Los Hechos de los Apóstoles (en griego antiguo, Πράξεις τῶν Ἀποστόλων, Práxeis tôn Apostólōn; en latín, Actūs Apostolōrum), también conocido como el libro de los Hechos o simplemente los Hechos, es el quinto libro del Nuevo Testamento. El libro narra la fundación de la Iglesia cristiana y la expansión del cristianismo por el Imperio romano.
Los Hechos y el Evangelio de Lucas forman una única obra de dos partes (Lucas-Hechos u opus lucanum) escrita entre los años 80 y 90 d. C. El propio libro en su inicio manifiesta que es una segunda parte. Sin embargo, los textos se separaron antes de que se escribieran los manuscritos que llegaron hasta hoy. Con esta separación se buscaba cultivar el conocimiento de los evangelios como una unidad de archivos sagrados, a los cuales los Hechos servían como una especie de apéndice. Es de un interés y valor históricos únicos: no hay ningún otro libro como este dentro del Nuevo Testamento.
Su abreviatura para citas es Hch en castellano y Act en latín.
El libro de los Hechos es la única historia de la Iglesia primitiva, primitiva tanto en el espíritu como en la sustancia; sin él sería imposible tener un cuadro coherente de la edad apostólica. Con él, las epístolas paulinas son de un valor histórico incalculable; sin él, permanecerían incomprensiblemente fragmentarias e incompletas, a menudo incluso confundirían.
No contiene la historia de todos los apóstoles, sino solo la de Pedro y de Pablo. Juan es mencionado solo tres veces, y todo lo que se cuenta de Santiago, el hijo de Zebedeo, es su ejecución por Herodes Agripa I. Al inicio del libro se menciona a los doce apóstoles (Hechos 1:13,26), incluyendo a Matías, que sustituyó a Judas Iscariote. También a lo largo del libro se menciona a Bernabé de Chipre, a Marcos, a Santiago el «hermano del Señor» y a otras figuras neotestamentarias.
El título «Hechos de los Apóstoles» (en griego, Πράξεις ἀποστόλων Praxeis Apostolon) fue utilizado por primera vez por Ireneo a finales del siglo II. No es claro si el título fue acuñado por Ireneo o si ya existía con anterioridad. No obstante, parece claro que el autor no le dio un título a la obra.
El Evangelio de Lucas y los Hechos forman una obra de dos volúmenes que los académicos frecuentemente denominan Lucas-Hechos. Dicha obra conforma más de una cuarta parte de todo el texto del Nuevo Testamento, por lo que su autor elaboró la contribución más extensa al canon del Nuevo Testamento. Lucas-Hechos es una representación del contexto histórico en que las siguientes generaciones de cristianos encajaron su idea de la historia de Jesús y de la iglesia primitiva.
La evidencia externa, que es relativamente extensa y temprana, como el fragmento muratoriano, una traducción del siglo VII de un texto griego del siglo II descubierta por Ludovico Antonio Muratori en el XVIII, Ireneo, Tertuliano, Clemente y Orígenes todos apuntan a Lucas, el compañero de Pablo, quien tal vez estaba con él como médico.
El mismo libro de Hechos indica que fue escrito por un compañero de Pablo. En Hechos 16:10 el escritor, sin previo aviso, pasa de la tercera persona a la primera: «Pero cuando vio la visión enseguida procuramos avanzar hacia Macedonia».
La evidencia de la autoría del tercer evangelio también cuenta para los Hechos y se puede comparar Lucas 1:1-4 con Hechos 1:1. Aunque el autor nunca menciona su propio nombre, la tradición de atribuir la autoría a Lucas data por lo menos del segundo cuarto del siglo II.
La datación mayoritaria (Norman Perrin, E. Lohse, P. Vielhauer, O. Cullman) sitúa a este libro en los años 80, debido a que esta es la década en que se suele fechar el Evangelio según san Lucas, que lo precede. Sin embargo, la horquilla datacional que puede encontrarse en la bibliografía acerca de este tema es muy amplia.
La datación más tardía está limitada por la existencia del papiro P45, de la primera mitad del siglo III y por la mención que la Epistula apostolorum hace de este texto a mediados del siglo II. Autores como E. Schürer o F. C. Burkitt han sugerido que Hechos era posterior a las Antigüedades judías de Flavio Josefo, al señalar posibles dependencias de Hechos con respecto a la obra de Josefo. Esta teoría ha sido rebatida por autores como Adolf von Harnack, F. J. Foackes Jackson, W. Kümmel, G. W. H. Lampe y T. W. Manson.
Algunos autores (B. Reicke, C. Vidal) proponen fechas anteriores al año 70 o incluso al año 62, basándose en los siguientes datos:
El relato resulta historiográficamente menos fiable que otros con respecto a la biografía de Jesús de Nazaret, debido a que es más tardío, posterior al evangelio de San Lucas, y más elaborado desde un punto de vista catequético y para el proceso de creación de la iglesia. Contiene únicamente relatos de la resurrección y algunos dichos atribuidos a Pedro. Menciona a «Santiago el hermano de Juan» , en lo que coincide con las cartas de Pablo.
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