El efecto Matilda es un prejuicio en contra de reconocer los logros de las mujeres científicas, cuyo trabajo a menudo se atribuye a sus colegas masculinos. Este fenómeno fue descrito por primera vez por la sufragista y abolicionista Matilda Joslyn Gage en su ensayo, «La mujer como inventora».
El término efecto Matilda fue acuñado en 1993 por la historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter, quien proporciona varios ejemplos de este efecto. Trotula de Salerno, una médica italiana del siglo XII, escribió libros que, después de su muerte, fueron atribuidos a autores masculinos. Los casos de los siglos XIX y XX que ilustran el efecto Matilda incluyen los de Nettie Stevens, Marie Curie, Lise Meitner, Marietta Blau, Rosalind Franklin y Jocelyn Bell Burnell.
El efecto Matilda está relacionado con el efecto Mateo, por el cual un científico eminente a menudo obtiene más crédito que un investigador comparativamente desconocido, incluso si su trabajo es compartido o similar.
El profesor Ben Barres, un neurobiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford que hizo la transición de mujer a hombre, habló que sus logros científicos se percibieron de manera diferente, según el sexo bajo el cual publicó sus trabajos.
A partir de un análisis de más de mil publicaciones de investigación entre 1991 y 2005, se demostró que los científicos hombres citan más a menudo las publicaciones de autores masculinos que de mujeres. En 2012, dos investigadoras de la Universidad Radboud de Nimega mostraron que en los Países Bajos el sexo de los candidatos a cátedra influye en la evaluación que se hace de ellos. Casos similares se describen en un estudio italiano, corroborado aún más por estudios estadounidenses y españoles. Por su parte, una investigación suiza concluyó que los medios de comunicación masivos piden a los científicos varones más a menudo que contribuyan en espectáculos que a sus compañeras científicas.
Los hombres científicos estadounidenses aún reciben más reconocimiento y premios en comparación con las mujeres científicas, a pesar de los logros similares. Esta diferencia está disminuyendo. Fue más pronunciado en la década de 1990 que en la década de 2000.
A inicios de 2021, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas publicó la iniciativa #NoMoreMatildas, que cobró popularidad al instante. En el propio 11F, día de la mujer y la niña en la ciencia, la campaña volvió a ser viral.
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