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Guerra civil sasánida (628-632)



La guerra civil sasánida del 628-632, que a veces también se llama interregno sasánida, fue un conflicto que se desató tras la ejecución del rey sasánida Cosroes II y que enfrentó a distintas facciones de la nobleza entre las que destacaron la parta (pahlav), la persa (parsig), la nimruzi y la del general Sharvaraz. El cambio continuo de soberanos y el reforzamiento del poder de los terratenientes en las provincias redujeron el territorio imperial. El imperio se debilitó durante los catorce años de contienda en las que hubo trece reyes sucesivos, y el poder efectivo pasó a manos de los generales, suceso que facilitó la posterior desaparición del Estado sasánida.

Algunas familias de la nobleza persa derrocaron a Cosroes II en el 628. Entre los enemigos del rey se contaban el spahbod Farruj Ormuz y sus dos hijos Rostam Farrujzad y Farrujzad, miembros del importante linaje Aspahbad, además de Sharvaraz de la familia Mihran, Varaztirots II Bagratuni, armenio, y Kanadbak, de la familia Kanārangīyān.[1]​ El 25 de febrero, Sheroe y su jefe militar Aspad Gushnasp se apoderaron de Ctesifonte y encarcelaron a Cosroes II. Sheroe se proclamó emperador (sah) con el nombre de Kavad II e hizo asesinar a todos sus hermanos y medio hermanos, entre ellos al heredero Mardansha, el hijo favorito de Cosroes. Los asesinados, descritos como «educados, valientes y caballerosos»,[2]​ privó al imperio de herederos preparados para desempeñar el poder.[3]​ Tres días después, ordenó a Mihr Ormuz que ajusticiase a su padre y luego también lo asesinó.[4]

Según algunos historiadores, el reinado de Kavad supuso un punto de inflexión en la historia del imperio y allanó su caída.[3]​ El derrocamiento y muerte de Cosroes desencadenó la caótica guerra civil que se libró entre el 628 y el 632, durante la cual los nobles más poderosos se independizaron en la práctica del gobierno imperial. Las hostilidades enfrentaron a la nobleza persa (parsig) y parta (pahlav) y perjudicaron a la economía imperial.[2]​ Kavad firmó la paz con el emperador romano Heraclio con el beneplácito de la nobleza persa; los bizantinos recuperaron los territorios que habían perdido, a sus soldados cautivos y recibieron una compensación de guerra, la Vera Cruz y otras reliquias que habían perdido cuando los sasánidas conquistaron Jerusalén en el 614.[5]

Kavad se incautó de las propiedades de Farrujzad y lo encarceló en Istajr. Durante este periodo, Piruz Cosroes encabezó la facción persa y Farruj Ormuz, la parta. Kavad II pereció en una epidemia tras unos pocos meses de reinado el 6 de septiembre del 628. Le sucedió su hijo de ocho años Ardacher III.[6]

Mah-Adhur Gushnasp fue el hábil ministro principal de Ardacher III.[7][8]​ Tras el primer año de reinado, Sharvaraz marchó al frente de seis mil soldados a asediar Ctesifonte. No pudo conquistarla y se coligó con Piruz Cosroes, jefe de la fracción noble persa y antiguo primer ministro de Kavad II, y con Namdar Gushnasp, el spahbod de Nimruz.[9]​ Merced a la colaboración de estos dos nuevos aliados, pudo apoderarse de la capital y ejecutar a Ardacher III, a Mah-Adhur Gushnasp y a otros nobles como Ardabīl. Cuarenta días más tarde, Sharvaraz fue asesinado por Farruj Ormuz, que entregó el trono a una hija de Cosroes II, Boran. Esta a su vez lo nombró primer ministro del imperio.

Shapur-i Shahrvaraz (Sapor V), hijo de Mirhran, hermana de Cosroes II, derrocó a Boran y eliminó del poder a Sharvaraz, pero fue depuesto a su vez poco después por Piruz y sus partidarios, que no lo habían aceptado como soberano. Piruz entregó la corona imperial a Azarmedujt, hermana de Boran.[10]

Azarmedujt liberó a Farrujzad y volvió a encargarle importantes tareas de gobierno, por insistencia de la nobleza. Este, sin embargo, rechazó servir a una mujer y se retiró a un templo del fuego en Istajr. Farruj Ormuz solicitó la mano de la soberana (que debía el trono a los aristócratas persas) para fortalecer su propio poder y facilitar el entendimiento entre los nobles persas y partos.[11]​ Azarmedujt rehusó, lo que hizo que Farruj Ormuz aspirase abiertamente al trono.[12]​ Empezó a acuñar moneda como los reyes, en Istajr en Pars y en Nehavend en Media.[12]​ Para hacerle frente, Azarmedujt se alió a Siyavajsh, nieto de Bahram Chobin, famoso jefe militar (spahbod) y brevemente sah de Irán.[13]​ Con la colaboración de este, logró asesinar a Farruj Ormuz.[14]​ Rostam Farrujzad, hijo del difunto y por entonces en Jorasán, pasó a ser la cabeza de los nobles partos. Partió a Ctesifonte con la intención de vengar la muerte de su progenitor y fue derrotando a los distintos contingentes que Azarmedujt envió contra él.[15]​ Por fin venció al propio Siyavajsh cerca de la capital, que ocupó.[15]

Romtam hizo cegar y luego asesinar a Azarmedujt y devolvió el trono a Boran.[15][16]​ Una rebelión estalló en Ctesifonte al año siguiente: aprovechando la ausencia del ejército, la nobleza persa, descontenta con el poder de Rostam, se alzó contra Boran y exigió la vuelta del influyente persa Bahman Jadhuyi, despedido por la soberana.[17]​ Boran pereció al poco, posiblemente estrangulada por Piruz Cosroes.[17]​ El levantamiento desató nuevas hostilidades entre las dos facciones nobles.[17]​ La crisis en la que sumieron al Estado, sin embargo, hicieron que los propios soldados acabasen por amenazar a Rostam y Piruz Cosroesm, que se avinieron en consecuencia a pactar y entregaron el trono a un nieto de Cosroes II, Yazdgerd III, gesto que marcó el fin de la contienda civil en el imperio.[18]

El Imperio sasánida se hallaba muy debilitado cuando Yazdgerd III ascendió al trono. El joven rey carecía de la autoridad necesaria para estabilizar el vasto imperio, que se disgregaba a causa de las desavenencias entre los jefes del ejército, los cortesanos y la aristocracia, enfrentada internamente y cuyas facciones se diezmaban entre sí. Muchos de los gobernadores del imperio se habían proclamado independientes y habían formado sus propios reinos.[19]​ Los gobernadores de las provincias de Mazun y Yemen ya lo habían hecho durante la guerra civil, eliminando la autoridad sasánida de la península arábiga, que por entonces estaba uniendo el islam.[20]​ El imperio empezaba a asemejarse al sistema feudal que había existido en la zona en tiempos del Imperio arsácida.[21]

Yazdgerd, a pesar de haber sido reconocido como soberano por las noblezas persa y parta, no dominaba todo el imperio. Durante los primeros años de reinado, solo acuñó moneda en Pars, Sakastán, y Juzestán, aproximadamente las regiones suroeste (Xwarwarān) y sureste (Nēmrōz), que señoreaban los nobles persas.[22]​ Los nobles partos, que controlaban fundamentalmente el norte del imperio, rehusaron acuñar moneda en su nombre.[22]​ Al mismo tiempo, el imperio sufría varias invasiones: los turcos penetraban por el este, los jázaros por el oeste; estos corrieron Armenia y Adurbadagán.[23]​ El ejército imperial había quedado muy debilitado por la guerra con los bizantinos y la posterior guerra civil.[22]​ La situación era caótica y alarmante, y muchos vieron en ciertos desastres naturales augurios de la inminente desaparición del imperio.[2]​ Este dejó de existir a causa de la invasión musulmana de Irán; Yazdgerd fue asesinado en el 651, posiblemente por uno de sus propios súbditos.



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