Guillermo Prado Catalán (1910-Santiago, 3 de agosto de 2003) fue un destacado artesano volantinero, inventor, autodidacta y profesor de aeromodelismo chileno, conocido principalmente por perfeccionar el diseño del volantín, y por su invención: el "carrete de volantín". Realizó diversas exposiciones durante su carrera, entre las que se destaca la hecha en el Museo Nacional de Bellas Artes. En 1989 se le otorgó el premio Lorenzo Berg al mejor artesano nacional. Según el pintor Nemesio Antúnez, Prado fue "El [volantinero] más grande en la historia de Chile".
De origen humilde, fabricó volantines desde los siete años con su familia para venderlos en septiembre (mes en el cual es tradicional "elevar" volantines en Chile), a raíz de esto comenzó su afición por el volantinismo y por el vuelo en general. Compró libros, estudió aeronáutica de forma autodidacta y se instruyó con las cometas de China. Cursó sus estudios formales en el Liceo Nocturno Federico Hansen de Santiago (el cual funciona desde 1916 en las dependencias del Liceo de Aplicación) donde aprendió marroquinería fina. Sus estudios y habilidades le hicieron llegar incluso a ejercer como profesor civil de aeromodelismo en la escuela de aeronáutica de la Fuerza Aérea de Chile, desde 1943 hasta 1973.
En el taller de su casa en la comuna de Quinta Normal en la capital Santiago, inventó un disco volador, cuyos planos (según su nieto) suscitaron el interés de oficiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante un evento de aeromodelismo en la década de 1950, los cuales no quiso vender al imaginar que podían ser usados con fines bélicos. Inventó en la década de 1960 una libélula artificial capaz de volar, y también el carrete para manejar el hilo de las cometas , el cual fue distribuido internacionalmente. Según su nieto Boris, Guillermo se sintió igual que Einstein al realizar su invento, y no lo patentó, pues rechazaba la idea de convertirse en millonario.
Antes de la invención del carrete de volantín, estos se manejaban a mano, manteniendo el hilo en un ovillo o en envases plásticos artesanales; la invención del carrete de volantín mejoró la maniobrabilidad del mismo e introdujo nuevas formas de juego en el deporte (algunas desaprobadas por Prado). También en la década de 1960, fue contactado por el presidente de Chile de ese entonces; Eduardo Frei Montalva para adquirir sus volantines y regalarlos a los niños en Navidad.
Durante el año 1962, Guillermo Prado expuso por primera vez su obra en una feria de artesanía, fue invitado a la Feria de Arte Popular, celebrada con motivo del Mundial de Fútbol organizado ese año en Chile. Presentó volantines con forma de las banderas de los países participantes en dicho evento.
En cuanto al diseño del volantín, haciendo uso de sus conocimientos de aerodinámica analizó matemáticamente su peso y tamaño ideal para lograr el mejor vuelo y eliminar la cola, determinando sus medidas ideales entre 48 y 52 centímetros cuadrados. Innovó la forma de los palillos e introdujo la madera de alerce, araucaria y raulí. Confeccionó los suyos a partir de diseños propios utilizando trozos de papel de diferentes colores, pegados entre sí de acuerdo con intrincados diseños y un cálculo detallado. También, para reforzar los bordes de algunos volantines usó un hilo continuo de algodón, dentro del borde plegado y pegado con laca. Los volantines de Guillermo Prado inspiraron varias obras del pintor y compatriota chileno Nemesio Antúnez.
Durante el año 1971, la revista "Nosotros los Chilenos, así trabajo yo" de la editorial Quimantú, incluyó una entrevista al volantinero, en la cual se hacía énfasis en su profesión de volantinero y el cariño profesado a esta. En el número también se incluyen notas sobre los mineros del carbón y los camioneros interprovinciales. Este tipo de publicaciones accesibles y de gran tiraje, hicieron que Prado se hiciera conocido en su país. También durante 1971, como reconocimiento a la maestría plástica y funcional de sus creaciones, fue invitado a exponer su trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes en la muestra titulada "Volantines de Guillermo Prado" realizada entre los días 10 a 26 de septiembre de dicho año (fechas entre las cuales se sitúan las fiestas patrias chilenas). También realizó exposiciones en el Instituto Chileno Británico y el Instituto Chileno Brasileño de Cultura.
El año 1989 recibió el premio Lorenzo Berg al mejor artesano nacional,Muestra de Artesanía UC hasta el año 2002, debido a su fallecimiento. Su nieto, quién continuó con su legado, continuó representándolo.
el cual se presenta en la Feria Internacional de Artesanía Tradicional que organiza la Universidad Católica de Chile. Durante el año 1990 Prado apareció en el programa "Ojo con el arte", en el episodio titulado "Los volantines y los volantineros". El programa producido por Televisión Nacional de Chile fue transmitido en televisión abierta, en él se puede ver a Prado junto con sus volantines, su disco volador y su libélula artificial. Posteriormente fue invitado para exponer de manera anual en laGuillermo Prado murió el año 2003, pidió ser incinerado.
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