Juan Antonio Escurra (Caraguatay, Departamento de Cordillera, Paraguay; 6 de mayo de 1859 - Villa Hayes, Departamento de Presidente Hayes, Paraguay; 24 de agosto de 1929) Fue un político y militar paraguayo que se desempeñó como presidente de su país entre el 25 de noviembre de 1902 y el 19 de diciembre de 1904, año en que fue depuesto por una revolución.
Fue a la escuela primaria en su ciudad natal, más tarde se dedicó al campo. En 1879, a la edad de 20 años, ingresó al ejército siendo ese año soldado raso. Obtuvo importantes ascensos. En 1891 fue designando comandante militar de las Misiones; en mayo de 1892 fue sargento mayor, además de comandante de las fuerzas de caballería. En julio de 1894 fue ascendido a teniente coronel y el 24 de agosto de 1897 a coronel de la nación. Su ascenso más importante fue el de Alférez de Caballería. Fue partícipe del golpe que derrocó del poder a Emilio Aceval. Tuvo una importante actuación en la revuelta del 18 de octubre de 1891, en la que defendió con valor al gobierno que estuvo constituido en ese entonces por el general Egusquiza.
Entre los años 1898 y 1902 fue ministro de Guerra y Marina durante los gobiernos de Emilio Aceval y Héctor Carvallo. Fue miembro del Partido Colorado.
Fue Presidente de la República a la edad de 43 años entre el 25 de noviembre de 1902 y el 19 de diciembre de 1904. Se alejó del poder y no pudo completar su periodo a consecuencia de la revolución de ese año. Su vicepresidente fue el doctor Manuel Domínguez, quien se plegó dicha revolución. El gabinete del coronel Escurra fue conocido como el más joven ya que estuvo integrado por caballeros que iban de 26 a 63 años, entre ellos estaban: Fulgencio R. Moreno, Juan Bautista Gaona y Emiliano González Navero, en Hacienda; Eduardo Fleitas y José Emilio Pérez, en Interior; Cayetano Carreras, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Antonio Cáceres, Patricio Escobar, Bernardino Caballero y Benigno Ferreira, en Guerra y Marina; Pedro Pablo Peña, Cayetano Carreras, Gualberto Cardús Huerta y Cecilio Báez, en Relaciones Exteriores.
Durante su gobierno, se fundó el colegio San José, cuyo lema era “Fiat voluntas dei”, “Hágase la voluntad de Dios” y llegaron los padres Bayoneses; se estabilizó la moneda y el presupuesto. Nuestra moneda tuvo un respetable valor durante su gobierno. Los negocios prosperaron considerablemente; la firma Casal Ribeiro exportó exitosamente tabaco y algodón a Europa; Rius y Jorba exportó cuero, lanas y cerdas en gran cantidad. El doctor Arturo Rebaudi, indudable “antilopizta”, según el decreto del 21 de marzo de 1904; fue como delegado al II Congreso Médico que se llevó a cabo en Buenos Aires; egresaron los primeros médicos de la Universidad Nacional; se declaró distrito a San Antonio; se donó al Uruguay el Solar Artigas; se autorizó la construcción del monumento a los Héroes de Ytororó; se adoptó el Código de Comercio argentino.
El 29 de diciembre de 1903 Cecilio Báez fue designado plenipotenciario en México y Estados Unidos. O`Leary fue interventor de la Lotería Nacional. En 1902 renunció don Silvano Mosqueira a la secretaría de la Municipalidad y lo reemplazó Federico Chaves. En 1903 se alejó de la jefatura de Policía de la Capital el doctor Tomás Matto; se creó la Junta Económico- Administrativa de Mbuyapey teniendo como presidente a don Ceferino Ayala y como vicepresidente a don Carlos Pastore. Se nombró, además, como calígrafo de la Biblioteca Nacional a Fernando Vera, en reemplazo de Alberto Correa, que había renunciado. Se realizó una donación al gobierno uruguayo del “Solar de Artigas”.
Entre los acontecimientos en el ámbito de la educación debemos mencionar la ejecución del Primer Congreso Pedagógico Nacional, en febrero de 1903 y la adopción del denominado “Plan Franco” para el Colegio Nacional, el 25 de marzo de 1904. En ese mismo año el poeta Narciso R. Colmán se desempeñó como juez de paz en la localidad de Caballero. En 1903 egresaron de la Facultad de Medicina Andrés Barbero, Ricardo Odriozola, Manuel Urbieta y Eusebio Tabeada, entre otros.
En agosto de 1904 se produjo un agitado movimiento militar que se instaló en Villeta y en octubre de ese mismo año estalló una revolución que culminó con el derrocamiento de Escurra, y con él, el fin del gobierno republicano y el inicio de los liberales en el poder. Luego de su destitución, se retiró del ámbito político comenzando nuevamente una sencilla vida alejada de toda posible perturbación. Se estableció en Villa Hayes, en donde formó un hogar respetable sobre las bases del calor familiar.
Estuvo casado con Josefa M. Rojas Acosta, hermana del general Manuel Rojas Acosta y de Benigno Rojas Acosta. Tuvieron una hija, Petrona de Mercedes Escurra Rojas.
El coronel Escurra falleció en la ciudad de Villa Hayes, el 24 de agosto de 1929. El Poder Ejecutivo, por decreto, dispuso que se le rindan todos los honores correspondientes. Su cuerpo fue velado en el Palacio de los López y trasladado al cementerio de la Recoleta. Cuando la caravana que conducía al ya fallecido coronel llegó al Puerto de Asunción, la batería de la Artillería de Marina hizo una salva de once cañonazos, por una disposición del Ministerio de Guerra. La Guardia de Honor estuvo compuesta por una Sección de la Marinería. Frente al féretro desfilaron el ministro de Hacienda, doctor Eligio Ayala, el presidente José P. Guggiari, miembros del Supremo Tribunal y Justicia y miembros del Parlamento, distinguidos políticos del Partido Colorado y numerosas familias de la alta sociedad asuncena. Se llevó a cabo una solemne misa de cuerpo presente en la Catedral Metropolitana que estuvo a cargo del arzobispo de Asunción Juan Sinforiano Bogarín. Sus restos fueron depositados en el Panteón Militar, en ese momento la batería de la artillería de la Marina lanzó otras salvas de once cañonazos.
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