Julio César Grassi cumple los años el 14 de agosto.
Julio César Grassi nació el día 14 de agosto de 1956.
La edad actual es 67 años. Julio César Grassi cumplirá 68 años el 14 de agosto de este año.
Julio César Grassi es del signo de Leo.
Julio César Grassi nació en Lomas de Zamora.
Julio César Grassi (Lomas de Zamora, 14 de agosto de 1956) es un sacerdote católico argentino, fundador de la Fundación Felices los Niños, condenado por la Justicia argentina a 15 años de cárcel por abuso sexual infantil y corrupción de menores. Se lo conocía por ser un cura mediático que solía aparecer mucho en programas de televisión para recaudar fondos para la Fundación. La primera causa por abusos sexuales fue presentada en 1991 en el Juzgado de Menores de Mercedes, pero recién después de 22 años, luego de muchas idas y venidas con el sacerdote libre, la fiscalía declaró su encarcelamiento. Las amenazas, intimidaciones, golpes y agresiones físicas y verbales tanto contra los denunciantes como contra los testigos fueron una constante en este caso. Cuatro años después de su condena, cuando finalmente quedó encarcelado, el obispado afirmó que iba a iniciarle un juicio canónico aunque nada de ello ha sucedido hasta el momento.
Además fue condenado a dos años más de prisión por otra causa por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones en beneficio propio.
Además, en julio de 2014 el director de hogares de la Fundación Felices los Niños, Juan Manuel Casolati, lo denunció ante la Fiscalía número 8 de Morón, por el robo de la comida de los niños y las donaciones de la Fundación, que le son enviadas semanalmente en vez de ir a la Fundación, para que el padre pueda pagar prebendas y solventarse una vida de "lujo" en prisión mientras los niños pasan necesidades y viven en pésimas condiciones.
Grassi cumple su condena en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria Nº 41 de Campana, provincia de Buenos Aires.
El 21 de marzo de 2017, la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina, por unanimidad, desestimó los recursos presentados por la defensa y dejó firme la sentencia que había condenado a Grassi a 15 años de prisión «por abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada».
A partir de entonces quedó firme la condena emitida en el 2009 por el Tribunal Oral, confirmada en segunda instancia por la Cámara de Casación y en tercera instancia por la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires.Julio César Grassi nace el 14 de agosto de 1956 en la provincia de Buenos Aires. Sus padres son Tomás Osvaldo y Adelina Ester Alzúa. Julio César es el tercero de cinco hermanos.
A los catorce años es catequista y realiza trabajos sociales en villas miserias del Partido de Lanús. A los dieciséis años viaja como misionero a El Calafate. A los diecisiete años, luego de terminar la enseñanza secundaria, ingresa al noviciado salesiano en la Provincia de Santa Fe. Luego se recibe profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación y de las Ciencias Sagradas. En octubre de 1987 es ordenado sacerdote, eligiendo el lema «Padre de los que no tienen padre».
Grassi se caracteriza por sus relaciones con el poder político, el mundo empresarial y gente del medio artístico. Estas vinculaciones lo convierte en el cura más conocido de la televisión por sus amistades de la farándula. Con frecuencia aparece como referencia de moralidad, ética y compromiso y los programas de televisión siempre solicitan su opinión.
En la década de los 90 conduce un programa radial que gana un Martín Fierro. Es invitado estrella de programas de televisión. José María Muñoz lo apoda “La Manga” por su afán de pedir dinero para sus obras.
En diciembre de 1993, durante el gobierno de Carlos Menem, Grassi crea la fundación gracias a un subsidio de cinco millones de pesos-dólares y una donación estatal de 65 hectáreas que consiguió a raíz de su relación con el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo. Construye la sede central de la fundación en Hurlingham.
6400 niños a los que se asiste en 21 localidades del país con comida, abrigo, educación, techo y formación espiritual en 52 obras. Con el tiempo la Fundación Felices Los Niños recibirá donaciones de mucha gente importante y famosa y llega a albergar a 6.300 menores judicializados.
En 1998 Susana Giménez conduce un programa de juegos en la televisión con el fin de recaudar fondos para la fundación. A partir de no quedar conforme Grassi participa en un escándalo con la empresa Hard Communication, de Jorge Born y Jorge Rodríguez, pareja de Susana Giménez que es la que organiza y promociona los juegos en el programa.
Grassi desfila por muchos programas de televisión acusando a la empresa de estafa. Grassi asegura a la prensa que había sido estafado porque había recibido mucho menos dinero del que le habían prometido y le reclama a Hard Communication el dinero que le correspondía.
Esto se define en un juicio penal. Durante el juicio contra Hard Communication, Grassi se desdice de todas las acusaciones que había hecho a través de los medios de difusión.
Eso no le impide asegurar que las acusaciones por corrupción de menores en su contra son parte de una conspiración del exguerrillero montonero Rodolfo Galimberti, socio de Jorge Rodríguez, pareja de Susana Giménez, en la empresa Hard Comunication.
Grassi resulta muy efectivo a la hora de pedir donaciones. A su alrededor pululan personajes de la política y el espectáculo dispuestos a hacer caridad con su obra, como Chiche Duhalde, Amalia Lacroze de Fortabat o Bernardo Neustadt.
En el año 2000 el presupuesto anual de la fundación es de 4,6 millones de dólares. Llega a tener 400 empleados y recibe subsidios estatales además de las donaciones de grandes empresas y particulares.
Cuando el padre es destituido de la Fundación se muda a "La Blanquita", una quinta que queda justo frente a la Fundación.
Desde allí continúa manejando los hilos de su obra. Según Jorge Salas, secretario adjunto de UTEDYC Zona Oeste, Grassi estaría en juicio con el dueño de esa propiedad, por falta de pago. Al frente de la institución está la hermana María Elena Ferracutti, aunque muchos se animan a decir que ella sólo es una figura simbólica porque Grassi sigue manejando la Fundación. Nueve meses después de la explosión mediática una entidad de Canadá congela una donación por $3.000.000 porque se informa que Grassi habría llevado dinero a Suiza.
El presupuesto previsto en julio de 2002 es de $ 13.012.016 y el gobierno nacional aprueba subsidios por $ 1.918.535.
La disminución de los fondos se hace notar rápidamente en la Fundación. En los comedores de la entidad no se sirve carne con la misma frecuencia que antes. Los proveedores y el personal cobran con retraso. Los chicos que viven en los hogares ya no reciben tantas visitas de familias que antes les llevaban regalos y los sacaban a pasear. El conductor televisivo Raúl Portal, su gran amigo, asume la titularidad de la FFN cuando Grassi es detenido.
En 2014 se descubre que roba el dinero de las donaciones de la Fundación para uso personal. El director de hogares de la Fundación Felices los Niños, Juan Manuel Casolati, denuncia ante la Fiscalía número 8 de Morón, que Grassi se hace llevar la comida de los niños a la prisión para compartirla con los demás presos y los guardiacárceles a cambio de privilegios vedados a otros prisioneros. La Fundación continúa recibiendo grandes sumas de dinero a través de donaciones que se solicitan telefónicamente, pero los niños viven en condiciones calamitosas, sin la higiene mínima, con frío, sin televisores, comiendo comida vencida. El padre Grassi se hace llevar el dinero a la prisión y vive a todo lujo. La justicia interviene la Fundación.
En julio de 2001, una nota publicada en el Diario de Morón denuncia irregularidades administrativas. Monseñor Justo Laguna lo destituye de su cargo de presidente de la Fundación Felices los Niños y le da el de director espiritual.
Durante todo el tiempo que dura su procesamiento por abuso de menores Grassi es respaldado por numerosas figuras de la televisión. En especial es defendido por el conductor televisivo Raúl Portal que hace campaña en su programa.
El estado le retira los subsidios a la Fundación porque Grassi habría usado el dinero para pagarle al estudio de abogados que lo defiende.
Sus contactos con importantes empresarios le permiten mantener un nivel de vida y costearse una defensa carísima. Siempre asegura públicamente su inocencia, la falsedad de las denuncias y que no hay pruebas en su contra. Incluso en 2008 es invitado al programa Almorzando con Mirtha Legrand.
En 1991 se presenta, ante el Juzgado de Menores de Mercedes, a cargo del juez Julio Cámpora, un conocido contacto del cura, la primera causa contra Grassi por supuestos abusos sexuales a niños de la fundación pero la investigación nunca avanza y es cerrada.
En 2000 un fiscal argentino inicia una investigación del padre Grassi basada en cartas anónimas de empleados actuales y anteriores, las que aducen tanto problemas laborales como acusaciones de que abusa de niños.
En noviembre se abre la nueva causa penal ante el Juez de Garantías Nº 4 de Morón, Alfredo Meade, con intervención del fiscal Adrián Flores. La causa queda caratulada como abuso deshonesto agravado y reiterado con corrupción de menores agravada por la condición de guardador y sacerdote. La causa no avanza.
El 23 de octubre de 2002 el programa televisivo Telenoche Investiga revela en un informe titulado "Con los chicos, no" denuncias contra el sacerdote por abuso sexual a jóvenes internados en la Fundación Felices los Niños. En el programa, un chico al que apodaron "Gabriel" relata cómo había sido obligado a mantener relaciones con el cura. El chico que se conoce con el alias de “Gabriel” y en el momento del abuso tenía 15 años, esa misma noche escapa de la Fundación y no vuelve nunca más.
La primera reacción de Grassi al enterarse es escaparse y es declarado prófugo de la justicia.
El día que le dictan la captura, Grassi consigue refugio en Canal 9 evadiendo la justicia y aparece en varios programas de televisión declarando su inocencia. Finalmente se presenta a la justicia con un equipo de abogados de uno de los estudios más importantes y caros de la Argentina.
El 24 de octubre, en la entrevista con la policía, Grassi niega todo y su argumento es que uno de los chicos denunciantes lo acusa para extorsionarle y dice que el móvil de la denuncia es sacarle dinero.
El 30 de octubre de 2002 se emite el segundo informe. En la segunda emisión del programa "Ezequiel", otro menor de la Fundación cuenta más casos de abuso por parte del cura.
El 10 de noviembre los abogados de Grassi piden nulidad y se aparta el primer fiscal, Adrián Flores. La fiscal Rita Bustamente lo reemplaza. El juez Alfredo Meade se excusa.
El 21 de noviembre de 2002 Grassi es procesado por abuso sexual agravado. La fiscal de Morón, Rita Bustamante solicita la detención preventiva. La fiscal le imputa la comisión de los delitos de abuso deshonesto agravado y corrupción de menores en perjuicio de "Gabriel" y "Ezequiel" y en este caso agregó del delito de amenazas coactivas.
Pero Grassi continúa libre. El padre sostiene que se trata de una conspiración de un grupo político de izquierda al que representaría el sindicalista Luis D’Elía, que querría quedarse con la Fundación Felices los Niños.
La jueza Mónica López Osornio ordena la libertad morigerada. No dicta la prisión preventiva sino que lo mantiene en libertad con la condición de que no se acerque a los menores de la Fundación. La Justicia dispone que el sacerdote Grassi pueda trabajar en la Fundación en el horario de 8.30 a 18.30 en compañía de una monja. El 29 de noviembre Grassi denuncia a «Gabriel» por intento de extorsión. En 2003, tanto Miriam Lewin como el programa son nominados para el premio Martín Fierro.
Las amenazas, intimidaciones, golpes y agresiones físicas y verbales tanto contra los denunciantes como contra los testigos fueron una constante en este caso. Siempre se hacía mención a que no testificaran.
El denunciante conocido con el alias de "Gabriel" es brutalmente golpeado y amenazado para no declarar en contra del cura. También el denunciante conocido como "Ezequiel" sufre apremios ilegales por parte de desconocidos que le dicen que le conviene retirar la denuncia. También son injuriados y difamados por el padre Grassi y sus abogados en distintos programas de televisión a pesar de que la justicia les había prohibido expresamente hacer referencia a los denunciantes (por ser menores) fuera del tribunal durante el juicio.
Pero el 2 de enero de 2003 "Ezequiel" se presenta en Tribunales para una supuesta audiencia y termina retractándose de su declaración. El abogado defensor de Grassi, Miguel Ángel Pierri, aprovechándose de que "Ezequiel" no sabe leer le hace firmar un papel retractándose de su denuncia. El papel es declarado nulo. El abogado es detenido el 25 de mayo de 2003 y el juez que labra el acto es procesado.
El fiscal José Andrés de los Santos pide la indagatoria y el procesamiento del juez de Menores de Morón, Ricardo Oyama, y del secretario de ese juzgado, Carlos Enríquez, por el supuesto delito de encubrimiento. También requiere la indagatoria y la detención del abogado Miguel Ángel Pierri por la presunta comisión de los delitos de prevaricato, encubrimiento y violación del secreto de sumario. El letrado queda detenido, porque ya tenía una condena en suspenso en la Capital Federal. Luego se le aplica un régimen de prisión preventiva "morigerada" por el que deberá permanecer en su casa y podrá ir a trabajar.
Más tarde es sobreseído el juez porque se encontraba de licencia y había intervenido el juez de Menores Gerardo Frega y no él.
Grassi cuenta con un gran apoyo, diarios que lo defienden, como Ámbito Financiero, programas de radio y de televisión que lo defienden, como el de Raúl Portal, incluso en setiembre de 2003, 8.500 padres firman una carta solicitándole al gobernador Felipe Solá levantar la medida que consideran política que le impide al padre Grassi tomar contacto con los menores de la Fundación. Consideran que la ausencia de Grassi en la Fundación podría llegar a provocar una crisis debido a que hay una disminución de las colaboraciones.
Los denunciantes son acusados de mentirosos, fabuladores y de buscar resarcimiento económico. Algunos empleados y ex empleados de la Fundación aseguran a los medios y a la justicia que, desde hacía años, sospechaban que el cura mantenía relaciones íntimas con varios de los menores que estaban a su cargo.
Los padres que firmaron para apoyarlo también realizan denuncias penales por falsedad contra los periodistas de Telenoche investiga y contra los empleados de la Fundación que testifican contra el padre: María Laura Santillán, Juan Miceli, Antonio Delia, Irene Bais, la cocinera Amalia Castro y Daniel Olivera. Ahora Grassi plantea la hipótesis de que el origen de la denuncia radica en un grupo de empleados infieles que fueron separados de la fundación por mal desempeño en sus funciones.
El 10 de junio de 2006 aparece una nueva víctima: un joven llamado "Luis" también denuncia haber sido víctima de un ataque sexual por parte de Grassi. Se trata del mismo menor al que aludían las supuestas denuncias de Calafate. Revela que los abusos comenzaron tras el regreso del viaje del sur.
Este adolescente conocido como "Luis" tiene 17 años cuando denuncia ante la justicia de Morón haber sido víctima de situaciones de abuso durante su internación en la fundación entre 1998 y 2003, pero como los hechos habrían ocurrido en El Calafate la defensa de Grassi logra que no sean incorporados al mismo expediente alegando que corresponden a otra jurisdicción. "Luis" es testigo también en la causa que se sustancia en el Tribunal Oral Nº 1, en la que ratifica haber sido abusado en 10 ocasiones por Grassi y da datos sobre hechos similares que tuvieron como víctimas a otros cuatro menores.
"Ezequiel" declara haber sido abusado en 1998 cuando tenía sólo 9 años y asegura haber presenciado situaciones similares de las que habrían sido víctimas otros menores.
"Luis" relata que fue víctima de abusos sexuales por parte de Grassi y asegura que fue amenazado por un hombre armado que le advirtió «ojo con lo que vas a declarar en el juicio». El muchacho refiere haber negado los abusos en 2003 ante la justicia de Santa Cruz por temor ya que en ese entonces vivía en la fundación y por eso no se animaba.
El 1º de julio de 2008 el juez Carlos Navarte de Santa Cruz procesa a Grassi por abuso sexual.
Todo el proceso judicial se ve salpicado por denuncias de amenazas a los testigos, intimidaciones, agresiones físicas, falsas retractaciones, testigos que se niegan a declarar, investigaciones sobre los jueces y abogados por encubrimiento a favor del cura o por presionar a los denunciantes. Grassi cuenta con los abogados mejor pagos del país representando a los estudios más importantes. Los adolescentes querellantes terminan formando parte del «Programa de Protección a Testigos» debido a las amenazas contra su integridad y los ataques sufridos.
El 19 de agosto de 2008 comienza el juicio oral contra Grassi. Grassi acusa a los dos periodistas de haber armado la causa en su contra insiste en una teoría del complot en la que incluye a la justicia de Morón y de la provincia de Santa Cruz.
Otros de los niños supuestamente abusados niegan los hechos y continúan trabajando en la Fundación en cargos de importancia.
Fabián Amarilla trabaja como secretario privado de Grassi y la defensa de Grassi niega enfáticamente los rumores que circulan de que mantendrían algún tipo de vínculo sexual entre ellos.Grassi propone la hipótesis de se trata de una conspiración de sacerdotes de la religión umbanda que se habrían tomado venganza por las denuncias que Grassi hizo contra alguno de ellos.
Sin problema, la justicia realiza peritajes psiquiátricos a "Gabriel" y "Ezequiel", pero Grassi se niega sistemáticamente a que le realicen a él el mismo peritaje.
Durante años logra postergarlo muchas veces pero en Santa Cruz el juzgado de Instrucción Nº 1, a cargo del juez Santiago Lozada, lo obliga a realizarlo para el expediente 37.306/2003 que instruye su juzgado.
El peritaje que le realiza un experto psiquiatra y psicólogo en la provincia de Santa Cruz encuentra «indicadores similares del perfil psicológico de un delincuente sexual».
La pericia psicológico-psiquiátrica es practicada al acusado en Río Gallegos, fojas 553/567 del expediente de la causa nº. 006/05 del Juzgado de Primera Instancia de El Calafate. El peritaje es realizado por la doctora Susana Mendoza y el licenciado Gastón Lucas Mendicoa del Cuerpo Médico Forense del Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz. Dicho informe sostiene que la personalidad de Grassi es compatible con la de un agresor sexual, que no mide las consecuencias de sus actos y no logra controlar sus impulsos.
Además los peritos traen a colación cierta similitud entre características obtenidas en el examen de la personalidad del entrevistado con las que presentaron algunos delincuentes sexuales surgidas mediante la aplicación a uno y otros del Inventario Clínico Multiaxial de Million-II según surge de un trabajo presentado por los españoles Margarita Ortiz-Tallo, profesora titular de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, L. M. Sánchez Rodríguez, psicólogo del Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre, Málaga y Violeta Cardenal, profesora titular de Psicología Diferencial de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
Parte del informe sostiene que:
La defensa de Grassi logra que la pericia sea desechada como prueba por el Tribunal Oral 4 de Morón por haber sido realizada por orden de la Justicia de Santa Cruz.
Se le toman los protocolos psicológicos, el tests de Rorschach, el test de la figura humana, el test del HTTP, el MMPI, el test de Minnesota y el test Inventario Clínico Multiaxial de Million-II entre otros. Los profesionales advirtieron dificultad para establecer vinculaciones con sus pares en la intimidad, carencia de empatía, por la estructura narcisista, incapacidad de ponerse en el lugar del otro sin estar en ese lugar. También dicen que Grassi posee capacidad para actuar en un proceso penal, pues existen facultades cognitivas para entender las posibles consecuencias negativas y positivas de la causa, al mismo tiempo que no existe impedimento mental para entender la valoración e importancia de la misma (fojas 2716/2723).
El informe del Cuerpo Médico Forense de Río Gallegos indica que Grassi manifiesta una fachada socialmente atractiva para esconder sus impulsos socialmente prohibidos y que expresa emociones contrarias a las que realmente siente.
Por su parte, el doctor Sergio Bonotto, especialista en psiquiatría y psicología médica, declara ante el tribunal que se habían podido determinar escalas altas de indicadores similares a los que poseen los delincuentes sexuales. Define a Grassi como un obsesivo, compulsivo y narcisista en la máxima escala que no logra controlar su instinto sexual que es para él un disparador permanente.
La perito psicóloga, licenciada Noemí Suárez, forense oficial del juzgado de menores de Morón declara que "Ezequiel" le había manifestado en cuatro oportunidades que había sido abusado por Grassi y explica la técnica aplicada para determinar la veracidad de sus declaraciones. La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires comienza una investigación a los integrantes del Tribunal Oral 4 por haber impedido el ingreso al abogado de uno de los querellantes, Juan Pablo Gallego en las audiencias públicas.
Grassi y su defensa técnica cargan las tintas en la actuación del Juez Dr. Humberto Alfredo Meade, la Jueza de Menores de San Isidro Mirta Ravera Godoy, y en el programa Telenoche Investiga, específicamente en la persona de Miriam Lewin, imputándoles una «maliciosa conspiración» para perjudicar al sacerdote diciendo que los informes de los testimonios fueron inventados. Grassi sostiene que se trata de un invento de la periodista Miriam Lewin, judía, por su animosidad contra la Iglesia católica debido a su ideología de izquierda.
Durante el juicio oral, siguiendo los dichos del padre Mettone y la asistente social Maria Teresa Vilas la querella pretende establecer que Grassi e Iván Guex también sostuvieron una relación inadecuada. Se refirieron a los supuestos privilegios que recibían algunos niños cuya presencia algunas noches en la sala contigua al dormitorio de Grassi podrían resultar sospechosas.
Durante el juicio oral se comprueba que el padre Grassi llevaba a los niños a su dormitorio por las noches.
Según el veredicto, la víctima, después de trece años de ocurridos los hechos, se conmueve hasta las lágrimas cada vez que rememora lo sucedido en el juicio oral.
El 10 de junio de 2009 Grassi es condenado por el Tribunal en lo Criminal nº 1 del Departamento Judicial Morón. El tribunal está conformado por el doctor L. María Andueza como presidente, Mario Daniel Gómez y Jorge Eduardo Carrera.
La causa es la nº 2438 - carpeta de causa nº 3907 del Juzgado de Garantías nº 1 Departamental, I.P.P. 72.284 de la Unidad Funcional de Investigación nro. 7 - y su acumulada nº 2728 - carpeta de causa nº 4084 del Juzgado de Garantías nº 3 Departamental, I.P.P. Nº 161.746 de la Unidad Funcional de Investigaciones nº 7 -.
Según el tribunal, el hecho de haber sido Grassi la máxima autoridad en el ámbito donde se desarrollaron los hechos es un requisito que se tuvo en cuenta para estimar la asimetría de poder que posibilitó al autor infundir intimidación en la víctima para doblegar su voluntad reacia a la consumación del ilícito.
La sentencia, conocida el 10 de junio de 2009, encuentra a Julio César Grassi culpable de dos hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores, y lo condena a prisión por 15 años.
La defensa, la fiscalía y las partes querellantes apelan el fallo y el 14 de septiembre de 2010, la Cámara de Casación Penal bonaerense rechaza todos los recursos presentados por lo que solo queda la posibilidad de presentar los llamados recursos extraordinarios.
En 2010 se supo que existía una presión hacia los jueces, por parte de un lobby, de presuntos mensajeros del Papa Francisco, para declarar la inocencia de Grassi.
El 20 de setiembre de 2010, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón ―integrado por los jueces Luis Andueza, Jorge Carrera y Mario Gómez― resuelve que Grassi permanezca en libertad hasta que la sentencia quede firme, o sea hasta que venza el plazo para presentar recursos extraordinarios o que queden resueltos los que se interpongan.
En 2010, después de la sanción de la promulgación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y en medio de una pelea entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Grupo Clarín, Grassi sostiene en una entrevista televisiva en el canal 26 que las denuncias son una causa armada por el Grupo Clarín.
El 22 de octubre de 2011 Grassi concurre al programa de televisión conducido por Mauro Viale incumpliendo las cargas procesales que se le impusieron en la sentencia, por haberse referido públicamente a los denunciantes e ingresado a la Fundación Felices los Niños.
Al concederle la alternativa a la prisión preventiva, la jueza de Garantías le había prohibido referirse a las víctimas en forma pública con el objeto de preservar la identidad de los involucrados que al momento de los acontecimientos eran menores de edad, según el dictamen:
El 27 de noviembre de 2012 la Corte Suprema de Justicia falla desestimando los recursos.
En 2013 la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires confirma la condena a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores.
El 23 de septiembre de 2013 Grassi queda a disposición del Servicio Penitenciario Bonaerense y es alojado en la cárcel de Ituzaingó, Unidad Penitenciaria Nº 39, por orden del Tribunal Oral Criminal N° 1 de Morón.
Allí pasa su primera noche preso y luego es trasladado al pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria Nº 41 de Campana, provincia de Buenos Aires, a la espera de que se evalúe la posible incorporación de más testimonios a la causa que podrían aumentar la pena.
Al día siguiente, el Obispado de Morón, emite un comunicado dudando de la culpabilidad de Grassi.
En setiembre de 2013 los denunciantes vuelven a pedir que se revea el caso y le den más años.
En diciembre de 2013 Grassi solicita su liberación. El lunes 30 de diciembre de 2013 la Cámara en lo penal de Morón rechaza su pedido teniendo en cuenta que la condena está confirmada por la Casación y la Suprema Corte Bonaerense. Sin embargo Grassi insiste al mes siguiente otra vez con su pedido y un habeas corpus, el cual es rechazado nuevamente. En enero de 2014 vuelve a pedir su liberación y es rechazada. Cuando queda preso el obispado afirma que va a iniciarle un juicio canónico, aunque hasta el momento nada de ello ha sucedido.
El 21 de marzo de 2017, la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina, por unanimidad, desestimó los recursos presentados por la defensa y dejó firme la sentencia que había condenado a Grassi a 15 años de prisión «por abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada».
Sin embargo, debido a la ley del 2x1, Grassi permanecerá detenido menos tiempo porque el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón le concedió el beneficio del "2x1", es decir, que cada año detenido vale el doble debido a los años que pasó en prisión preventiva.
En 2014, Alberto Mirenda, el dueño de la casa-quinta que quedaba frente a la Fundación, La Blanquita, con un parque de 7200 metros cuadrados, en Hurlingham, lo denuncia ante la Justicia.
Grassi es nuevamente denunciado por presunta malversación del dinero de las donaciones de la Fundación Felices Los Niños en beneficio propio por utilizar el dinero donado a los niños para pagarse el alquiler de una mansión cerca de la Fundación cuando se le había prohibido vivir en la misma. Por esa causa, finalmente Grassi es nuevamente condenado por malversación de fondos con una pena de dos años más que se le agregan a su condena anterior. El 27 de julio de 2014, Jorge Lanata presenta en el programa Periodismo para todos, una investigación que muestra como el padre desvía donaciones otorgadas a la Fundación Felices los Niños hacia la Unidad Penitenciaria Número 41 de la cárcel de Campana en la cual está cumpliendo condena. El programa muestra con cámaras ocultas como el cura vive en la cárcel una situación privilegiada, con una cama especial y un baño privado, una oficina con una computadora, un televisor led con TV satelital, computadora con acceso a internet, tres celulares, un frigobar y un caloventor, todos elementos que ningún otro presidiario tiene permitido, mientras los niños en la Fundación Felices los Niños pasan hambre, frío y todo tipo de necesidades viviendo en pésimas condiciones sanitarias. El programa muestra cómo sustraen la comida de los niños y la llevan a la cárcel para que el padre pueda pagar prebendas a sus carceleros y compañeros presidiarios. Mientras tanto, los niños consumen comida vencida y en mal estado. Según la denuncia penal realizada por Juan Manuel Casolati, el director de hogares de la Fundación Felices los Niños, el padre Grassi vive en esas condiciones porque utilizaría las cuantiosas donaciones recibidas por la Fundación en beneficio propio.
Como resultado de la denuncia, es intervenida la prisión y separado de su cargo Raúl Garnica, ahora exdirector de la Unidad Penitenciaria Nº 41 del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires con asiento en Campana, durante gran parte del gobierno de Daniel Scioli. También es intervenida la Fundación en búsqueda de pruebas y una jueza manda allanar la casa del padre Grassi. Según el director de la Fundación, mientras que la Fundación tiene todo tipo de carencias, problemas de infraestructura y servicios, falta de alimentos para los niños, Grassi recibe las donaciones directamente en la cárcel. El allanamiento a su celda en la cárcel muestra que tiene en su poder cuatro teléfonos celulares y $5000 pesos, algo prohibido a cualquier preso. La causa está en trámite y sigue el proceso de investigación.
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