas, buscan resolver un problema complejo con el uso de diversos sensores, tales como los de temperatura, humedad y PH. Gracias a estos sistemas es posible conocer donde y cuando es necesitado el agua; además de la duración y la cantidad necesaria.

Las granjas verticales son espacios controlados, donde las plantas se cultivan en diferentes niveles, aprovechando mejor la luz solar y abarcando mucho menos terreno. Con la automatización en las granjas verticales, se pueden obtener las mejores condiciones climáticas para la cosecha, mejorar su calidad y regular de forma eficaz el ciclo de crecimiento de las plantas. El sistema consiste en la utilización de controles automáticos en los procesos de iluminación, en la irrigación de agua y de pesticidas.

La tecnología de los vehículos autónomos se encuentra en un desarrollo acelerado durante la presente década. Efectivamente, se espera que en el año 2020 los automóviles sean autónomos en condiciones adversas. Así que, solo será cuestión de tiempo para que los tractores equipados con tecnologías como GPS, visión artificial y sensores LIDAR, recorran el campo de cultivo de forma completamente autónoma.

Una oportunidad que se ha explorado recientemente, consiste en la utilización de drones en el monitoreo del crecimiento de cultivos,  para encontrar hierbas en mal estado, e incluso para aplicar pesticidas y herbicidas. Un ejemplo de la utilización de esta tecnología se encuentra en el proyecto «Hands Free Hectare», donde un grupo de investigadores británicos intentan cultivar y cosechar una hectárea de cereal, de forma completamente autónoma. Para lograr su propósito utilizarán drones y tractores automatizados.

La inteligencia artificial limitada nos permitirá asistir a una nueva época donde la agricultura será automatizada de forma masiva. Desde la plantación y el mantenimiento hasta la recolecta, la automatización será máxima.

Los drones llevan años vigilando y analizando las granjasDJI presentó un dron que permite pulverizar herbicidas a un ritmo de 200.000 metros cuadrados por hora. No es el primer dron que permite hacer esto, pero representa el salto de una compañía, hasta ahora de consumo, a un mercado profesional.

Los drones *industriales* para agricultura llevan años en el mercado, y el precio baja de forma abismal. Pronto, un presupuesto mediano permitirá a granjeros latifundistas tener una flota entera de drones y automatizar diferentes partes del mantenimiento.

Como *Roombas*, los drones volverán a la base a recargar sus depósitos de líquidos y batería, para volver a continuar su labor día y noche, compartiendo las zonas cubiertas con los otros miembros de la *patrulla*.

Los drones también se encargarán de vigilar y analizar los cultivos con diferentes cámaras y sistemas, que reportarán en tiempo real para detectar cualquier problema desde posibles focos de actividad animal hasta comprobar cómo se encuentra el terreno en cada momento.[3]

La agricultura ha sufrido varias transformaciones desde que los humanos nos asentamos, dejando atrás la caza y recolecta. Pero está a punto de sufrir la mayor de todas: los humanos dejaremos las granjas a los robots y el software.

El uso de la fuerza animal para arar y mover molinos, junto al aprovechamiento básico del agua y el viento, supusieron la primera revolución, los humanos dejamos de realizar parte del trabajo más duro.

En los siglos XIX y XX, con la introducción del vapor y los motores de combustión, tractores mecánicos pudieron sustituir gran parte de las tareas, haciendo que la producción de cultivos creciera exponencialmente ahora que no necesitábamos tantas personas.

La tercera revolución fue la creación de herbicidas químicos que hacían que pudiéramos eliminar con mayor o menor acierto algunos tipos de plantas. Aumentaba más aún la productividad del sector primario, pero con un coste ecológico que hoy está cambiando gracias a los cultivos modificados genéticamente. Los nuevos *GMO* no necesitan tantos herbicidas y pueden aportar mayor capacidad de alimento.[3]



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