Un vehículo de motor central se caracteriza por tener el propulsor situado entre los ejes delantero y trasero, aunque por lo general, el término se utiliza para designar preferentemente a aquellos coches que lo tienen ubicado entre el habitáculo y el eje trasero.
El formato de motor central y tracción trasera puede considerarse el diseño original de los primeros automóviles. Así, los diseños pioneros con motor de gasolina patentados por Carl Benz y Gottlieb Daimler utilizaban transmisión por cadena y tenían situado el motor entre los dos ejes, por debajo de los asientos. Un Autocar de 1901 fue el primer automóvil a gasolina con el motor colocado debajo del asiento que usó un eje de transmisión. Este vehículo pionero se encuentra ahora en la colección de la Institución Smithsoniana.
Sin embargo, ya en 1898 el constructor francés Panhard & Levassor tuvo la idea de disponer el motor bajo un capó situado por delante del conductor. En este diseño, el motor estaba colocado longitudinalmente (es decir, con el eje del cigüeñal paralelo al eje longitudinal del vehículo), sirviéndose de unos engranajes cónicos y de un sistema de cadenas para accionar las ruedas traseras. Este concepto, conocido como sistema Panhard, se impuso progresivamente, y ha perdurado hasta la actualidad, adaptado posteriormente para utilizar motores delanteros transversales con tracción delantera.
El motor central permaneció con un papel marginal hasta la década de 1960, cuando la posibilidad de construir motores compactos de cilindrada relativamente pequeña y gran potencia (como el motor Ford Cosworth V-8), posibilitó colocar el propulsor de los coches de Fórmula 1 entre el asiento del piloto y el eje trasero, transformando radicalmente el diseño imperante hasta entonces en los vehículos de competición, en los que se habían estado utilizando motores de gran cilindrada y hasta ocho cilindros en línea, que se situaban entre el eje delantero y el puesto de conducción del piloto.
Poco tiempo después, algunos fabricantes ensayaron esta fórmula en sus deportivos de serie (como Lotus, con el Lotus Europa S o Fiat, con el Fiat X1/9), pero el motor central no tuvo continuidad en los coches de serie, y con posterioridad solo se ha utilizado fuera de las carreras en algunos deportivos de alta gama y superdeportivos (casi siempre solo de dos plazas), en los que se prima la eficacia en la conducción.
Los coches deportivos, superdeportivos y de competición suelen tener un diseño de motor central, ya que las características de manejo de estos vehículos son más importantes que otros requisitos, como el espacio utilizable. En los deportivos, con frecuencia se persigue una distribución de pesos de aproximadamente el 50% en la parte delantera y la trasera para optimizar la dinámica de conducción del vehículo, un objetivo que generalmente solo se puede lograr colocando el motor en algún lugar entre los ejes delantero y trasero.
Por lo general, el término "motor central" se ha aplicado principalmente a automóviles que tienen el motor ubicado entre el habitáculo y el eje motriz trasero. Este diseño se conoce como diseño de motor central trasero con tracción trasera (o TCT). El diseño mecánico y la configuración de un automóvil TCT son sustancialmente diferentes a las de un automóvil con motor delantero o trasero.
Cuando el motor está delante del conductor, pero completamente por detrás de la línea del eje delantero, el diseño a veces se denomina configuración de motor delantero central y tracción trasera (DCT), en lugar del término menos específico de motor delantero; y suele considerarse un tipo de este último. En el diseño del vehículo, el DCT es sustancialmente el mismo que el DT, pero el manejo difiere como resultado de la diferencia en la distribución del peso.
Algunos vehículos pueden clasificarse tanto como DT o como DCT, según quede situado el centro de masas del motor instalado de fábrica (por ejemplo, un motor de 4 o uno de 6 cilindros en línea montados longitudinalmente) respecto al eje delantero. Históricamente, la mayoría de los automóviles DT clásicos, como los modelos Ford T y A, se considerarían como vehículos con motor DCT. Además, la distinción entre DT y DCT es bastante difusa, dependiendo del grado de desplazamiento del motor respecto a la línea del eje delantero, ya que los fabricantes montan los motores lo más atrás posible en el chasis. No todos los fabricantes utilizan la designación Delantero-Central.
Son coches de tracción trasera, con el motor colocado entre el conductor y el eje delantero, como:
Este diseño, similar al diseño DCT anterior (con el motor entre el conductor y detrás del eje delantero), agrega motricidad al eje delantero para convertirse en un vehículo con tracción en las cuatro ruedas. Un desafío de ingeniería con este diseño es hacer llegar la potencia del motor a las ruedas delanteras, lo que normalmente implica elevar el motor para permitir que un eje de transmisión pase por debajo del motor, o como en el caso del Ferrari FF, reciba la potencia de ambos extremos del cigüeñal con dos cajas de cambio independientes.
Estos coches utilizan la disposición de motor central más tradicional, situándolo entre el habitáculo y el eje motriz trasero. Por lo general, se denominan simplemente CT.
Estos coches utilizan tracción en las cuatro ruedas, con el motor situado entre los dos ejes, pero por detrás del habitáculo.
Estos coches son vehículos con "motor central", pero utilizan tracción delantera, con el motor situado por delante del conductor. Sin embargo, en general se consideran como un diseño DD, debido a que la ubicación del motor aún se encuentra en la parte delantera del automóvil, contrariamente a la creencia popular de que el motor se coloca en la parte delantera del eje trasero con la potencia transferida a las ruedas delanteras (TCD). En la mayoría de los ejemplos, el motor está montado longitudinalmente en lugar de transversalmente, como es común en los automóviles DD.
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