El espolón calcáneo es una prominencia ósea o exostosis que aparece en ese hueso del talón, plantar y posterior (hueso calcáneo), como consecuencia de estiramientos excesivos y continuados de la fascia plantar, una banda de tejido conjuntivo que recubre los músculos de la zona plantar. Al estirarse excesivamente, la fascia puede calcificarse, y se forma el espolón, que es bastante doloroso y dificulta el apoyo habitual de talón, ocasionando a veces una inflamación en la zona que lo rodea.
Otro cuadro doloroso es el dolor en el talón de los niños o enfermedad de Sever. En estos casos, no se han descrito alteraciones radiográficas y son niños que durante el crecimiento presentan dolor de talones, borde medial y/o lateral del talón. Se puede llamar epifisitis del calcáneo (enfermedad de Sever).
El tercer cuadro doloroso del talón se produce en los adultos y se trata de un espolón posterior al tendón de Aquiles, llamado deformación de Haglund. Si es anterior al tendón de Aquiles en el espacio retromaleolar, se debe descartar fractura de la tuberosidad posterior o cola del astrágalo, bursitis retromaleolar, bursitis anterior al tendón de Aquiles, y si es referido en la inserción calcánea del tendón de Aquiles en neuralgia del nervio tibial posterior, síndrome de sobrecarga (en deportistas) y tendón de Aquiles tenso por estructura y función anormal del pie.
El espolón también está relacionado con los zapatos de tacones altos, pues el contrafuerte rígido de estos zapatos puede crear una presión que agrava el sobrehueso al caminar. De hecho, el espolón es común en mujeres que usan tacones altos.
El espolón de Haglund puede manifestarse en uno o ambos pies. Los signos y síntomas incluyen:
La herencia es uno de los factores en el espolón de Haglund. Se puede heredar un tipo de estructura ósea en el pie que puede volverlos propensos a desarrollar este padecimiento.
Por ejemplo, los arcos elevados pueden contribuir a la deformidad de Haglund. El tendón de Aquiles se une a la parte posterior del hueso del talón, y en una persona con arcos elevados el hueso del talón se inclina hacia atrás en el tendón de Aquiles. Esto hace que la porción superior de la parte posterior del hueso del talón frote contra el tendón. Con el tiempo, debido a esta irritación constante, se desarrolla una profusión ósea, y la bursa se inflama. Es la bursa inflamada la que produce el enrojecimiento y la inflamación asociados con la deformidad de Haglund.[cita requerida]
Un tendón de Aquiles apretado también puede jugar un papel en la deformidad de Haglund, provocando dolor por compresión de la bursa delicada e inflamada. En contraste, un tendón más flexible da como resultado una menor presión sobre la bursa.[cita requerida]
Otro posible factor contribuyente a la deformidad de Haglund es la tendencia a caminar en la parte exterior del talón. Este hábito, que produce desgaste en el borde exterior de la suela del zapato, hace que el talón gire hacia el interior, y da lugar a un desgaste del hueso del talón contra el tendón. El tendón se protege formando una bursa, que finalmente se convierte en inflamada y sensible.
Después de evaluar los síntomas del paciente, el cirujano examina el pie. Además, se prescribirán rayos X para ayudar al cirujano a evaluar la estructura del hueso del talón.
El tratamiento no quirúrgico de la deformidad de Haglund apunta a reducir la inflamación de la bursa. Si bien estos enfoques pueden resolver la bursitis, no reducirán la protuberancia ósea. El tratamiento no quirúrgico puede incluir una o más de los siguientes:
Si el tratamiento no quirúrgico no logra proporcionar un alivio adecuado del dolor, la cirugía puede ser necesaria. El cirujano de pie y tobillo determinará el procedimiento que mejor se adapte a su caso. Es importante seguir las instrucciones del médico para la atención postquirúrgica.
Una recurrencia de la deformidad de Haglund puede ser prevenida por:
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