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Manglares



El manglar es un área biótica o bioma formada por árboles muy tolerantes a las sales existentes en la zona intermareal cercana a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras. Tienen una gran diversidad biológica con alta productividad y en ellas se encuentran muchas especies, tanto de aves como de peces, crustáceos, moluscos y otras.

Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles. El término mangle (de donde se deriva mangrove en alemán, francés e inglés) proviene de una voz caribe o arahuaca,[1]​ quizá guaraní[cita requerida] y significa árbol retorcido. Normalmente se dan como barrera debido a motivos de desarrollo, cuando la costa ha sufrido una rápida erosión. También sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos.[2]

Los manglares son biotopos (conjuntos de hábitat) tropicales y subtropicales, hábitats anfibios (con características acuáticas y terrestres), localizados en la zona intermareal (entre pleamar y bajamar), de costas protegidas o poco expuestas -golfos y ensenadas, bayous, marismas y estuarios o desembocaduras de ríos- con fondos blandos (de arenas, limos, lama o arcillas, nunca rocosos) y que reciben periódicamente agua dulce por escurrimiento. Los manglares están caracterizados por la predominancia, en un sitio dado, de unas pocas especies de una cohorte de 20 géneros y 54 especies de árboles (mangles) pertenecientes a muy diversas familias (16), a las cuales se asocian muchas otras especies de plantas herbáceas y leñosas; todas ellas poseen en común la propiedad de tolerar condiciones extremas de salinidad y bajas tensiones de oxígeno en aguas y suelo, para lo cual han evolucionado adaptaciones especiales fisiológicas o anatómicas.[3]

Los manglares desempeñan una función primordial en la protección de las costas contra la erosión eólica y del oleaje. Poseen una alta productividad, alojan gran cantidad de organismos acuáticos, anfibios y terrestres; son motores generadores de vida, como hábitat de los estadios juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos. También son el hábitat temporal de muchas especies de aves migratorias septentrionales y meridionales.

Los manglares son más diversos en los paleotrópicos (India, sudeste asiático, Malasia) que en la América tropical (neotrópico). La diversidad más baja ocurre en el Caribe. Diversos autores dan cifras ligeramente diferentes para el número de especies bona fide de mangles, i. e., aquellas especies leñosas endémicas al biotopo, es decir que no se encuentran en ningún otro biotopo. Las más aceptadas son: Familias 11, géneros 16, especies 55.[4]​ Más recientes que los citados aquí, presenta datos un tanto diferentes: Familias 16, géneros 20, especies, 54. Sin embargo, todas las especies denominadas mangles por Chapman, están en lista de Hogarth-Tomlinson, la diferencia está en los denominados componentes menores, especies poco frecuentes pero solo encontradas en los manglares. La tabla siguiente presenta las 55 especies de mangle y su distribución. Uno de los manglares más grandes del mundo, son los del Río Amazonas.


(*) Definición de estatus de conservación (sensu IUCN), hace referencia a características de procesos ecológicos de reproducción, dispersión, colonización y sucesión, después de perturbaciones naturales o inducidas, más que a las condiciones particulares de hábitat u organismos.
Natural: habitado o no, recursos aprovechados o no, procesos proceden sin intervención humana.
Modificado: tasas de procesos de colonización y sucesión más lentas que en condición natural; pueden acelerarse mediante intervención humana, e. g., dispersión artificial de propágulos.
Alterado: procesos ecológicos muy lentos, sólo pueden ocurrir con intervención humana, e. g., repoblamiento, control de erosión o de fuego, etc.
Deteriorado: condición irreversible de transformación, procesos extremadamente lentos o inexistentes; requiere insumos importantes de tiempo y energía para restablecer funcionamiento ecológico natural

Las diferentes especies de mangle difieren en su tolerancia a la salinidad (halófitas), a las bajas concentraciones de oxígeno, a la estabilidad del sustrato, a la frecuencia de inundación (hidroperiodo), a la relación precipitación-evaporación, y a las características del relieve, entre otros factores, los cuales serán determinantes también para la “zonación” o patrones de distribución de las diferentes especies. Las especies de mangle, como especies halófitas, pueden tolerar concentraciones variables de salinidad: se pueden encontrar desde 0 ups (unidades prácticas de salinidad) hasta 70 ups (la salinidad del mar es de aproximadamente 35 ups). En el continente americano se encuentran distribuidas pocas especies; en México y el Caribe se pueden identificar 3 o 4 especies de manglares.

Se ha determinado que la colonización la inicia el mangle colorado o mangle rojo (Rhizophora mangle), una especie que tolera salinidad desde 0 hasta 45 ups, requiere de tiempos de inundación mayores y aguas con mayor circulación y se arraiga bien en suelos muy blandos e inestables, los cuales afianza y estabiliza al crecer; esto permite la colonización de otras especies, como el mangle salado, mangle negro o mangle prieto (Avicennia germinans), una de las especies más tolerantes a la salinidad: en suelos hipersalinos (70 ups) puede modificar su estructura fisonómica, formando arbustos o matorrales; posee pneumatóforos que le permiten realizar intercambio de gases; igualmente afianza los suelos. El mangle bobo o mangle blanco (Laguncularia racemosa) puede encontrarse distribuido entre los dos anteriores; tolera salinidades de 0 a 45 ups, con frecuencia de inundación menor al mangle rojo y mayor al mangle negro, además de un sustrato (suelo) aún más estable. En algunos sitios puede estar presente el mangle Zaragoza o mangle botoncillo (Conocarpus erectus), una especie que está más en contacto con la vegetación terrestre. Puesto que las diferentes especies de mangle transforman sus sustratos y crean así hábitat para otras especies, la “sucesión” da origen a una secuencia de especies desde el frente marino hasta la tierra firme (una “zonación”).

Los manglares a pesar de su área de cobertura relativamente pequeña en comparación con otros biotopos terrestres (v. gr., bosques latifoliados caducifolios tropicales), constituyen uno de los 14 biomas terrestres es decir, conforman una cohorte singular, sobresaliente, de plantas y animales que habita espacios con características físicas igualmente singulares.

Los manglares desempeñan un papel importante como fuente de recursos insustituibles para muchas poblaciones campesinas en los trópicos. Esto es particularmente crítico en aquellas regiones en donde las áreas terrestres adyacentes a los manglares son predominantemente áridas, v. gr., delta del Níger, cinturón árido pericaribeño, golfo de Bengala y por tanto limitadas en su oferta y diversidad de recursos. A continuación se listan los más importantes recursos. Cabe decir que estos han sido explotados sin menoscabo desde hace cientos y aún miles de años; sin embargo, recientemente (desde mediados del siglo XX), el crecimiento poblaciónal, la expansión urbana, la preponderancia del consumismo y el advenimiento de tecnologías extractivas eficientes han diezmado los recursos del manglar en muchas regiones, hasta condiciones irreversibles de deterioro y agotamiento.



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