La Iglesia Ortodoxa Letona (en letón: Latvijas Pareizticīgā Baznīca, en ruso: Латвийская Православная Церковь) es una iglesia semiautónoma Ortodoxa bajo la jurisdicción del Patriarcado de Moscú. La cabeza de la iglesia ostenta el título de Metropolitano de Riga y toda Letonia; esta dignidad ha sido ejercida por el Metropolitano Alexander Kudryashov (Aleksandrs Kudrjašovs).
La Iglesia Ortodoxa fue introducida en Letonia en el siglo XI, cuando se instaló en el país una misión proveniente de la diócesis de Polatsk. Pero el país permaneció pagano hasta que fue conquistado en el siglo XIII por cruzados germanos - los Hermanos Livonios de la Espada, quienes llevaron el catolicismo. La presencia ortodoxa continuó a través de Iglesias para comerciantes rusos, pero estas fueron pequeñas comunidades en medio de una mayoría católica antes de 1525 y de luteranos después de ese año. Después que Letonia fuese anexada al Imperio Ruso en el siglo XVIII, la presencia rusa y ortodoxa se incrementó substancialmente, pero la Iglesia Ortodoxa siguió siendo ajena para el pueblo letón. La comunidad ortodoxa del país comenzó a incluir tanto a rusos como a nativos desde la década de 1840, cuando los letones ortodoxos (quienes eran súbditos del imperio ruso) solicitaron al Zar permiso para celebrar la Divina Liturgia en su lengua vernácula. La comunidad ortodoxa gozó de un éxito considerable en sus misiones entre los letones, gracias al uso del idioma letón. A finales del sigo XVIII la Iglesia de la Natividad para el culto ortodoxo, fue construida en Riga. Sin embargo, dicho templo no fue bien visto por la nobleza luterana de la zona; contradictoriamente, el carácter predominantemente germano de los luteranos fue un factor importante en la conversión de casi 40,000 fieles luteranos, quienes ingresaron en iglesia ortodoxa. A pesar de ello, cuando la libertad de credo fue promulgada en 1905, alrededor de 12,000 letones se convirtieron de ortodoxos a luteranos; en la mayoría de casos esto fue producto de matrimonios mixtos y las dificultades que conllevaba mantener a una familia dividida en credos distintos.
Durante la Primera Guerra Mundial, las propiedades de la Iglesia Ortodoxa Letona fueron confiscadas por las fuerzas de ocupación alemanas, y durante los primeros años de la Letonia independiente, el gobierno no mostró interés por reconocer a la iglesia, sospechando que esta sería una fuente soterrada para el zarismo. Es en esta difícil situación, que Jānis Pomers, un letón originario, fue elegido Arzobispo de Riga en 1921. Él consiguió el reconocimiento del gobierno en 1926 y a pesar de la grande oposición de izquierdistas y otros, se logró estabilizar la situación de la Iglesia. Durante la oposición de los bolcheviques, el arzobispo mantuvo unido a la comunidad letona unida al Patriarcado de Moscú. En 1934, él fue brutalmente asesinado por agentes soviéticos. El año siguiente, la Iglesia se convirtió en autocéfala bajo el auspicio del Patriarca de Constantinopla. Los cinco años posteriores, fueron buenos para la Iglesia letona, liderada por el Metropolitano Agustín Pētersons. Durante la segunda anexión soviética (1944-1991), los ortodoxos sufrieron la opresión, así como toda religión a través de todo el territorio soviético, que fue mitigada parcialmente entre 1943 y 1958 y durante el gobierno de Mijaíl Gorbachov.
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