La Orquesta Típica de la Ciudad de México, o La Típica, como se le conoce comúnmente, es el ensamble orquestal más antiguo de Latinoamérica, fundada en 1884 por Carlos Curti. Fue reconocida en 2011 como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México y pertenece a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Actualmente la orquesta está integrada por 91 personas, entre músicos instrumentistas, músicos cantantes y personal de instrumental. Todos ellos al paso del tiempo han interpretado más de mil 300 obras musicales que hacen referencia a las expresiones de la música mexicana de cualquier época y de música clásica popular.
Conserva desde su fundación las principales características que le han dado su peculiaridad. Como orquesta típica interpreta fundamentalmente obras tradicionales mexicanas tanto del dominio público como de reconocidos compositores mexicanos y obras del repertorio internacional clásico y popular.
Su particular sonido y su singularidad se debe a que es la única orquesta en el mundo conformada por los instrumentos propios de una orquesta (cuerdas, maderas, metales, arpa y percusiones) y la inclusión del salterio mexicano, el bandolón, la guitarra, el bajo sexto y la marimba chiapaneca, sección que se conoce como "Los típicos", debido a que estos instrumentos han permanecido como conformación instrumental original desde 1884. Cuenta con un repertorio de más de 900 obras que en su mayoría fueron arregladas o compuestas específicamente para ésta. Actualmente dicho acervo se encuentra a resguardo en el Archivo Histórico de la Ciudad de México.
El nacionalismo musical de México tuvo su origen en el desarrollo de una de las tres corrientes musicales que apuntaron en nuestro país desde 1785; esta corriente musical fue la copiosísima producción de "sonecitos del país" y "jarabitos", la cual era legítimamente popular. Esta música era cantada y bailada con acompañamiento sencillo o floreado de conjuntos musicales integrados por arpa, guitarras, violines, bandolones, salterios y guitarrones. Mientras tanto, en los escenarios teatrales se presentaban "sonecitos españoles" y "bailes profesionales" de gusto y sabor europeo, pero todo ello orquestado y ejecutado por músicos y bailarines profesionales. Cuando por petición popular se obtuvo el consentimiento de las autoridades virreinales para que en el Gran Teatro de la Metrópoli se alternaran "sonecitos españoles" con "sonecitos del país" o "sonecitos de la tierra", el público en general, al escuchar esta música orquestada y ejecutada por músicos profesionales identificados con el estilo, quiso que también fuera bailada. De ahí nacieron los "bailes de la tierra", que iban a representar, en unión de los "sonecitos" y "jarabitos", el sentido de mexicanidad durante los veinticinco años que precedieron al Grito de Independencia. Este repertorio de "bailes de la tierra" bajó del escenario teatral, se sumó a los "sonecitos" y "jarabitos" que se ejecutaban fuera de él y llegó a todos los conjuntos de arpa, guitarras, guitarrones, violines, salterios y bandolones, que se encargaron de divulgarlo en las plazas, jardines, mercados, vecindades, etc., en donde la música netamente mexicana se necesitaba como elemento de atracción y era recibida y escuchada con gran alegría. La producción de estos géneros musicales, ejecutados por conjuntos realmente típicos, cubrió todo el siglo XIX y los conjuntos dieron la dotación instrumental básica que, ampliada por las estudiantinas españolas visitantes, culminó en su desarrollo orquestal con la creación de la Orquesta Típica, fundada por Carlos Curti en el mes de agosto de 1884, según aparece en la copia del acta constitutiva publicada en "La Prensa", el lunes 5 de agosto de 1929. La primera audición de esta Orquesta Típica fue privada y dedicada al General Porfirio Díaz, entonces Presidente de la República, quien tuvo a bien darle a la Orquesta el nombre de Orquesta Típica Mexicana. El concierto se efectuó el 20 de septiembre de 1884 en el Teatro del Conservatorio, y como obra principal se presentó un arreglo de varias melodías enlazadas, al que Carlos Curti, como autor lo intituló "Aires Nacionales Mexicanos" Ese Conjunto de melodías, cuyo origen era netamente popular, impresionó al auditorio por su belleza y lo perfecto de su ejecución. Habían tenido que pasar cuarenta años desde que el 10 de febrero de 1844, un notable violonchelista alemán, Maximiliano Bohrer -nacido en Manheim en 1785- habiendo sido invitado para inaugurar el Teatro de Santa Anna hizo escuchar por primera vez, como obra de concierto, una Fantasía sobre sonecitos mexicanos y españoles, de la cual era autor y había intitulado "El Carnaval de México". Fue tan impactante la actuación de este gran artista al presentar música popular mexicana arreglada en esa forma, que a partir de ese momento, gran número de artistas extranjeros que visitaron México, trataron de hacer lo mismo, algunos de ellos hasta vistiendo los trajes típicos nacionales. Como ejemplo tenemos al pianista y compositor vienés Enrique Herz, la cantante inglesa Ana Bishop y los bailarines Corby y Viethoff, de la Compañía Coreográfica de Hipólito Montplaisir. Los jóvenes músicos mexicanos de entonces, habrían de aprovechar esta enseñanza. Después de una serie de conciertos públicos en diferentes lugares de la capital, la Orquesta Típica Mexicana dio un concierto en el Teatro Arbeu, dedicado a las H. Colonias Extranjeras y a los estudiantes de México; esta audición, efectuada el 3 de diciembre de 1884 y en la que se refrendó el éxito del arreglo de Carlos Curti "Aires Nacionales mexicanos" fue de despedida, ya que la Orquesta había sido invitada para actuar en la Exposición Universal de Nueva Orleans, donde provocó gran admiración por su originalidad en todos aspectos. Al clausurarse la exposición recorrió algunas ciudades de los Estados Unidos y retornó a México por tener que reanudar Carlos Curti -al igual que algunos integrantes de la Orquesta- sus clases en el Conservatorio. A fines de 1885 se organizó de nuevo la Orquesta Típica Mexicana, pero ya como empresa; salieron el 8 de enero de 1886 a Zacatecas, donde realizaron tres conciertos y siguieron rumbo a los Estados Unidos, Canadá, otra vez los Estados Unidos y Cuba, regresando a la República Mexicana en el mes de julio de 1887, donde en la ciudad de Puebla la Orquesta se disolvió. En 1901, Juan Velázquez, buen músico y bajista, que había acompañado a Carlos Curti en su segunda gira con la Orquesta Típica Mexicana, formó un pequeño grupo típico para actuar en una zarzuela que se representaba en el Teatro Principal. Por lo agradable que se escuchaba su grupo, fue invitado para amenizar una fiesta que se ofrecía a D. Manuel Corral, que a la sazón ocupaba los puestos de Vicepresidente de la República y Secretario de Gobernación. Juan Velázquez aumentó el número de elementos de su grupo para convertirlo en Orquesta y su actuación fue sumamente elogiada. El compositor Miguel Lerdo de Tejada -que probablemente se encontraba como invitado en la fiesta mencionada puesto que gozaba de magníficas relaciones sociales y políticas- en un encuentro fortuito que tuvo con Juan Velázquez, encomió las cualidades de la Orquesta que aquel encabezaba y le brindó su apoyo y representación para la misma, abriéndole las puertas del Restaurante San Carlos para que trabajaran de las 13:00 a las 17:00 horas todos los días. Al poco tiempo, la Orquesta que había formado Juan Velázquez, abandonó a este, tomándola bajo su dirección Miguel Lerdo de Tejada, quien, con gran inteligencia, dedicación y apoyo gubernamental, marcó el principio de una era gloriosa para la que había de ser, andando el tiempo, la actual Orquesta Típica de la Ciudad de México. Ya al frente de su Orquesta, Miguel Lerdo de Tejada salió a Buffalo, N.Y., en julio de 1901 y regresó en octubre del mismo año. En 1904 actuó en la Exposición de St. Louis Missouri. En 1909 acompañó al Gral. Porfirio Díaz a El Paso, Texas, donde el Presidente de México se entrevistó con el Presidente de los Estados Unidos, W. H. Taft. En 1910, además de actuar con su orquesta en las fiestas del Centenario, organizó una Orquesta Típica de Señoritas para los mismos fines. En 1913 la Orquesta Típica Lerdo de Tejada fue uniformada con el traje de gala de los Rurales y en 1917, debutó en el Salón de Música de Cámara del Carnegie Hall el 2 de marzo, actuando por segunda vez el 4 de abril del mismo año, en función de despedida. En el mes de septiembre de 1919, salió la Orquesta Típica Lerdo de Tejada a una gira por el norte de la República Mexicana y algunas ciudades estadounidenses, siendo la última Los Angeles, Cal., de donde regresó a México en los primeros meses de 1920. En 1921, Miguel Lerdo de Tejada -quien desde el año anterior había sido nombrado Jefe de la Oficina de Espectáculos y había instituido el Consejo Cultural de la Ciudad de México- fue designado Organizador y Director de la Orquesta Típica del Centenario, que habría de participar en los festejos conmemorativos de la consumación de nuestra Independencia. En 1923, la Orquesta Típica Lerdo de Tejada realizó una gira por varios estados del centro de la República Mexicana. No obstante que desde su fundación, la Orquesta Típica Mexicana y posteriormente la Orquesta Típica Lerdo de Tejada recibieron todo el apoyo moral y casi todo el económico de parte del Estado, (directamente del Presidente de la República o a través de los altos funcionarios del Gabinete), es hasta 1920 cuando asoman firmes indicios de querer incorporar dicho organismo musical a los servicios oficiales en forma definitiva. Con ese objeto, en el periodo 1920-1924, se creó la Orquesta Típica Presidencial, que fue sucesivamente dirigida por Juan Torreblanca, Miguel Lerdo de Tejada, José Briseño y Alfonso Esparza Oteo. El 31 de diciembre de 1924 desapareció la Orquesta Típica Presidencial. En 1928, como resultado de una atinada coordinación entre el Dr. Manuel Puig Casaurano (que era Ministro de Educación Pública), Mr. Morrow, Embajador de los Estados Unidos en México y Miguel Lerdo de Tejada, aprovechando la visita a nuestro país del famoso aviador Charles A. Lindberg, fue posible la organización de una gira de la Orquesta Típica Lerdo de Tejada por los Estados Unidos y Canadá, contratada por el Circuito de Teatros Americanos Keith Albee Orpheum para actuar en cincuenta teatros pertenecientes al circuito. El debut de la Orquesta fue el 19 de febrero de 1928 en el St. Louis Teathre de la ciudad de St. Louis Missouri y la última actuación en el Keith’s Teathre de Syracusse, N. Y., el 23 de diciembre del mismo año. Terminado el contrato, la Orquesta permaneció en Nueva York realizando grabaciones hasta mediados del mes de enero de 1929, regresando a México inmediatamente. Ya en esta ciudad, solo permaneció el tiempo necesario para organizar una gira por América del Sur, aunque por diversas razones solo pudo visitar las repúblicas de Guatemala y San Salvador, retornando a México de inmediato. En noviembre de 1929, siendo Presidente de la República el Lic. Emilio Portes Gil y el Dr. Manuel Puig Casauranc, Regente de la Ciudad de México, por Decreto Presidencial se creó la Orquesta Típica de la Policía bajo la Dirección de Miguel Lerdo de Tejada. Desde su creación hasta el año de 1932 inclusive, la Orquesta se presentó en la ciudad de México y estados de la República Mexicana cercanos, pero en 1933 y 1934 salió a los Estados Unidos a dos Convenciones Policiacas que se efectuaron en la ciudad de Chicago, Illinois. También en el año de 1934 acompañó, aunque reducida en la cantidad de sus elementos, al Gral. Lázaro Cárdenas en su campaña presidencial. En 1935 viajó la Orquesta Típica de la Policía a Washington, D. C., y en 1936 a Nueva York, San Diego y Los Angeles. En 1938, entre el 19 de marzo y el 30 de noviembre, la Orquesta Típica de la Policía viajó a Oakland, Stoponi, San Francisco, Los Angeles, Tucson, Portland y Seattle en los Estados Unidos y a la República de Guatemala. En octubre de 1939 actuó la Orquesta en la Feria de Dallas y el martes 14 de noviembre del mismo año, salió a Guatemala para actuar en la Exposición Anual que ahí se celebraba. El 6 de marzo de 1940, la Orquesta emprendió un viaje a la República de Chile y no pudiendo ir Miguel Lerdo de Tejada ni Pablo Marín, que eran Director y Subdirector titulares de la misma, por acuerdo del Presidente de la República, Gral. Lázaro Cárdenas, el Lic. Raúl Castellanos, Regente de la Ciudad en ese entonces, extendió un nombramiento de Subdirector Interino de la Orquesta Típica de la Ciudad de México a Mario Talavera. Esto fue por mediación del Lic. Luciano Kubli, quien estaba al frente de la Dirección General de Acción Cívica y cultivaba sincera amistad con Miguel Lerdo de Tejada y Mario Talavera. Es probablemente en este año de 1940, cuando cambió la denominación de Orquesta Típica de la Policía a Orquesta Típica de la Ciudad de México. El 26 de mayo del mismo año, después de haber obtenido un clamoroso éxito en cada uno de los lugares que pisaron, se encontraron de regreso ya en su patria todos los elementos que integraban la Orquesta Típica de la Ciudad de México. El compositor Miguel Lerdo de Tejada, Director de la Orquesta Típica que desde 1901 formó Juan Velázquez y que se transformara sucesivamente en Orquesta Típica Lerdo de Tejada, Orquesta Típica de la Policía y por último en Orquesta Típica de la Ciudad de México, murió a las cinco de la tarde el dta 25 de mayo de 1941 a la edad de 72 años. Nombrado por las autoridades del Departamento Central, atendiendo a sus méritos propios, lo sucedió en el puesto el Maestro Pablo Marín, Subdiector titular de la Orquesta desde 1929. Magnífico músico y ferviente enamorado de la música mexicana, enriqueció el repertorio de la Típica con gran número de arreglos y algunas composiciones propias. A su muerte, en 1960, fue nombrado Director Interino el Maestro Jesús Corona, contemporáneo de Miguel Lerdo de Tejada y Subdirector Titular cuando Pablo Marín era Director. Poco tiempo duró en ese puesto. Al ser elegido por el Lic. Ernesto P. Uruchurtu, Regente de la Ciudad, el compositor de fama internacional Ignacio Fernández Esperón (Tata Nacho) pasa a ocupar el puesto titular en ese mismo año y el Maestro Jesús Corona regresó a la Subdirección. El compositor Ignacio Fernández Esperón creó una nueva plaza de Subdirector para que la ocupara Félix Sanatana, también magnífico músico arreglista, quien hasta su muerte, en 1972, la desempeñó y trabajando intensamente acrecentó el repertorio de la Típica con una serie de arreglos musicales muy bien logrados. Al morir Tata Nacho en 1968, de nuevo tomó la Dirección de la Orquesta Típica de la Ciudad de México el Maestro Jesús Corona, pero ya con el carácter de Titular, nombramiento que le fue ratificado por las autoridades del Departamento Central, aunque debido a su edad, casi delegó toda la actividad musical en Félix Santana y en un joven músico, el Maestro Jesus Galarza Acosta, que le sucedió en el puesto con el carácter de Director Interino en abril de 1975, fecha en que se jubiló el Maestro Jesús Corona. En el mes de abril de 1977 interviene por primera vez en la historia de la Orquesta Típica de la Ciudad de México, la Comisión Mixta de Escalafón del Departamento Central y somete a concurso la plaza de Director Titular, participando en él los Subdirectores de la Orquesta, Maestros Delio Solís Alvarado y Daniel Zarabozo Gutiérrez, resultando triunfador por veredicto unánime del jurado. La Orquesta Típica de la Ciudad de México (siglas: OTCM) recibió este apelativo desde 1940, siendo precedido desde su fundación por los nombres de: "Orquesta Típica Mexicana" (1884-1887); "Orquesta Típica Lerdo" (1901-1920); "Orquesta Típica Presidencial" (1920-1924); Orquesta Típica Lerdo de Tejada (1928) y "Orquesta Típica de la Policía" (1929-1940), nombrada así por decreto del Presidente Lic. Emilio Portes Gil.
Ha sido dirigida desde 1884 por los siguientes músicos mexicanos:
Concertino: Cecilia Becerra Álvarez de la Cadena.
Violines primeros: Pedro Sánchez Huerta, María de Lourdes Zavaleta Torres, Jesús Fernando Márquez Franco, Mariana Cervantes Martínez.
Violines segundos: África Denys Santiago Guerrero*, Óscar Cristóbal Ruiz Pérez, Alejandro Estrello Estrello, Norberto Sosa Martínez, Miguel Neria Cano, Óscar Cadena Hernández.
Violas: Verónica Peralta Salcedo, Mónica Patricia Corona Espinosa, Rosalía Esparza Reyes, Nycte Irene Sánchez Figueroa.
Violonchelos: Carlos Pablo Velarde Paredes, Abraham Hernández Velázquez, Ruth Irán Quiroz Espejel, Carlos Alberto López Erazo.
Contrabajos: Ángel Paris García Becerril*, Luis Fernando Echevarría Cervantes, Manuel Sandoval Carranza.
Salterios chicos: Guadalupe Trejo Ramos*, Noemí Pérez Pérez.
Salterios grandes: Atlas David Zaldívar Briseño*, María Elena García López, David Armas Jaramillo.
Bandolones: Francisco Herrera Caballero, Mariano Herrera Castro, Guillermo Soriano Escamilla, Francisco Rafael Contreras.
Guitarras: Luis Carlos Martínez Alvarado*, Vladimir Ibarra Velázquez, Carlos Francisco Gómez Muñoz.
Bajo sextos: Jesús Abraham Trejo Ramos, Julio Trejo Candelas.
Flauta: Diego Julián Sánchez Méndez*.
Piccolo: Margarito Torres Durán.
Oboes: Rogelio Caballero Rosas*, Carmen Ontiveros Serna.
Clarinetes: Cipriano Morales Solís, Jorge Mauricio Hernández.
Fagote: Ana Penélope González Pérez.
Trompetas: Alejandro Vargas Bermúdez, Fidel Reza.
Trombones: Emmanuel Pérez Ontiveros*, Enrique Isauro Sida Olguín.
Trombón bajo: Daniel Céspedes Gutiérrez.
Corno francés: René Martínez Ramos, Gustavo Martínez López, Alfredo González Bautista.
Tuba: Pascual Clavijo Juárez.
Timbales: Gabriela Orta Quintana*.
Percusiones: Darío Solís Landa*, Óscar Ramírez de Jesús, Gabriel Edmundo Lugo Vélez.
Arpa: Yani Ameyalli Bonilla Peña.
Marimba chiapaneca: Eduardo Enrique Hernández Feliciano*, Sandra Yaneth Moreno Moreno, Maribel Pedraza Calderón.
CORO:
Sopranos: Gabriela Encarnación Cabrera, Yvonne González, Lucía Olmos Luna, Wendy Marla Oviedo Haro, Citlali Carrillo Gutiérrez.
Mezzosopranos: Jennifer Elena Sierra Marín, Norma Anel Cervantes González, Estrellita Ríos Rosario, Jessica Manzanares Espinosa, Sandra Córdoba Salas.
Tenores: Juan Luis Villanueva Zamudio, Marco Antonio Lozano, Enrique Rodríguez Gutiérrez, Juan Darío Espinoza Córdoba, Sergio Abraham Peña Cisneros.
Barítonos: Ricardo Emmanuel López Romero, Rubén Antonio Morales Luque, Raúl Eric Velasco Torres, Víctor Manuel Florentino Olmos Contreras, Izhar Poncelis Santana.
Pianista acompañante: Carlos Enrique Salazar Lugo.
Director del Coro: Salvador Guízar Murillo.
Carlos Curti y la Orquesta Típica Mexicana. La orquesta típica fue concebida originalmente por el salterista Encarnación García y el bandolonista Andrés Díaz de la Vega pero su creación se consolidó en las manos de su director y fundador, el Xilofonísta y compositor Carlos Curti (1861-1926), entre el 1° y el 24 de agosto de 1884.
Estuvo conformada por 19 músicos, casi todos ellos provenientes del Conservatorio y distribuidos de la siguiente manera:
Debutó la noche del sábado 20 de septiembre de 1884 en un concierto privado, realizado en el Teatro del Conservatorio y alternando con la Orquesta de este último. Interpretó -durante la tercera parte del programa- las siguientes cinco obras:
Éste concierto contó con la presencia del entonces presidente de México, General Porfirio Díaz, quien en ese momento la nombró "Orquesta Típica Mexicana". Durante los siguientes 3 años la orquesta realizó varias giras; la primera a los Estados Unidos, iniciando en la Exposición Universal de Nueva Orleans y continuando en Nueva York y varias ciudades de los E.U. La segunda gira comenzó en enero de 1886 visitando Zacatecas y luego, nuevamente los E.U., Canadá y Cuba regresando a la Ciudad de México en junio de 1887. Súbitamente la orquesta se desintegró en la ciudad de Puebla. Poco se sabe de la suerte de la Orquesta Típica Mexicana después de tan repentina disolución. Era de entenderse que los músicos que la conformaban debían regresar a sus actividades académicas que habían abandonado en el Conservatorio Nacional de Música a causa de las giras. Entre estos se hallaba el Sr. Curti, quien poco después se dedicó a dirigir la orquesta del Circo Orrín. Se sabe que después formaría otra agrupación llamada “Orquesta Mexicana Curti” con la que haría varias grabaciones en Nueva York para la firma “Columbia” en 1905, 1906 y 1912. Durante los últimos años del siglo XIX, era de esperarse que se formaran distintas agrupaciones que se pareciesen a la Orquesta Típica Mexicana, incluso algunas con integrantes de la “Típica” original. Fue precisamente Juan Velázquez uno de estos músicos, que en 1901 formaría una orquesta típica para acompañar una Zarzuela en el Teatro Principal.
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