Moggigate nació en Italia.
El "Calciopoli", fue el nombre dado a un escándalo deportivo de influencia arbitral basada en interceptaciones telefónicas que ocurrió en el campeonato italiano de Serie A durante la temporada 2004-2005 -investigada al final de la siguiente-, cuyas sanciones afectaron directamente a la Juventus, el A. C. Milan, la Fiorentina, la Lazio y la Reggina.
Los equipos antes indicados fueron acusados de conspirar para generar ventajas en los resultados de los partidos de fútbol de la Serie A mediante la designación de árbitros "favorecedores" para partidos clave del campeonato de liga a cambio de influir en los resultados en beneficio de algún equipo y otros.
Las investigaciones judiciales concluyeron que varias personas del ámbito del fútbol estaban enteradas del fraude deportivo y "beneficiadas" por él, tanto árbitros como directivos de clubes y de la propia FIGC (Federazione Italiana di Giuoco di Calcio, o Federación Italiana de Fútbol) aunque los directivos más severamente sancionados trabajaron en Juventus: Luciano Moggi (Director General) y Antonio Giraudo (Administrador Delegado).
El escándalo primero salió a la luz como consecuencia de las investigaciones de los fiscales de la agencia de fútbol italiana. Las transcripciones de conversaciones teléfonicas grabadas publicadas en periódicos italianos sugieren que, durante la temporada 2004-05, los directores generales de la Juventus (Luciano Moggi y Antonio Giraudo) tuvieron conversaciones con varios oficiales del fútbol italiano para influir en los nombramientos de los árbitros.
Entonces se levanta una denuncia y después de unas investigaciones se llega a la conclusión de que los principales culpables de este escándalo son Luciano Moggi y Antonio Giraudo (ambos directivos de la Juventus)
Hecha la denuncia a nivel policial y de fiscalía, ésta pasó a ser tramitada por un juez penal de la ciudad de Turín, logrando que, además, se registraran por orden judicial las llamadas telefónicas de los dirigentes denunciados. Entre las llamadas interceptadas había una del dirigente del Juventus Luciano Moggi en las que este último pedía expresamente al Jefe de arbitraje de la FIGC, Pierluigi Pairetto, que los beneficiara en el nombramiento de árbitros que "hacían favores" para la Juventus, llegando Pairetto a recibir inclusive "sugerencias" de Moggi sobre los nombres de algunos árbitros "simpatizantes" que apoyaran discretamente a la Juventus en partidos clave del campeonato, eludiendo tal ayuda ante rivales de menor fuerza para no levantar sospechas.
Posteriormente, la fiscalía italiana ordenó una investigación a otros clubes implicados en el escándalo, al observar que Pierluigi Pairetto estaba en contacto con directivos de varios clubes, con el fin de facilitarles "arbitrajes simpatizantes": los clubes beneficiados con las "influencias" de Pairetto eran la Juventus; el AC Milan; la Fiorentina y la Lazio. Incluso se hizo una investigación a los árbitros implicados, y uno de ellos resultó ser Massimo De Santis, designado para arbitrar en la Copa Mundial de Fútbol de 2006.
Inicialmente las autoridades judiciales de la ciudad de Turín recibieron el caso de los fiscales italianos en lo criminal, y desestimaron su investigación, pero el caso se filtró a la prensa, obteniendo eco en diarios importantes de Italia como Il Corriere della Sera, La Repubblica, Tuttosport y la Gazzetta dello Sport. El impacto mediático fue tan grande que obligó a los tribunales deportivos italianos a reabrir el caso y asumir competencia sobre el mismo, siendo así la FIGC (Federazione Italiana de Giuoco di Calcio) quien determinó culpabilidades en primera instancia.
Una vez realizada toda la investigación, la FIGC debió pronunciarse tomando en cuenta las pruebas acumuladas por jueces y fiscales, y al determinarse que también hubo responsabilidad de los árbitros los tribunales de la FIGC dieron el siguiente veredicto el 4 de julio del 2006:
Respecto a los scudettos logrados por la Juventus los años 2004-2005 y 2005-2006 la secretaria de la Federación Italiana se pronunció el 26 de julio decidiendo que el título de la campaña 2004-2005 quedara desierto y que el de la temporada 2005-2006 se lo adjudicara el Inter de Milán, que no tuvo participación alguna en el escándalo; y la Roma obtuviera la segunda plaza; asimismo se decidió que el Palermo y el Chievo Verona jugasen la ronda previa de la Champions League del periodo 2006-2007.
Todos los clubes implicados apelaron las sentencias ante el Comité Olímpico Italiano, de tal manera que la condena definitiva en segundo grado se dio a conocer el 27 de octubre de 2006:
Las sentencias se hicieron efectivas una vez finalizada la temporada 2005-2006 de la Serie A. La Juventus intentó desestimar las sanciones impuestas por la FIGC y el Comité Olímpico recurriendo a las instancias judiciales de Italia, pero esta alternativa fue abandonada en tanto la UEFA, en concordancia con la FIFA, había advertido que los clubes de fútbol no podían apelar los castigos impuestos por las autoridades futbolísticas ante las autoridades judiciales de su país, bajo pena de desafiliar a su federación de fútbol local. De hecho, se recordó que la FIFA había desafiliado a la Federación Helénica de Fútbol por breve plazo en 2005 cuando autoridades políticas trataron de invadir competencias de la federación.
Las sanciones perjudicaron sobremanera a la Juventus que ahora debía concentrarse en la mucho menos competitiva Serie B y que perdía su atractivo como destino para los jugadores más talentosos. Al inicio de la temporada 2006-2007 el club perdió a varias de sus estrellas más destacadas como Zlatan Ibrahimović, Fabio Cannavaro, Gianluca Zambrotta y Lilian Thuram, entre otros, quienes migraron en busca de equipos con opciones a jugar torneos más competitivos.
No obstante, en la escuadra de Juventus quedaron otras estrellas más veteranas como Gianluigi Buffon, David Trezeguet, Alessandro Del Piero, Mauro Camoranesi y el checo Pavel Nedvěd, que formaron el nuevo equipo junto con una gran cantidad de juveniles; pese a esta situación adversa, Juventus logró campeonizar en la Serie B en junio del 2007 y volver directamente a la Serie A.
Otros perjudicados fueron el Milan, que empezó el torneo 2006-2007 con 8 puntos menos, acabando cuarto en la competición. Más perjudicado fue la Fiorentina que empezó el torneo 2006-2007 con quince puntos menos y quedó sexto, sin poder acceder a un cupo en la Champions League.
Con respecto a los árbitros y dirigentes deportivos, estas fueron sus respectivas sanciones:
Dirigentes deportivos
Árbitros:
Dirigentes de la FIGC:
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