Una feria es un evento industrial, social, económico y cultural —establecido, temporal o ambulante, periódico o anual— que se lleva a cabo en una sede y que llega a abarcar generalmente un tema o propósito común.
Puede tener por objetivo primordial la promoción de la cultura, el desarrollo comercial y de industrias, alguna causa o estilo de vida, generalmente en una forma divertida y variada; más comúnmente el objetivo es la estimulación comercial, pues tiene la finalidad de lucro o de generar ganancias para las localidades anfitrionas, personas u organizaciones patrocinadoras, y participantes hospitalarios, a cambio de un tiempo grato que incluye diversión y entretenimiento, participación en juegos de azar y de destreza, alimentos, manjares y golosinas, objetos, juguetes, etc., para los participantes visitantes y negociantes, ya sean estos menores o mayores de edad, dependiendo del evento, consignas, características, costumbres locales y leyes que rigen el lugar.
Debido a los cambios que el mundo ha sufriendo por la Pandemia de COVID-19, este tipo de eventos (al igual que muestras otras industrias) se han restringido por decisión de los gobiernos. Esto ha dado pie para que se realice la feria con uso de la tecnología. Algunos soluciones han sido webinars, ferias virtuales y el uso de recorridos virtuales en diferentes espacios.
Inicialmente las ferias fueron un fenómeno económico surgido en la Europa Occidental de la Baja Edad Media, en una coyuntura expansiva del feudalismo, en la que las ciudades estaban creciendo junto al comercio a larga distancia, la artesanía y las finanzas, es decir: todas las actividades económicas que iban más allá de la economía rural agropecuaria, que aun así constituía la gran mayoría de la producción.
Consistía en una confluencia organizada de numerosos mercaderes en una localidad cuya posición geográfica representara alguna ventaja, que permite establecer tratos comerciales durante varios días y con periodicidad normalmente anual, con motivo de la fiesta local puesta bajo la advocación de un santo patrón. Las autoridades locales (como el ayuntamiento) o de mayor nivel (señor jurisdiccional -laico o religioso-, o el propio rey -cuyas funciones están aumentando en el proceso de constitución de la monarquía autoritaria-) les conceden protección física y una serie de garantías económicas, fundamentalmente la exención o rebaja sustancial de impuestos. Tanto por razones de espacio como por lo que suponía de símbolo fiscal, las ferias se solían celebrar a las puertas de las murallas, en explanadas abiertas que la expansión posterior de las ciudades terminó convirtiendo en plazas cerradas con edificios alrededor (plaza de mercado), muchos de ellos con función comercial estable, y que la continuación de la expansión del plano urbano termina convirtiendo en un punto céntrico de la ciudad.
En los reinos hispánicos, la feria más antigua documentada es la de Belorado, instituida en 1116 por Alfonso I el Batallador. A continuación se documentan otras ferias castellano-leonesas como las de Valladolid en 1152, las de Sahagún en 1153 o las de Carrión de los Condes en 1169. Y en el sur peninsular las de Sevilla en 1254, las de Cádiz en 1284, Badajoz en 1286 y Talavera en 1294. Entre las de la Corona de Aragón destacan las de Barcelona en 1228, Figueras, Gerona, Tarragona o la denominada Feria de Todos los Santos de Cocentaina de 1346.
En las ferias se sofisticaron las prácticas comerciales y financieras (establecimiento de precios, distintos tipos de crédito y pago aplazado, como la letra de cambio, cambio de moneda, banca, compañía comercial, etc.) que están en el origen del denominado capitalismo comercial.
Entre los años 1150 y 1300 las ferias más famosas fueron las ferias de Champaña (en la actual región francesa de Champagne-Ardenne, entonces condado de Champaña), donde constituían un ciclo anual en que se celebraban las ferias de Troyes, Provins, Bar-sur-Aube y Lagny-sur-Marne (oeste de Francia, en la ruta comercial terrestre que une las ricas zonas urbanas del Norte de Italia —Florencia, Venecia, Génova y Milán— y Flandes —Brujas, Amberes y Bruselas—).
La Feria de Albacete es una de las ferias más antiguas de España. En 1375, cuando Albacete se separa de Chinchilla y se convierte en villa, recibe oficialmente el derecho a celebrar una feria anual. Estas ferias con el paso de los siglos fueron ganando importancia, lo que llevó a que los Reyes Católicos las reconocieran. Pero sin duda el momento que marcó históricamente a la Feria de Albacete y a la ciudad fue el 6 de marzo de 1710: en plena guerra de sucesión, el primer Borbón, Felipe V, dio a la ciudad el privilegio de realizar una feria franca anual con una duración de cuatro días que, con el transcurso de los años, pasó a tener 10 días como en la actualidad.
En la Corona de Castilla se desarrolló desde el siglo XV un importante grupo de ferias en el centro de la Meseta Norte: las de Medina del Campo, Medina de Rioseco y Villalón, siguiendo la ruta comercial que da salida a la lana de las ovejas trashumantes de las cañadas de la Mesta, por Burgos y los puertos del Cantábrico (Santander, Laredo, Bilbao); mientras que en Andalucía destacaron las Vendejas de Sanlúcar de Barrameda (desembocadura del Guadalquivir).
Posteriormente, el término feria fue evolucionando, designando desde exposiciones de ganado para la venta como cualquier tipo de evento comercial, hasta las ferias taurinas. Actualmente el término se ha extendido desde su original función comercial para incluir eventos festivos, con puestos de venta de artículos variados y atracciones; estas últimas se sitúan a menudo a las afueras de la ciudad.
Hoy en día, dependiendo de la localidad y el país en donde se celebre, el término «feria» puede referirse, entre otros, a:
La llegada de una feria ambulante a una localidad puede convertirse en un evento anual o recurrente, dependiendo, generalmente, del éxito previo de esta. Las connotaciones generalmente deseadas y que acompañan frecuentemente la utilización del término, son aquellas de prosperidad, variedad y alegría.
Otra variedad y de gran actualidad es la Feria Virtual, desde la cual podemos ver otra forma de realizar este tipo de eventos. Las ferias religiosas son populares en muchos países de América Latina, por ejemplo en Venezuela, y reflejan la creencia de una particular región: Feria de la Chinita (Maracaibo, Zulia), Feria de la Divina Pastora (Barquisimeto, Lara).
A continuación solo se mencionan las principales festividades del país, ya que totalidad de municipios de Colombia tienen sus propias ferias y fiestas que se realizan cada año en diversas épocas:
En la práctica totalidad de localidades españolas se celebran fiestas locales con distintas denominaciones, que genérica o específicamente se denominan ferias. En muchas de ellas se denomina feria taurina o simplemente ferias a las fiestas de toros (encierros y otras manifestaciones taurinas populares, corridas de toros profesionales en plazas estables, etc.). Entre las más destacadas están:
Las ferias andaluzas tienen especial significación por los elementos culturales específicos que aportan a la cultura e idiosincrasia andaluza; tanto los heredados de las ferias originales, de origen ganadero y religioso; como los añadidos por ciertas celebraciones más recientes con motivación diversa (como las Fiestas Colombinas de Huelva dedicadas a la relación con Iberoamérica). Algunas de las ferias andaluzas más importantes son: la feria de la Manzanilla de Sanlucar de Barrameda, la feria de la primavera y del vino fino (el Puerto de Santa María), que cada año es dedicada a un municipio distinto, la Feria del Corpus de Granada, la Feria de Abril de Sevilla, la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera, la Feria del Carmen y de la Sal de San Fernando (Cádiz), la Feria de Agosto de Málaga, la Feria de La Virgen del Mar de Almería, la Feria de Nuestra Señora de la Salud (Córdoba) y La Feria de San Lucas (Jaén). Finalmente, tanto la Feria de Septiembre de Murcia como la Feria de Albacete tienen características similares a las andaluzas pero retocadas con la cultura local.
En la práctica totalidad de localidades españolas se celebran con distintas denominaciones (feria del disco, feria de discos, feria internacional del disco, feria de disco y cine, feria de disco y cómic, mercadillo musical, fira del disc, rastro,...), celebrándose normalmente una vez al año en cada localidad.
Las principales feria del disco que se celebran en España son las de Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid, Aranda del Duero, Zaragoza, Sevilla, Santander,...
Dependiendo de muchos factores determinantes, desde el propósito de la feria en si, su naturaleza, la audiencia, y las costumbres locales, hasta el tamaño de la sede, tipo de patrocinio y la extravagancia misma, la feria puede incluir algunos de los siguientes elementos:
Entre las actividades se pueden presentar:
Entre el entretenimiento se puede brindar:
La indumentaria puede incluir:
Entre los alimentos se puede ofrecer:
Algunos productos que pueden venderse son:
Los Juegos Mecánicos, Atracciones, También Llamadas Barracas o Rides, Son Parte Habitual de las Ferias. Entre Las Diversas Atracciones se Pueden Encontrar:
También Existen Atracciones Adicionales Como Los Juegos De Destreza Tipo Midway, Brincolín y Las camas elásticas Que Se Pueden Encontrar en las Ferias.
El concepto de parque de atracciones es más amplio que el de feria de atracciones. Estas atracciones forman parte tanto de la feria como del parque de atracciones pero en este último las atracciones son permanentes, pertenecen todas a la misma empresa y tienen un mantenimiento y seguridad más rigurosa. El usuario puede disponer de cualquiera de ellas previo pago de un bono a diferencia de las atracciones en las ferias que son abonadas individualmente. Las ferias de atracciones viajan por derredor, acudiendo a las festividades de muchos municipios, sin embargo pocos de estos municipios poseen parque de atracciones. A continuación sigue una lista de los más importantes:
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