La guerra ha terminado (título original: La guerre est finie) es una película francesa de Alain Resnais estrenada en 1966. El título se inspira en el documento con el que Francisco Franco declaró el 1 de abril de 1939 que la guerra civil española había acabado.
En 1965, Diego, un militante del Partido Comunista de España, vive exiliado en París. Pasa regularmente la frontera bajo identidades falsas, asegurando así la relación entre los militantes exiliados y los que han permanecido en España.
De regreso de una misión difícil, Diego empieza a dudar del sentido de su acción y de los medios destinados a ella. Su confrontación con los jóvenes militantes de izquierda que se convertirán en los protagonistas del Mayo del 68 es premonitoria de la evolución que van a experimentar las distintas formas de lucha.
El guion de Jorge Semprún está marcado por su historia personal, su lucha clandestina dentro del Partido comunista de España, y su abandono en 1964 de la dirección del partido por graves divergencias con el secretario general Santiago Carrillo.
En su libro Autobiografía de Federico Sánchez, Jorge Semprún vuelve al tema de la película precisando: «Uno de los temas principales de la película es justamente la crítica de la orden de huelga general concebida como simple expediente ideológico, y más destinada a unificar religiosamente la conciencia de los militante que a actuar sobre la realidad.»
Esta película es quizás la más lineal de Resnais, influido por su primera colaboración con Jorge Semprún. Alain Resnais declaró: «Si se hubiera querido hacer una película sobre España, habría valido más hacer un documental o lanzar una campaña de prensa. Quiero decir que si el verdadero objetivo fuera este, refugiarse tras una ficción sería una cobardía. Lo que no significa que la ficción no tenga un papel. Cuando se ve el disgusto que esta película ha suscitado en el ministerio del Interior español (que ha exigido que la película sea retirada de la competición del Festival de Cannes de 1966), reconozco que estoy sorprendido. Normalmente habrían tenido que pasarlo por alto». En julio de 1966, Jorge Semprún va al festival de Karlovy Vary en la República Checa, donde La guerra se ha acabado ha sido seleccionada. A esas alturas la película ya había sido retirada de la selección a Canes. En Chequia (que por aquel entonces era Checoslovaquia) ocurre lo mismo: Podleniak, el director del festival, incómodo con su papel represivo, anuncia la retirada de la película de la selección oficial pero dice que será proyectada fuera de competición. Y es un inmenso éxito. Bajo el impulso de Milos Forman y de Antonin Liehm, los organizadores llegan al extremo de otorgarle un premio especial.
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