La Granjilla de La Fresneda, conocida actualmente como La Granjilla, e históricamente como Parque de La Fresneda, fue diseñada por Juan Bautista de Toledo en los terrenos del antiguo poblado de La Fresneda, perteneciente al término municipal de El Escorial, en la Comunidad de Madrid (España). En su calidad de Arquitecto Real, Juan Bautista la concibió como un Coto Cerrado para recreo de Felipe II y de los Monjes Jerónimos del Monasterio de El Escorial. Fray José de Sigüenza la describe como un parque que evoca el Paraíso.
Actualmente es un Conjunto Histórico, situado en de una finca histórica de 148 hectáreas. Estuvo íntimamente vinculada al Monasterio de El Escorial y formó parte de la denominada Gran cerca de Felipe II, dentro de la cual se encontraban diferentes espacios naturales y urbanos, utilizados por el monarca para efectos recreativos y cinegéticos.
Se localiza a una distancia de unos tres kilómetros del núcleo urbano escurialense, a través de la carretera M-505. El paraje posee un importante patrimonio natural, histórico y artístico. En él se halla un notable palacio de estilo herreriano, edificado por orden de Felipe II en el siglo XVI para su uso personal, alrededor del cual se extienden distintos jardines renacentistas y estanques, trazados con un concepto muy similar al de la Casa de Campo, en la ciudad de Madrid. El conjunto monumental se completa con un convento (la Casa de los Frailes y la Torre de Avendaño) y una iglesia (San Juan Bautista, iglesia parroquial de La Fresneda).
La Granjilla de La Fresneda está declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid y Sitio de Interés Histórico Natural por el Ayuntamiento de El Escorial. La finca está integrada dentro de la Ruta Imperial de la Comunidad de Madrid, un itinerario turístico promocionado por la Consejería de Cultura y Turismo de esta región, que recorre diferentes municipios que estuvieron relacionados con el camino seguido por Felipe II, en sus desplazamientos desde Madrid hasta el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que recibió desde el siglo XVI el calificativo de Octava Maravilla del Mundo, fue construido dentro de un plan integral de actuaciones territoriales, que abarcaban la mayor parte del llamado Circo de El Escorial, custodiado en sus extremos por Las Machotas y Abantos, dos montañas de la Sierra de Guadarrama.
En 1562, un año antes de colocarse la primera piedra del Real Monasterio, Felipe II empezó a interesarse por los parajes cercanos a este edificio, con la intención de adquirir terrenos, destinados a un doble objetivo: su explotación agropecuaria y cinegética —aspecto que resultaba clave para el mantenimiento de la comunidad monacal y cortesana que residía en el Monasterio— y su utilización como lugar de recreo.
Dentro de estas tierras, figuraban algunas áreas urbanas de pequeñas dimensiones, como el antiguo poblado de La Fresneda y la aldea de El Escorial (cuya grafía, en el siglo XVI, era Escurial o Scurial). Ambas fueron objeto de una planificación urbanística, impulsada por el rey y ejecutada por su arquitecto, Juan Bautista de Toledo, autor del proyecto inicial del Monasterio (acabado, tras su muerte, por Juan de Herrera). A ello se añadió la ordenación territorial de los parajes naturales colindantes, a partir de un planteamiento de naturaleza urbanizada, acorde con el gusto de la época.
Sobre el reducido caserío de La Fresneda se construyó un conjunto monacal y palaciego, que aprovechó parcialmente algunos de los edificios primitivos. Los monjes allí instalados desarrollaban actividades agrícolas y ganaderas, siguiendo un modelo de explotación de granjilla, que podría definirse como granja-recreo. Junto con esta función, el recinto cumplía una finalidad de descanso y esparcimiento, tanto para los monjes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial como, fundamentalmente, para el rey Felipe II, que lo frecuentaba asiduamente.
En lo que respecta a su regulación, fue creada una figura legal, híbrida de Señorío de Realengo (Real Sitio) y Señorío de Abadengo. Al mismo tiempo, se construyó una Pared Real, denominada La Cerca de Felipe II, para salvaguardar del furtivismo no sólo a La Granjilla de La Fresneda, sino también a otros espacios incluidos dentro de su perímetro, caso del bosque de La Herrería, en las proximidades de El Escorial. La Cerca delimitaba y protegía el Real Sitio de El Escorial, un Territorio Histórico a grandes rasgos coincidente con los actuales términos municipales de El Escorial y de San Lorenzo de El Escorial. Navalquejigo (El Escorial), por ejemplo, quedaba fuera de La Cerca.
El lugar estuvo vinculado a la monarquía española hasta el año 1870, cuando fue segregado en diferentes parcelas (Prado Nuevo, Prado de las Calles y del Río, El Dehesón, Canalejas, Milanillo, Las Radas y Las Radas del Tercio, entre otras), en virtud de la Desamortización de Juan Álvarez Mendizábal y Pascual Madoz y la consiguiente exclaustración de los monjes jerónimos del Real Monasterio de El Escorial. Tales fincas fueron subastadas, incluyendo el núcleo central de La Granjilla (donde se sitúa el conjunto monumental renacentista), que siguió conservando este nombre.
Actualmente se encuentra en manos privadas.
La Granjilla de La Fresneda fue trazada en el siglo XVI por Juan Bautista de Toledo, siguiendo un modelo muy similar al que este mismo arquitecto empleó previamente en la Casa de Campo de Madrid. En el proyecto trabajaron también Juan de Herrera y Gaspar de Vega, maestro de obras de Felipe II. El diseño de los estanques se debió a Pietre Janson y el de los jardines a fray Marcos de Cardona. En la construcción de los estanques también intervinieron numerosos arquitectos e ingenieros, como Pedro de Tolosa, Gonzalo Hernández, Pedro de Saldaya, Alonso Albañil, Justo González y Juanelo Turriano, a quien se le atribuyen la cacera principal, las caceras complementarias y la llamada máquina del agua, que formaban parte de un sofisticado sistema hidráulico de acequias y canalizaciones.
El proyecto fue uno de los más ambiciosos de todos los llevados a cabo en el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial. Para ello, se ejecutaron numerosas y complejas actuaciones, tanto en el plano arquitectónico como en el urbanístico (se transformó artificialmente el entorno natural para generar un nuevo paisaje en consonancia con los gustos renacentistas del momento).
El conjunto monumental de La Granjilla de La Fresneda ha mantenido fielmente su configuración original hasta la actualidad, si bien, entre 1960 y 1965, la familia Aguirre Borrell, propietaria de la finca, incorporó nuevos elementos en el palacio de recreo. El recinto integra tres construcciones principales, alineadas unitariamente, los jardines renacentistas y los estanques:
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