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El bulín de la calle Ayacucho



El bulín de la calle Ayacucho es un tango cuya letra pertenece a Celedonio Flores en tanto que la música es de los hermanos José y Luis Servidio.[1]​Fue escrito en 1923 y estrenado en el Teatro Soleil por el dúo Torelli-Mandarino acompañado en guitarra por Humberto Canataro. Su título y su letra aluden a un bulín, esto es en lunfardo una pequeña habitación, ubicada en la casa de la calle Ayacucho 1443 de la ciudad de Buenos Aires, demolida a fines de la década de 1920 aproximadamente.

La letra, que está redactada en primera persona, contiene varios vocablos lunfardos y recuerda con pesar antiguos días más felices.

La letra es de Celedonio Esteban Flores (1896 - 1947), poeta y letrista de tangos frecuentador de la bohemia porteña, autor de versos lunfardos y también sentenciosos y moralizantes.

La música es de los hermanos Servidio; José (1900 - 1969), apodado Valija, bandoneonista, director de orquesta y compositor dedicado al tango, y Luis (1895 - 1961), apodado El Gordo, bandoneonista y compositor.

La “casa” (bulín, casita, conventillo, cotorro, cuarto, etc.) es el centro de varias de las historias contadas en los tangos, a veces como escenario y otras directamente como sujeto. Cada vocablo, sin embargo, tiene dentro de la poesía tanguera sus connotaciones particulares.

La casa remite en general a la infancia, a la familia, al hogar, en tanto el bulín, el cotorro o el cuarto aluden a la independencia, la sexualidad, la soledad o la adultez, y el conventillo puede ser utilizado como escenario de dramas o para desvalorizar a un personaje.[2]

Entre los tangos que mencionan este vocablo en su título se pueden citar Hacé bulín, letra de Mario Savino y música de Héctor Palacios[3]De vuelta al bulín (1917), con letra de Pascual Contursi y música de José Martínez[4]​ y Romántico bulincito (1920), letra de Enrique Dizeo y música de Augusto Gentile[5]

José Servidio contaba sobre el bulín que inspiró este tango:

A partir de 1943 dentro de una campaña iniciada por la dictadura militar de 1943 que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, el Negro Cele debe modificar el texto para que se permita su difusión y hace una versión totalmente mediocre con el nuevo título de Mi cuartito y, por ejemplo, los primeros versos quedaron en esta forma:[14]

Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional el general Perón y en 1949 directivos de SADAIC le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el Presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas- las dejó sin efecto.[15][16]

En octubre de 1953 se aprobó la Ley de Radiodifusión n.º 14.241 que no tenía previsiones sobre el uso del lenguaje popular en radio pero las restricciones en alguna medida continuaban, y motivó la denuncia de SADAIC en enero de 1950 a la irradiación de ciertos temas por Radio El Mundo; no obstante tal denuncia, en 1952 la propia entidad de los autores acordó con las autoridades una lista de canciones populares que por razones de buen gusto o decoro idiomático no debían pasarse por radio; en definitiva, SADAIC no cuestionaba la censura en sí misma sino quién la aplicaba.[16]

Por otra parte, por temor de los músicos algunas piezas, como el tango Al pie de la Santa Cruz y la Milonga del 900, siguieron ejecutándose con modificaciones en las partes a las que se podía asignar contenido político.[17]




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