La madrastra es una telenovela chilena, producida y exhibida por Canal 13 entre el 21 de abril al 17 de septiembre de 1981. Fue escrita y argumentada por el reconocido dramaturgo Arturo Moya Grau, y dirigida por Óscar Rodríguez. Este clásico melodrama alcanzó altos índices de sintonía jamás vistos en la televisión chilena de la época y fue la primera telenovela de ese país en ser producida y difundida en color.
Protagonizada por Jael Unger y Walter Kliche . Con las actuaciones antagónicas de Marés González, Nelly Meruane, Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer, Silvia Santelices y Mario Lorca y con las actuaciones de los jóvenes Sonia Viveros, Patricio Achurra, Claudia Di Girolamo, Cristián Campos, Ramón Farías, Gonzalo Robles, entre otros.
En su capítulo final, emitido el día antes de las Fiestas Patrias de 1981, produjo gran expectación en la ciudad de Santiago, ya que en el desenlace revelaría el nombre del asesino de Patricia. En ese entonces la cobertura de Canal 13 llegaba a muy pocos lugares de Chile, por lo que el fenómeno mediático se produjo más que nada en Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Rancagua, San Fernando, Curicó, Concepción y Talcahuano. También se emitió en diferido en Arica, Iquique, Antofagasta, Chuquicamata y Calama a través de la Red de Televisión de la Universidad del Norte y en La Serena y Coquimbo por el Canal 8 UCV Televisión. Durante ese día, la telenovela marcó un hito histórico de índice de audiencia, superando los 80 puntos de índice de audiencia, según el sistema de medición de la época (encuestas puerta a puerta en la capital).
En el año 1961 un grupo de amigos chilenos viaja a Los Ángeles, Estados Unidos, por mero placer. Pero todo cambia cuando una noche en una de las habitaciones del hotel se escucha el sonido de un disparo, Marcia (Jael Unger), una de las que viajaban, es la primera en oírlo y va a la habitación a ver lo que ocurrió, y es allí donde encuentra a su amiga Patricia muerta en el piso, ella toma el arma homicída por accidente, y es acusada de ser la única sospechosa del asesinato. Meses más tarde, Marcia es declarada culpable y condenada a veinte años de cárcel, más aún luego de saberse que la víctima estaba embarazada. Todos a los que creía sus "amigos" le dan la espalda, incluso Esteban San Lucas (Walter Kliche) su marido, quien la deja en el país norteamericano y la obliga a firmar la anulación del matrimonio.
20 años después ya en el año 1981 Marcia se ha convertido en una mujer amargada, y en la presidiaria más antigua del lugar, todas las demás le tienen miedo y respeto por eso y solo mantiene contacto con su abogado, quien siempre ha creído en ella y trata de ayudarla a salir de la cárcel, y a través de cartas con el padre Belisario (Tennyson Ferrada) el sacerdote de Pomaire, quien le envía comida chilena y greda, con la cual Marcia hace figuras muy cotizadas, cuya venta le ha permitido amasar una gran fortuna. Uno de esos días, Marcia por fin queda en libertad y decide volver a Chile para averiguar quién es el asesino y vengarse de los que la traicionaron.
En cambio en Chile mientras que Esteban está a punto de casarse con Ana Rosa (Ana María Palma) una mujer que le "recuerda" a Marcia, aunque sus hijos, el responsable Héctor (Ramón Farías), la díscola Luna (Claudia Di Girolamo) y el inseguro Ricardo (Alberto Vega) no están de acuerdo con la unión, sobre todo porque se acerca un nuevo aniversario de la "muerte de su madre", ceremonia que Esteban inventó para hacerles creer que su madre había muerto y ocultarle así que era una asesina, para ello les inventó una madre falsa, poniendo una extraña mujer en las fotografías. En esa misma ceremonia, Esteban les da dinero, joyas y acciones a sus amigos para silenciarlos.
Días después, el grupo de amigos reciben una extraña invitación a un hotel de una supuesta vieja amiga, ahí aparece su anfitriona, Marcia, quien está de regreso para recuperar a los hijos que le arrebataron, vengarze y hacer justicia dando con el verdadero asesino de Patricia, que se encuentra entre ellos. Para comenzar su venganza, hace que Esteban rompa su noviazgo con Ana Rosa y que se vuelva a casar con ella, convirtiéndose en La Madrastra de sus propios hijos, quienes la rechazan y le hacen la vida imposible, aunque ella se irá ganando su cariño poco a poco.
Paralelamente Marcia intentará descubrir al culpable del crimen, a medida que avance la historia. Todos tenían motivos, cualquiera pudo haber sido.
A raíz del éxito de esta telenovela se realizaron diversos remakes mexicanos basados en la trama original, la cual fue vendida por Arturo Moya Grau a la cadena Televisa. Las siguientes adaptaciones libres fueron:
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