Nuestro Hogar (Nosso Lar en portugués) es una película brasileña que describe la vida tras la muerte física, mostrando cómo la vida sigue después en otros planos de la realidad.
Se basa en una historia real narrada por el médium Francisco Cândido Xavier (Chico Xavier) en el libro del mismo título, dictado a través de un proceso de psicografía (escritura automática) por su protagonista, desde una dimensión no física de la existencia después de su vida en la Tierra. En esa vida el ser protagonista de la historia fue un famoso médico brasileño, durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. En éste y otros libros, prefirió referirse a sí mismo con el pseudónimo de André Luiz, que no es su nombre de entonces.
El relato muestra la evolución de André en los reinos espirituales. La narración se convirtió en un libro de gran éxito, con decenas de ediciones tras su publicación en 1944. La película fue estrenada en 2010, dirigida por Wagner de Assis y distribuida por la 20th Century Fox. La música es de Philip Glass.
Por una cuestión de sensibilidad, conviene advertir que los primeros 16 minutos de la película, que narran la experiencia de la dimensión denominada "Umbral", son realistas y bastante desagradables.
En 2015 fue anunciada una segunda película, Nosso Lar 2 - Os Mensageiros, prevista para su estreno en 2020.
El actor que representa a André Luiz es Renato Prieto. La película cuenta con la actuación de conocidos actores y actrices de televisión en Brasil como Othon Bastos, Ana Rosa y Paulo Goulart, entre otros. Fue grabada entre julio y septiembre de 2009 en locaciones en Río de Janeiro y Brasilia, se estrenó el 3 de septiembre de 2010, y fue vista por más de 1,6 millones de espectadores en sus diez primeros días en los cines.
Cuando André Luiz, un prominente y ególatra médico brasileño y padre de tres hijos muere, en lugar de despertar en lo que él había creído que sería el cielo o algo parecido, se encuentra en una especie de pantano sombrío, lleno de criaturas apocalípticas. Aunque más o menos sabe que ha muerto, sigue sintiendo hambre, frío, sed y miedo, lo cual hace aumentar su confusión.
Tras un tiempo viviendo en esa confusión y desesperación, su estado le lleva a implorar ayuda a un mundo espiritual que él intuye que hay más allá de todo aquello. Su ruego es escuchado y varios espíritus angélicos acuden a rescatarlo y le llevan a una de las miles de colonias o ciudades espirituales que hay alrededor de la Tierra, llamada Nuestro Hogar.
Más adelante sabrá que hasta entonces ha estado en un mundo no físico, cercano a la Tierra, que es conocido con el nombre de Umbral, un limbo o purgatorio en el que, como en los demás mundos, su realidad -desagradable- se corresponde con el tipo de sentimientos y pensamientos -egocéntricos- que tenían quienes en él están cuando partieron de la Tierra.
André se da cuenta por fin de que está definitivamente muerto físicamente. Sigue teniendo un cuerpo, aunque menos denso que el de la Tierra, y el tiempo sigue siendo real allí en ese nuevo mundo.
Nuestro Hogar es un lugar de armonía, donde alrededor de un millón de seres espirituales viven en paz, trabajando por el bien de la humanidad, por la autoevolución y esperando la próxima reencarnación. Van subiendo de un estado a otro a medida que van avanzando en amor, tanto allí como en sucesivas vidas terrestres.
De hecho, se le dice, la vida material en la Tierra es una escuela de crecimiento espiritual. Es una proyección simplificada de aquella otra vida en las colonias que hay en dimensiones superiores, más elevada que la de la Tierra en todos los sentidos, no sólo en amor, sino también en organización, servicio e innovaciones.
La vida en un mundo espiritual así es reconfortante, optimista y positiva, más intensa y variada que en la Tierra. A medida que se recupera, André pasa a través de varias experiencias, conversaciones y relaciones que elevan su mentalidad.
Se va así convirtiendo en un ser más consciente y altruista. Se encuentra con gente conocida, también con su madre -que está en un nivel de energía más luminoso que el suyo- y sabe de otra gente –su padre, por ejemplo- que está en un nivel más denso.
En todo ese proceso se encuentra con su mayor enemigo: él mismo, su sombra psicológica. Se da cuenta entonces de cómo sus excesos materiales y vacíos espirituales en la Tierra acabaron por minar su vida, a través de una especie de suicidio físico y moral progresivo. Al irse ahora encontrando a sí mismo, irá asumiendo lecciones que cambiarán radicalmente su orientación en adelante.
Su tarea pasa a ser entonces la de valorar el amor, a través del humilde y duro trabajo de servicio de ayuda a los muchos hermanos que van llegando de la Tierra, del Umbral y de otros mundos inferiores, en un estado anímicamente deteriorado, como fue su caso al principio.
En todo ese tiempo André siente una fuerte necesidad de visitar a su familia en la Tierra, a la que echa de menos. Para poder hacerlo debe primero mejorar espiritualmente a través de ese trabajo que allí realiza, haciendo así a la vez méritos suficientes para ser autorizado a esa visita.
Finalmente, al cabo de un tiempo, su deseo se hace realidad: se le concede permiso para descender como espíritu a la Tierra y ver a su familia. Pero han pasado diez años desde su muerte, y se encuentra con que su esposa se ha vuelto a casar y prefiere no recordarlo a él, y que sus hijos han crecido. La situación no le gusta.
Sintonizar con esa baja vibración de egoísmo y rechazo, le devuelve, automáticamente, al mundo del Umbral. Pero sabe sobreponerse y retornar a una conciencia de aceptación y amor puro, más elevada, y al hacerlo revierte instantáneamente su situación a mejor, volviendo así a esas escenas de visita a su familia. Regresa feliz a Nuestro Hogar tras su misión, para seguir aprendiendo más felicidad al servir y amar a los demás y al recibir así su amor.
La película, en definitiva, describe cómo en esas otras dimensiones no físicas se sigue evolucionando, y se va y se viene de ellas una y otra vez. No hay nada que temer en ese proceso de crecimiento hacia la felicidad, aunque ese perfeccionamiento puede verse dificultado por resistencias personales y apegos.
Su resumen es que lo que en la Tierra se llama muerte no es más que la transición de un estado a otro de la vida, no el final de nada.
La continuación de esta historia puede verse en varios de los libros escritos por Chico Xavier, al dictado de otros seres espirituales evolucionados, a los que podía ver casi físicamente al hacerlo.
Uno de ellos, Los mensajeros, ha servido de base a la segunda película de la serie, Nosso Lar 2 – Os Mensageiros, en rodaje desde 2015 y actualmente en fase de pre-producción.
Ese segundo libro relata más actividades realizadas, en Nuestro Hogar y en otras colonias, en beneficio de quienes están viviendo su vida en la Tierra. También da cuenta de la somnolencia e inestabilidad -temporales- cuando tras la muerte se persiste en negar la realidad de la vida espiritual. Finalmente el libro muestra el poder de la oración.
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