El gladiador de Chueca es una novela del escritor español Carlos Sanrune, editada por primera vez en 1992 y reeditada en 1996 y 1998.Editorial Egales.
Se tradujo al francés en 2003, con el título de Fleur de macadam (Editions Dans L'Engranage). En junio de 2013 volvió a reeditarse en España, esta vez a cargo de laLa novela relata la vida de un joven en un internado de curas y sus posteriores peripecias como chapero en el Madrid de la década de 1990.
Los críticos han señalado el parentesco de la obra con las novelas picarescas y con el realismo sucio. Lawrence Schimel destacó el contenido sexual del libro y la oportunidad de su publicación, justo cuando en el barrio de Chueca proliferaron los establecimientos gais y se convirtió en el lugar de referencia del movimiento homosexual madrileño. Precisamente en la década de 1990 empezaron a publicarse en España numerosas obras literarias destinadas a un público gay.
Según Óscar Escámez, esta novela tiene escasa calidad y está escrita con descuido. "El autor se burló de los manuales más elementales de ortografía para meter [su novela] en una vereda narrativa reducida a su mínima expresión"; además, el protagonista representa uno de “los casos más fragrantes de salvaje autonegación afectivoerótica de nuestra reciente literatura”.Alberto Mira, sin embargo, apreció que el estilo desaliñado del texto era premeditado y afirmó que era una de las primeras novelas españolas en las que la homosexualidad se trataba desde una óptica realista y a la vez positiva. "Aquí encontramos una voz que no es afeminada, un tratamiento franco del sexo y de los problemas del mundo real". Chris Perrian la estudia para “establecer los parámetros y la dinámica de un género literario español pensado por y para la homosexualidad”. Sobre esta novela afirma que el protagonista “busca la identidad y la recuperación del auténtico afecto, a través de un monólogo espontáneo”, y que es una obra de estructura “subversiva e innovadora al entroncarse con la novela picaresca”. Este autor, al tratar sobre la aparente autonegación de la homosexualidad del protagonista, afirma: “Esta diferenciación le es necesaria: para su autoprotección en la escuela, durante el servicio militar y para mantener una imagen vendible como prostituto”.
Otros autores como José Miguel G. Cortés y Juan Vicente Aliaga también juzgaron negativamente la novela y la caracterización del protagonista. Luis Mora Álvarez analiza el papel de antihéroe de su protagonista, el cual
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