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H Comité de Reivindicación Humana



El H Comité de Reivindicación Humana, mejor conocido por sus iniciales HCRH, es un colectivo de arte mexicano fundado por Rodrigo Azaola, Artemio Narro y Octavio Serra que operaba como una pseudo-organización fantasmagórica y universal, presuntamente fundada en 1947.[1]​ El HCRH organizó numerosas conferencias, textos, acciones, proyectos editoriales, música, obras de arte y programas radiofónicos utilizando un lenguaje altamente irónico e intelectual para "ridiculizar el vacío pomposo de la cultura institucional."[2]​ Las actividades del HCRH fueron producidas entre 1996 y 2004, un período en el que la globalización y la política neoliberal en México eran incipientes y el mundo del arte impulsado por el mercado se consolidó.[3]

Su trabajo ha sido mostrado en varios espacios internacionales de arte que incluyen: el Museo Jumex, Ciudad de México; la Bienal de la Habana, Cuba; el Witte de With Center for Contemporary Art, Róterdam;[4]​ el CCA Wattis Institute for Contemporary Arts, San Francisco;[5]​ National Centre of Contemporary Arts, Moscú; el Museo Carrillo Gil,[6]​ Ciudad de México; el Centre d’Art Santa Monica, Barcelona; el Ex-Teresa, Ciudad de México; la Americas Society, Nueva York;[7]​ el Museo Tamayo, Ciudad de México; entre otros.

En 1999, el HCRH creó una de sus acciones más notables: La Campaña de Destitución Universal, la cual constó de una carta enviada por fax a varias personalidades del ámbito de la política y la cultura mexicana, ordenándoles que abandonaran sus cargos pues su desempeño era insatisfactorio. La extensa lista de destinatarios incluyó a candidatos presidenciales, políticos, activistas sociales, artistas, escritores, críticos de arte y periodistas. La campaña terminó con la visita de funcionarios del Ministerio del Interior visitando las casas de los miembros del HCRH.[8]

Otra campaña del HCRH fue la distribución masiva de pegatinas (1998-1999) en la Ciudad de México que decían: "Cuando la injusticia es ley, la resistencia es un deber."[9]​ En 2002, el carácter efímero y fantasmagórico de su obra se materializó en una imagen del logo del HCRH, dibujada con sal en el piso de la entrada del Museo Carrillo Gil, y que el paso de visitantes y trabajadores del museo desdibujó a medida que ingresaban.[10]

Para la 7a Bienal de La Habana (2000) el HCRH creó un proyecto de distribución gratuita de helados, así como la distribución de cientos de libros, entre ellos: Un mundo feliz de Aldous Huxley, Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn y 1984 de George Orwell.[11]

El HCRH también organizó varias conferencias académicas con académicos internacionales ficticios en diferentes universidades y museos, como la Universidad Iberoamericana, la Universidad Intercontinental, el Museo Rufino Tamayo y Facultad de Artes y Diseño (anteriormente conocida como la Escuela Nacional de Artes Plásticas o ENAP). También crearon numerosos programas de radio ficticios que fueron transmitidos en XEUN-FM, y la estación radiofónica de la Universidad Autónoma Nacional de México.

Si bien el trabajo del HCRH es en su mayoría intangible y efímero, crearon una serie de dibujos arquitectónicos y planos para planes de urbanización ficticios, como Viñedo Infantil (una cadena de orfanatos construidos a lo largo de las regiones vinícolas del hemisferio norte), el Monumento al soborno, el Monumento al Accidente Aéreo (que fue parte del proyecto de NY AWAKE (1998): "mucho antes del colapso de las torres gemelas ', los monumentos indican inequívocamente que el hombre aprende de su propia historia y, contrariamente a la creencia popular, disfruta repitiéndola")[12]​ y el Museo del Bien (2003).

Concebido como edificio esférico, El Museo del Bien es una institución de dos caras. Por un lado, todo lo que a lo largo de la historia de la humanidad puede considerarse culturalmente bueno y amable, se recopila y exhibe en un lado de la esfera. En el otro lado, se representa todo lo que se considera vergonzoso e ignominioso. El modelo arquitectónico ficticio se refiere al carácter dual de las instituciones culturales, no solo como lugares de conocimiento, sino también como sistemas que operan según ideologías políticas y culturales, ocasionalmente financiadas por corporaciones cuestionables, para las cuales el arte sirve como herramienta para lograr objetivos políticos y económicos. El Museo del Bien se exhibió en 2016 en el Museo Jumex.[13]

En 2019, la monografía HCRH: Septuagésimo Aniversario 1947-2017 fue publicada por la Fundación Alumnos 47.[14]

Rodrigo Azaola y Artemio Narro son miembros del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.



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