El nacionalismo croata es el movimiento nacionalista que resurge durante las ocupaciones sucesivas acaecidas en el histórico y actual territorio de Croacia, y con el cual se logra en 1991 la emancipación del actual estado de los croatas ya independiente desde la separación de Yugoslavia, y que promovió la unidad cultural de los croatas.
El nacionalismo croata recién aparece en el s. XIX en respuesta a la magyarización del pueblo croata y en el que los habitantes de sus territorios, durante el mandato húngaro, se vieron involucrados. Se basó en dos ideas básicas: la relación histórica del derecho a que se proclame una nación basada en la identidad cultural propiamente adquirida con la continuidad conseguida con la creación de un estado medieval estrictamente croata y a su identidad asociada con el eslavismo. Dicho periodo empieza con el movimiento ilirio, que se crea con el Matica hrvatska y que promovía el "idioma ilírio". El ilirianismo se dividió en dos movimientos políticos - el Partido de los Derechos nombrado tras el establecimiento del concepto del derechismo (en croata, pravaštvo), liderado por Ante Starčević- y el Yugoslavismo -liderado por Josip Juraj Strossmayer-. Ambos movimientos fueron limitados a los miembros de la intelligentsia croata.
Las reclamaciones legales a favor del yugoslavismo buscaba la unificación de las tradicionales tierras croatas, en oposición a la división bajo el imperio que iniciara con la lucha principiada por Strossmayer, la que finalmente se alcanzaría con la federalización tras la desaparición del Reino de Yugoslavia.
En el s. XIX, la oposición de los croatas al proceso de magiarización y con el deseo por la independencia del imperio llevaron al crecimiento del nacionalismo croata. El movimiento ilirio buscó y consiguió el despertar del nacionalismo croata, con el surgimiento de una conciencia de una identidad nacional estandarizada y regional, sobre la base de sus tradiciones literarias, las cuales existían en la forma de varios dialectos de una sola lengua literaria. Una vez las tierras croatas fueron unificadas culturalmente, el movimiento apuntó a la unificación del resto de los eslavos balcánicos bajo el nombre de Ilírios resurgidos. Los ilirianistas durante las revoluciones de 1848 vieron la posibilidad de alcanzar su autonomía política junto a una monarquía federalizada bajo el mandato de los Habsburgo. Starčević fundó el Partido de los Derechos en Croacia ya en 1861 con el argumento legal de que el derecho de Croacia a su condición de estado nunca había sido abrogado por la monarquía de los Habsburgo, pues era claro a su parecer que a Croacia se le debía dar la misma calidad de un estado independiente. Starčević esperaba que Croacia no solo incluyera los actuales territorios de Croacia, sino también los de las actuales Bosnia y Herzegovina, Eslovenia (en la figura de los territorios del Ducado de Carintia, el de Carniola y el de Estíria) y con partes de la que hoy día es Serbia (el Sanjak de Novi Pazar, Syrmia)— y que a todos estos pueblos los cobijara el manto de una Gran Croacia en donde los miembros del catolicismo, el islamismo, o los cristianos ortodoxos de habla eslava, fueran definidos solo como croatas.
Durante el periodo transcurrido entre el s. XIX hasta mediados del s. XX, los nacionalistas croatas competían con el auge del creciente movimiento paneslávico, surgido de la unión de la disidencia de los movimientos ilirianistas y de los yugoslavistas que buscaban el ideal de un pueblo eslavo del sur unido por sobre una identidad única y centrada en el nacionalismo croata, que era considerado como "englobante y discriminativo". El fundador del yugoslavismo, el obispo croata Josip Juraj Strossmayer abogaba por la unificación de los territorios croatas dentro de un estado federal como una monarquía, junto a los otros pueblos yugoslavos. Sin embargo, ninguno de los movimientos, el de Starčević o el de Strossmayer, en su competencia por una visión de una única identidad nacional, fueron algo influyentes entre la intelligentsia croata.
Tras la fundación de Yugoslavia, en 1918 se implementó la figura de una nación, pero de una forma fuertemente centralizada; que fuera establecida el día de San Vito, con la constitución de 1921, y en concordancia con el ideal del nacionalismo serbio, el cual deseaba asegurar la unidad de los serbios como eje de dicha nación, lo que causó un gran resentimiento entre los croatas y otros pueblos en Yugoslavia. Los croatas de Dalmacia y el principal líder croata en la primera guerra mundial, el líder yugoslavista Ante Trumbić, denunciaron la constitución del Día de San Vito, porque establecía la hegemonía y superioridad del pueblo serbio por sobre los demás pueblos en Yugoslavia como contraria a los intereses de los croatas y de los otros pueblos constituyentes de dicha entidad supranacional. Los nacionalistas croatas se opusieron al establecimiento de dicho estado centralizado y demandaron con los nacionalistas moderados una autonomía mayor para Croacia en una Yugoslavia federalizada. El nacionalismo croata se convertiría en un movimiento de masas dentro del Reino de Yugoslavia a través del Partido Campesino Croata (HSS) de Stjepan Radić. La demanda por una autonomía croata entre los nacionalistas moderados y croatas en Yugoslavia fue aceptada por el gobierno yugoslavo bajo el tratado Cvetković–Maček de 1939. Este acuerdo hizo que se enfadaran las partes serbias pro-nacionalistas que se oponían a este tratado ya que debilitaba la posición del Serbdom en Yugoslavia, asegurando su importancia en Yugoslavia con el lema "Un fuerte Serbdom, deja una fuerte Yugoslavia". El acuerdo también fue impopular entre los bosnios musulmanes (posteriormente conocidos como musulmanes yugoslavos), incluyendo a la Organización Musulmana Yugoslava (JMO) que denunció los acuerdos de Repartición de Bosnia y Herzegovina.
Radić se oponía a la unificación de Yugoslavia, ya que temía que los derechos de los croatas, en un estado altamente centralizado y dominado por los serbios; quienes numéricamente eran mayoritarios, fuesen vulnerados. El asesinato de Radić en 1928 provocó dentro de los croatas nacionalistas que, veían que con el estado yugoslavo centralizado, entre 1928 y 1939, su movimiento nacionalista un muy posible objeto de extensas persecuciones, ya que algunos disidentes buscaban cierta forma de autonomía o independencia de Belgrado. En 1939, una acta de compromiso celebrada entre el gobierno yugoslavo y los autonomistas croatas, liderados por el Partido Campesino Croata, ahora bajo el liderazgo de Vladko Maček permitiría la creación de una Croacia autónoma dentro de Yugoslavia ahora conocida como la Banovina de Croacia.
Un violento nacionalismo sectario croata se desarrolló con antelación a la 2da guerra mundial, el que se transformó en el movimiento Ustaša, liderado por Ante Pavelić, quien a su vez colaboró con las autoridades invasoras nazis y fascistas en el Estado Independiente de Croacia durante el correr de dicho conflicto. El nacionalismo croata, largamente adormecido, excepto en el periodo de la Primavera croata, que sucedió con antelación a la disolución de Yugoslavia y previo al inicio de la guerra de independencia, fue y sería el detonante de los tres hechos anteriormente citados. De esta forma tan extrema, sucede la manifestación nuevamente del nacionalismo croata, personificado en el deseo de establecer un gran estado croata, la vuelta de los valores patriarcales tradicionales y la idealización de los campesinos, así como el resurgimiento del sentimiento anti-serbio para restablecer una "cultura puramente croata". El nacionalismo croata reaccióno con un punto de vista siempre crítico al inicio de su desarrollo durante la la guerra, donde los nacionalistas extremistas croatas, los fascistas y el movimiento Ustaša se tomaron el poder, gobernando el estado independiente de Croacia (NDH) tras la invasión de Yugoslavia en favor de la Entente cordiale. La creación del NDH surge entonces bajo el beneplácito y amparo de la Italia fascista y de la Alemania nazi como un estado cliente. La Ustaša cometió actos de genocidio masivo contra los serbios y los judíos que habitaban allí, y persiguió a sus oponentes políticos, incluidos lo partisanos quienes les combatieron fieramente. El Campo de concentración de Jasenovac representó el campo de concentración más grande de Croacia. Durante el conflicto se utilizó un saludo croata Za dom spremni! por el movimiento Ustacha. Era su equivalente al saludo Nazi Sieg Heil .
Tras la derrota de la triple entente en 1945, y el surgimiento del comunismo de manos del líder partisano, quien era croata de nacimiento; Josip Broz Tito, se promovió el nuevo resurgir de una Yugoslavia comunista, donde el nacionalismo croata junto a otros movimientos nacionalistas fueron reprimidos por las autoridades estatales de forma equilibrada pero contundente, y en ocasiones, vulnerando el derecho internacional humanitario. Durante la era comunista, algunos líderes comunistas croatas fueron considerados como nacionalistas croatas, respectivamente Ivan Krajačić y Andrija Hebrang. Hebrang fue acusado por la prensa serbia de influenciar a Tito con el fin de guiarlo a actuar contra los intereses serbios, pero en realidad Tito y Hebrang eran rivales políticos, desde que Hebrang antepuso los intereses croatas a los del nivel federal, siendo incluso uno de los mayores y más respetados líderes partisanos yugoslavos. Hebrang incluso propuso una serie de cambios de las fronteras croatas, desde que, de acuerdo a su parecer, las fronteras croatas reales fueran delimitadas de forma arbitraria por la comisión de Milovan Đilas. Él incluso arguyó contra los injustos cambios en la participación presupuestaria impuesta a Croacia tras 1945, así como participó en los juicios concomitantes contra personas marcadas como colaboracionistas durante la era del NDH. Hebrang no sería, según los argumentos croatas, una seria amenaza a los intereses serbios, dado que el fuera puesto en numerosas ocasiones en reclusión domiciliaria en 1948, para ser luego asesinado por su rivalidad con Tito.
El nacionalismo croata no desaparecería, y este movimiento se mantendría adormecido hasta mediados de los 60 y/o principios de los 70 y aparece de nuevo con el surgir de la primavera croata, un movimiento que llamaba por una Yugoslavia más descentralizada y una mayor autonomía las otras repúblicas; y para Croacia en especial, del férreo control del gobierno federal. Dichas demandas fueron luego respondidas, luego de las reformas implementadas por Tito y su régimen.
Luego de este reclamo, los comunistas croatas empezaron a señalar la preponderancia serbia en los cargos del gobierno yugoslavo así como en los del partido comunista, el ejército, la policía civil y la secreta. Sin embargo, el objetivo principalmente era el de quitar la subordinación percibida en el estatus del idioma literario croata, que para el momento se describía como una variante del serbo-croata occidental.
En 1967, la Asociación de Escritores Croatas hizo un llamamiento para la designación del idioma croata como una lengua diferente dentro del Diasistema serbo-croata, tanto para su uso educativo como para el de publicación de libros y escritos en ese idioma dentro de Yugoslavia. A causa de dichas demandas, Tito dio la orden de purgar a los reformistas entre 1971 y 1972. Más de 1600 miembros del partido comunista yugoslavo de ascendencia croata fueron apartados del mismo o sometidos a arresto.
Con dichas medidas se contuvo el nacionalismo de toda índole en Yugoslavia, salvo el croata, que continuó de forma creciente, y se afianzó dentro de la diáspora en Suramérica, Australia, Norteamérica y el resto de Europa. La militancia política de la diáspora croata estaba bien financiada y brindaba un cercano apoyo y coordinación a la disidencia croata en Yugoslavia. Dichos grupos eran de ideario anti-comunista desde que se originaron, ya que eran disidentes políticos que emigraron al exterior en busca de asilo, ya que abandonaron Yugoslavia tras los sucedido en 1945.
El nacionalismo croata revivió, tanto de forma radicalista como independentista,y hasta extremista a fines de los 80, en respuesta a la real amenaza de la agenda del nacionalismo serbio impuesta en el gobierno federal yugoslavo por Slobodan Milošević quien quería una Yugoslavia fuertemente centralizada. A principios de los 80, el movimiento del nacionalismo croata fue liderado por el antes general comunista e historiador Franjo Tuđman. Tuđman era, primeramente, un prominente comunista, pero en los 60 éste empezó a abrigar la idea del irredentismo nacionalista croata.
Prontamente, entendió que sin apoyo su meta sería imposible, e hizo que la numerosa diáspora en el exterior le ayudase, así consigue millones de dólares para alcanzar la meta de establecer una nación croata independiente. Tuđman se ganó a los líderes de los intelectuales Maspok y a los líderes prominentes de dicha diáspora, así como a los simpatizantes de la causa entre los miembros de la diáspora croata y fundó el partido pro-independentista Unión Democrática Croata (HDZ) en 1989.
En 1991, el HDZ de Tuđman alcanzó el poder durante la escisión yugoslava, y tras esto, Croacia declaró su independencia de Yugoslavia en 1991, llevándola inmediatamente a una guerra por la independencia croata de 1991 a 1995. Ese mismo año, la guerra de independencia surgió en Croacia y el siguiente año surge además la guerra en Bosnia.
La élite gobernante en Croacia ayudó a la creación del partido político pro-croata Unión Democrática Croata de Bosnia-Herzegovina (HDZ-BiH) y a su vez, a hacerse en el poder. Los primeros líderes de la rama bosnia del HDZ se oponían a las ideas de Tuđman sobre la división de Bosnia y Herzegovina entre Croacia y Serbia, y en respuesta, Mate Boban se auto-instaló como el líder de esta rama del HDZ. Él fundó la República croata de Herzeg-Bosnia con la meta de unir estos territorios finalmente con Croacia para el final de la guerra. El proyecto de Boban se deshizo estrepitosamente en 1994 con la creación de la Federación de Bosnia y Herzegovina.
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