Elda Peralta nació en Hermosillo.
Elda Peralta (Hermosillo, Sonora, México; 1932), actriz de gran personalidad en la Época de Oro del cine mexicano, periodista, profesora y editora.
Nació en la ciudad de Hermosillo. Su padre era de aquella entidad y su madre de Guanajuato. Él era funcionario de aduanas y se empeñó en que sus hermanas y ella dominaran el inglés y fueron internadas en escuelas de Estados Unidos.
Proviene de una familia de abolengo que perdió sus propiedades en la Revolución, sobre todo por sus abuelos maternos, cuya hacienda en Acámbaro, Guanajuato, les fue arrebatada por los agraristas en 1934. Fue precisamente en Acámbaro donde los padres de Elda se casaron, su padre fue trasladado a Hermosillo, donde nacieron sus hermanas y ella. Más adelante decidieron radicar en la Ciudad de México. Allí se fortaleció la idea de hacer cine.
Comenzó a trabajar en cine en 1949, aunque su papá se opuso. Previo a ello y siendo tenista profesional, Elda conoció al escritor y periodista Luis Spota, le habló de sus aspiraciones de hacer cine y le dio la pauta para entrar al medio fílmico. Aunque alguien le dijo que una muchacha decente como ella nunca lograría sus objetivos, porque en ese medio todo el mundo busca algo más...
Spota consiguió para Elda lo que se presumía sería su primera película, e inclusive, como protagonista, pero sucedió algo que no solo echó por tierra su debut, sino que la marcó para toda la vida. Aquel cineasta, del que no dirá su nombre, sobre todo porque ya murió, quiso pasarme por las horcas caudinas (sufrir el sonrojo de hacer por fuerza lo que no se quería). Se negó, porque tenía la rebeldía suficiente para no dejarse arrastrar.
De todas formas Elda tendría una pequeñísima parte en la cinta. Después de nueve horas de espera y cuando estaba frente a la cámara, Luis Spota entró al foro. El realizador gritó «¡Corte!« y luego le dijo: «Una actriz que empieza no puede darse el lujo de tener noviecitos». Le dijo que no era a ella a quien Luis iba a ver, sino a él, porque deseaba ser realizador. Su participación no se rodó y al día siguiente le comunicaron que estaba fuera, aunque podía cobrar sus dos días de trabajo. Nunca fue. Lo ocurrido le causó tal trauma que durante los 10 años de su carrera, cada vez que decían «¡Cámara!» ella titubeaba y se le torcía un poco la boca.
A pesar de aquello, Peralta no quitó el dedo del renglón, seguía con el deseo de ser actriz, le atraía y quería cumplir con ese gusto.
Su encuentro con Spota. y en especial la amistad que surgió entre ellos, fue determinante. Evidentemente Luis y ella terminaron siendo novios, aunque ella confiesa que él estaba casado. Fue una tragedia en su casa pero, pues hay cosas que ni qué...
Sus progenitores se fueron a vivir a Mazatlán, y ella se quedó con su departamento, una temporada en compañía de su madre y otra con su nana.
Fue en La negra Angustias, película de Matilde Landeta, el debut de Elda. Matilde le dio un papel buenísimo y francamente quedó muy bien. Decidió tomar clases de actuación con Celestino Gorostiza, comenzaban los 50. El mismo Gorostiza le dio en teatro el protagónico de Juana de Arco.
A lo largo de su carrera hizo más de 40 películas, entre otras: Hipócrita (Dir. Miguel Morayta Martínez, 1949); La negra Angustias (Dir. Matilde Landeta, 1949); Necesito dinero (Dir. Miguel Zacarías, 1951); Cárcel de mujeres (Dir. Miguel M. Delgado, 1951); Acuérdate de vivir (1952); Chucho el roto (Dir. Miguel M. Delgado, 1954); El Águila Negra vs. los diablos de la pradera (Dir. Ramón Peón, 1956), donde canta con la voz de la Prieta Linda; Maratón de baile (Dir. René Cardona, 1957); Cuando ¡Viva Villa! es la muerte (Dir. Ismael Rodríguez, 1958) y Cuernavaca en primavera (Dir. Julio Bracho, 1965).
En cine siempre encarnó a villanas o mujeres fatales de edad madura, aun teniendo entre 18 y 19 años; la encasillaron como antagonista.
Ella señala que, curiosamente, al final de sus 10 años de cine comenzó a hacer roles protagónicos.
No fue por amargura, sino porque no había hecho lo que deseaba. Nada había valido la pena. Se puso a estudiar francés , primero en México y luego en la Sorbona de París. En 1965 le llamó José Luis Bueno para Cuernavaca en primavera, su último filme.
Compartió con Luis Spota el seudónimo de Óscar Ayala (nombre del padre de Elda y apellido de su madre), con el que escribió algunas historias para el cine. Estudió la primaria y High School en los Estados Unidos. Realizó estudios de Literatura inglesa, griega, francesa y española en University of London (1966), y de Literatura francesa e Historia del Arte en Université de París (1966-1968). Cursó además arte dramático, pantomima, danza y canto, tanto en México como en Nueva York (1950-1960).
Elda Peralta fue profesora de Historia del Teatro en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA, 1971-1972). Ha colaborado en la Revista Diner´s de México, en el suplemento cultural de El Heraldo de México (1970-1983), en la revista Viva (1992) y en la revista Plural (Sección de Teatro 1980-1986). De 1973 a 1985 dirigió los programas televisivos de Luis Spota, tales como: Cada noche lo inesperado (producido por Televisa); Fuera de serie, La hora 25, Diálogo abierto, Viajes, De todo y de nada (producidos por el Canal 13).
Elda Peralta en Internet Movie Database (en inglés).
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