El Museo del Virreinato de San Luis Potosí está ubicado en un edificio del siglo XVIII; el entonces Convento de Carmelitas Descalzos en la ciudad de San Luis Potosí. En 1998 se propuso ante el Gobierno del Estado de San Luis Potosí la creación de un museo dedicado al arte virreinal mexicano. Fue durante la gestión del entonces Gobernador Fernando Silva Nieto que el espacio arquitectónico albergó al museo de arte virreinal que, afortunadamente, cambió su nombre por el actual. La apertura del museo se realizó el 19 de septiembre del año 2003. El espacio arquitectónico fue renovado y remodelado por el arquitecto José Luis Briones Rivera junto a otros profesionales de la arquitectura civil de la ciudad potosina.
Desde su apertura ha procurado la difusión y divulgación del patrimonio virreinal mexicano, particularmente de la ciudad de San Luis Potosí. Sin embargo, también está en su objetivo compartir el patrimonio de los virreinatos españoles de América. Ubicado en el corazón del Centro Histórico de San Luis Potosí el espacio es admirado por visitantes locales, nacionales y extranjeros al ser el único espacio conventual abierto, específicamente, para visitas al público. El convento perteneció, en su momento, al complejo conventual más extenso en el norte de América, considerándose el último recinto de este tipo en construirse en la Nueva España. Actualmente la Plaza del Carmen, sede de su ubicación, muestra también otros importantes edificios de la ciudad, de épocas diversas, como el Teatro de la Paz, el Museo Nacional de Máscara y el Templo de Nuestra Señora del Carmen.
El museo cuenta con 7 salas de exhibición permanente y 2 salas de exposiciones temporales, una terraza en la segunda planta, claustro y un espacio reservado a conferencias, talleres y actividades diversas que, en su momento, formó parte de la Sala de Profundis del convento. En el espacio dedicado al museo podrá encontrar un renovado museo de sitio que narra, brevemente, algunas características de la historia del convento carmelita, arte religioso, mobiliario, una selecta y completa muestra herrajes y llaves de metal forjado y una sala de realidad virtual sobre las órdenes religiosas que habitaron la ciudad hasta el siglo XX. Además, podrá conocer el deambulatorio del convento, el claustro, dedicado a la oración de los frailes y que es conocido como "Claustro de la Procesiones" y una excelente "Capilla Doméstica" utilizada para los servicios religiosos de los frailes conventuales.
Dependiendo de la temporada en que visite el museo podrá encontrar exposiciones temporales de grandes museos mexicanos como el Museo Franz Mayer, el Museo Nacional de Arte, el Museo Nacional de San Carlos o el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, entre otros. Para obtener una guía sobre las exposiciones vigentes puede visitar la página oficial del museo en www.museodelvirreinato.org y apartar sus boletos para recorridos guiados, eventos especiales y más hasta con 12 horas de anticipación.
Nota: No debe confundirse con el Museo Nacional del Virreinato ubicado en el municipio de Tepotzotlán el Estado de México.
El trazo de los mapas del convento comenzaron en 1741. La construcción del complejo conventual comenzó en febrero de 1749.
«Los religiosos de la orden de carmelitas descalzos llegaron a la Nueva España relativamente pronto, 23 años después de que Teresa de Ávila iniciará la reforma de la orden, en 1562. el 27 de septiembre de 1585 pisaron por primera vez tierra firme de las Indias Españolas en San Juan de Ulúa [...] Los religiosos entraron a la ciudad de México el jueves 17 de noviembre, en compañía del nuevo virrey, marqués de Villamanrique»
Nicolás Fernando de Torres (1671-1732) nació en «Guadalquivir y me bautizaron en el Sagrario de la catedral metropolitana de Sevilla el lunes 05 de octubre de 1671»Antonio Maldonado.
y Gertrudis Teresa Maldonado Zapata (1681-1735) nació en la ciudad de San Luis Potosí, tataranieta del "oidor" del rey en la Nueva España,Nicolas Fernando de Torres y Gertrudis Maldonado Zapata, esposos, se convirtieron en los benefactores de la orden religiosa de los Carmelitas Descalzos en San Luis Potosí después de que "sus achaques le hicieran meditar en la muerte, determinado a disponer su testamento, consultó con el prior del Carmen, Fray Juan Francisco del Espíritu Santo, quien le aconsejó, pues no tenía sucesión y había ganado su caudal en San Luis, fundase en esta ciudad, a más del colegio de niñas pobres, un convento de carmelitas."
"Aceptando el consejo, el 26 de noviembre de 1732 ordenó a tal fin su testamento, que aclaró siete días después con un condilicio, bajo la dirección del licenciado Don José Calderas y ante el escribano Don Francisco Victoria. Falleció el 10 de diciembre de 1732".
Nicolas Fernando de Torres "vivió siempre en esta ciudad, atento a cuidar de una tienda de mercaderías y de las estancias que poseían en el contorno; cuando no, la pasaban en el Real de Guadalcázar, de que fue alcalde mayor, desde donde podía mejor administrar las haciendas que le pertenencian" como la Hacienda de Peotillos o la Hacienda del Pozo en San Luis Potosí.
"Comenzó el provincial de carmelitas Fray Domingo de los Ángeles las diligencias necesarias sobre fundación del convento, solicitando ante todo la licencia real. Mientras venía obtuvo la del Virrey Marqués de Casafuerte, el 27 de abril de 1733, para establecer un hospicio. Consiguió comprar para el hospicio una casa perteneciente a Don Martín de Urros", situada a espaldas del Convento de la Orden Religiosa de los Franciscanos. "El 17 de enero de 1736 le fue concedida la licencia de hacerlo, siempre que en él no vivieran más de seis frailes con su oratorio privado y campana para sus distribuciones pero sin convocar al pueblo".
"Fray Juan de Santa Teresa, en more de su religión aceptó y tomó posesión de las tierras de La Lagunilla y Alfalfa, cedidas por Don Bartolomé López de la Mesa, para que se edificara el convento" –dónde actualmente está ubicado el museo–. "También en su tiempo se recibió la cédula en que Felipe V dispuso le informaran nuevamente la ciudad, el obispo y las religiones sobre la utilidad que resultaría de la fundación del Carmen".
"Fray José de los Ángeles empezó a fabricar el segundo hospicio en las tierras de La Lagunilla, logrando dar termino a la construcción en 1744. Se trasladaron luego los carmelitas a su nueva casa, siempre en espera de la licencia real, que por último se obtuvo, gracias a la intervención de S.S. Benedicto XIV, el 26 de abril de 1746".
La primera piedra de la construcción del Carmen se realizó en 23 de febrero de 1749, por el «potosino fray Antonio Rizo, que acababa de ser provincial de San Francisco, por gratitud de fray Nicolas de Jesús María en nombre de su religión»
« [...] se decidieron por el convento; desde él una vez plantado, podría la comunidad celar la construcción grande De la Iglesia. Ésta quedó en cuatro varas de alta, y con todo lo hecho primorosamente labrado, que a nuestro juicio incluye el primer cuerpo salomónico de la fachada principal»
El convento quedó finalmente terminado y el «14 de octubre de 1758 se mudó la comunidad del segundo hospicio situado en La Laguna al nuevo convento».
«El prior fray Juan Manuel de San Jerónimo, que gobernó de 1768 a 1771 'hizo el claustro con los cuadros de excelentes pinturas para las estaciones de las procesiones'»
«Con la independencia comenzaron las "entradas" y "salidas" de gente de armas en la ciudad y sus edificios. El mismo fray Gregorio de la Concepción, carmelita, se encargó de colaborar para que los insurgentes entraran y salieran del convento con estruendo. Manuel Muro informa que en 1833, además del cólera, atacó la ciudad el general centralista Gabriel Durán. El 23 de agosto se presentó con su fuerza. "El gobernador Romero con los chivos de San Luis defendía el convento del Carmen".
Desde esa época se registra que el convento cambió de oficio y que ahora era conocido como "El Cuartel del Carmen"
Con la aplicación de las Leyes de Reforma, impulsadas por el Presidente de México Benito Juárez, el Convento de la Orden Religiosa de Los Carmelitas Descalzos fue nacionalizado y parcialmente mutilado, por lo que únicamente se conserva una pequeña parte. Finalmente, al estar cerca el final del Siglo XIX, el Obispo Ignacio Montes de Oca y Obregón mandó diseñar –en un lenguaje clásico– la nueva fachada del tramo principal que aún se conserva del convento. También mandó construir una nueva edificación conocida como del sagrado corazón con un amplio patio de arcadas clasistas.
Durante la Revolución Mexicana el edificio es confiscado y destinado a diferentes usos –como cuartel y almacén de armas–. Durante décadas, la parte original del antiguo convento fue ocupado por la Delegación Federal de la Secretaría de Salubridad Pública, la cual lo recibió en comodato –contrato por préstamo– el 10 de marzo de 1923.
Un nuevo contrato el 6 de octubre de 1928 se rentó el segundo piso a la Logia Mariano Arista, mientras que en otra acta con esta misma fecha se entregó al Gobierno del Estado de San Luis Potosí el inmueble conocido como Colegio México para fundar un asilo.
Aún puedes observar las antiguas áreas dedicadas a las hospedería de frailes de otras órdenes religiosas, el claustro de la procesiones en las que, solemnemente, cada lunes se realizaba una practica religiosa para petición de difuntos y los bienhechores (Rosales, 1986), además de las áreas de las celdas que sobrevivieron y la sala de profundis de la segunda planta, el oratorio o capilla doméstica y la terraza. Además, de poder conocer la tribuna original (exclusivamente durante los recorridos guiados).
El museo de sitio está dedicado a descubrir algunos de los momentos más relevantes en la historia del convento carmelita. Es un espacio didáctico en donde podrás ver una réplica actual del cuadro original de los bienhechores de la orden, Nicolás Fernando de Torres y Gertrudis Maldonado Zapata.
La sala de arte religioso muestra una serie de grabados importantes, realizadnos recientemente con las placas originales, de algunos de los más importantes para la ciudad, como el primer grabado de San Luis Potosí de los hermanos Infante, Nuestra Señora del Refugio de 1815. Además de un par de pinturas, un libro coral y un fragmento de un retablo dorado.
La sala de mobiliario muestra algunas de las piezas utilizadas en la época para uso doméstico como cucharas, cuchillos y platos. Además de tibores de Manila y algunas otras piezas destacables de la vida de la época.
Una importante colección de hierros forjados y llaves; las piezas elaboradas con esta técnica se elaboraban con martillado en caliente para darles la forma deseada. El Hierro se utilizó con propósito práctico como artístico. Precisamente, este último permite agruparlo dentro de las llamadas artes industriales. El trabajo realizado en las herrerías buscó un sentido ornamental.
Una sala de realidad virtual sobre las órdenes religiosas que llegaron a la ciudad, en donde podrás conocer la vestimenta y las diferencias entre cada orden religiosa.
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