Madame Bovary es una novela escrita por Gustave Flaubert. Las etapas de la redacción fueron las siguientes:
1851, 19 de septiembre: inicio del trabajo.
1852, agosto; la primera parte es finalizada.
1852, septiembre-octubre: capítulos 1 al 3 de la segunda parte.
1853, capítulos 4 al 8 y un fragmento del capítulo 9.
1854, capítulos 13 al 15, y el 1 al 8 de la tercera parte.
1856, abril: la novela fue terminada. Flaubert manda a imprimir una copia.
Se publicó por entregas en La Revue de Paris desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre del mismo año; y en forma de libro, en 1857. En seguida Flaubert discute con La revue de Paris para que no alteren el texto confiado para la publicación. Acepta sin embargo algunas modificaciones. La publicación suprime varios pasajes y la edición de 1857 no reintegra todos estos fragmentos eliminados. La novela se publica en dos volúmenes en 1857 en la casa editora Michel Lévy. En 1858 una nueva edición aporta unas sesenta correcciones. Existen reédiciones de 1862, 1866 y 1868. Lévy comercializa una versión en un solo volumen con 208 correcciones del texto, reeditado con nuevas correcciones en 1869. Flaubert muy molesto con Lévy, se inclina por Charpentier. Agrega a su texto los fragmentos eliminados y aporta 168 variantes a la versión de 1869. Habrá otra edición de dos volúmenes en la casa Lemerre en 1874, con 548 variantes de la edición anterior de Charpentier. Esta edición un poco fuera de lo común no fue utilizada como base de las ediciones modernas, aunque sea la última revisión del autor. Flaubert tuvo que declarar que sostuvo como definitiva la edición de Charpentier de 1873.
El origen del realismo, movimiento de la segunda mitad del siglo XIX, se encuentra intrínsecamente ligado a la novela épica, a la novela naturalista y a la novela mágica. Además de ser una de las selecciones literarias por excelencia en el género del llamado romanticismo tardío, Madame Bovary constituye uno de los puntos de referencia para el movimiento del realismo.
No obstante, la historia también se halla estrechamente unida a lo que se conoció como la novela alegórica, siendo también una crítica a la sociedad burguesa del siglo XIX, posterior a la Revolución francesa y al gobierno absolutista de Napoleón en Francia. Esta obra se desarrolló en dichos años en tres partes; con una increíble agudeza literaria, Gustave Flaubert muestra su punto de vista sobre la vida de la sociedad de alto rango en la Francia del temprano siglo XIX, al casar al personaje principal con alguien que nada le ofrece más que exhibirla como si fuese un trofeo. Madame Bovary es, pues, más que una novela, un retrato fiel y un paradigma para la literatura realista y universal y para la filosofía francesa de los siglos XIX a XX.
Tras su infancia, y teniendo terminados sus estudios en una escuela de provincia y la facultad de Ruan, Carlos Bovary, recién trasladado a Tostes para ejercer como médico, se casa con una viuda por expresa petición de su madre, aunque la relación no será duradera debido a que esta primera esposa de Charles fallece poco después del enlace. Después de la muerte de su primera esposa y, debido a su trabajo, Charles debe visitar en una granja al señor Rouault y allí se encuentra con una bella joven, la hija del señor Rouault llamada Emma. Charles se enamora de ella y le pide al señor Rouault la mano de su hija en matrimonio. Ella consiente y se convierte en la señora Bovary.
Madame Bovary, asidua a la lectura de novelas románticas, tiene unas ideas sobre el matrimonio que no llegarán a corresponderse con su relación con Charles. Después de una visita a la casa del marqués de Vaubyessard, Emma vuelve a fantasear con una vida idílica y privilegiada. Pero la vuelta a la realidad, a una vida aburrida junto a su marido, hace que Madame Bovary caiga enferma. Para su recuperación, Charles decide cambiar de aires y trasladarse a un pueblo cerca de Ruan, Yonville, donde su vida seguirá siendo igual de monótona.
Cuando se trasladan a Yonville, Emma está embarazada, dará a luz a una niña a la que llamarán Berthe pero Madame Bovary no ejercerá de madre prácticamente en ningún momento. En Yonville, la familia Bovary conocerá a sus nuevos vecinos: el señor Homais, el farmacéutico, junto con su familia; el señor Lheureux, un comerciante un tanto manipulador; la señora Lefrançois, dueña del Lion D'Or, y otros como los señores Tuvache, Guillaumin... Entre todos estos vecinos, se encuentra Léon Dupuis, que simpatizará con Emma. Su pasión por el mismo tipo de literatura los llevará a un amor imposible. Ante esta situación, Léon decide marcharse a Ruan y seguir con sus estudios. El aburrimiento de Emma provocado por la falta de objetivos personales y de intereses en cosas concretas en su vida, así como el deslumbramiento por el lujo y el poder económico, la llevarán a empezar a coquetear con Rodolphe Boulanger, un donjuán de provincias de Yonville. Madame Bovary y Rodolphe se convierten en amantes. Emma se escapa por las noches para ver a Rodolphe, y llega a ser tan grande el amor que siente por él, que le propone una fuga de Yonville, los dos juntos. Rodolphe acepta, pero en el momento de la fuga, cambia de opinión y deja a Emma plantada. Le escribe una carta que hace enfermar nuevamente a la señora Bovary. Antes de la enfermedad, Madame Bovary contrae numerosas deudas con el señor Lheureux, deudas que aumenta Charles tras la recaída de Emma. Después de la lenta recuperación de Madame Bovary, Charles decide llevarla a Ruan, a la ópera. Allí se encuentra a Léon Dupuis.
León se convierte en el nuevo amante de Emma, que finge ir a clases de piano para encontrarse clandestinamente con el pasante. Ella sigue contrayendo deudas y firmando pagarés con el señor Lheureux, dejando a su familia con una enorme cantidad de problemas monetarios. Ante esta situación de graves problemas económicos y el abandono de sus amantes, Emma se encuentra desesperada, y decide acabar con su vida. Acude a la botica de Homais, e ingiere una cantidad de arsénico en polvo. Poco tiempo después fallece en su cama. Después de su muerte, la situación de Charles también es crítica. Embargan su casa y todos sus bienes, ya que no puede hacerse cargo de toda la deuda contraída por su esposa. Además, encuentra una carta que Rodolphe escribió a Emma para despedirse, descubriendo así que ella le era infiel, aunque todo esto no es motivo suficiente para que Charles deje de amar a su fallecida esposa. Posteriormente, Charles encuentra las cartas escritas por León a su esposa, las cuales sí son claramente comprometedoras y no dejan dudas sobre el adulterio cometido. El señor Bovary, finalmente, acabará muriendo y dejando a la pequeña Berthe huérfana. Como la madre de Charles también muere ese mismo año y el padre de Emma queda paralítico, acaba siendo enviada a vivir con otra tía suya y trabajando en una fábrica de hilados de algodón.
La obra ha sido valorada positivamente por numerosos críticos y escritores, que la consideran una obra maestra. Para Mario Vargas Llosa, «el drama de Emma es el abismo entre ilusión y realidad, la distancia entre deseo y cumplimiento».
Henry James escribió: «Madame Bovary tiene una perfección que no solo la marca, sino que la hace casi única: posee una seguridad inaccesible y excita y desafía todo juicio»
Marcel Proust alabó la «pureza gramatical» del estilo de Flaubert, mientras que Vladimir Nabokov dijo que «estilísticamente es prosa haciendo lo que se supone que hace la poesía». Similarmente, en el prefacio a su novela La broma, Milan Kundera escribió: «No fue hasta la obra de Flaubert que la prosa perdió el estigma de inferioridad estética. Con Madame Bovary, el arte de la novela ha sido considerado igual al arte de la poesía». Giorgio de Chirico dijo que, en su opinión, «desde el punto de vista narrativo, el libro más perfecto es Madame Bovary de Flaubert».
Por su parte, la Iglesia católica incluirá esta obra en su Índice de Libros Prohibidos a los pocos años de su publicación, en 1864.
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