Las parábolas de Jesús son aquellas breves narraciones dichas por Jesús de Nazaret que encierran una educación moral y religiosa, revelando una verdad espiritual de forma comparativa.
La parábola es una narración sobre un hecho cotidiano de la época presentado de una manera exagerada para dar a conocer un misterio espiritual.
No son fábulas, pues en estas no intervienen personajes animales con características humanas, ni alegorías, pues se basan en hechos u observaciones creíbles de la naturaleza, teniendo la mayoría de estos elementos de la vida cotidiana. Las parábolas se encuentran contenidas en los evangelios sinópticos, tres de los cuatro evangelios canónicos (en concreto el de Mateo, el de Marcos y el de Lucas), aunque también se pueden encontrar en algunos evangelios apócrifos, como el de Tomás y el de Santiago.
La finalidad de las parábolas de Jesús es enseñar cómo debe actuar una persona para entrar al Reino de los Cielos y, en su mayoría, revelan también sus misterios. En ocasiones Jesús usó las parábolas como armas dialécticas contra líderes religiosos y sociales, como por ejemplo la Parábola del fariseo y el publicano y la Parábola de los dos hijos. En la Biblia se encuentran los siguientes textos titulados Propósito de las parábolas: Mateo 13:10-17, Marcos 4:10-12 y Lucas 8:9-10.
Jesús dice que enseña usando parábolas para que comprendan su mensaje solo aquellos que han aceptado a Dios en su corazón y para que los que tienen "endurecidos sus corazones" y han "cerrado sus ojos" no puedan entender. Por lo tanto comprender el mensaje de Jesús significaría ser un verdadero discípulo suyo y no entenderlo supone que no se está realmente comprometido con Él y por ende no podemos recibir su ayuda ni la de su mensaje.
Existen algunos debates sobre si este es el significado original del uso de las parábolas o si en realidad fue agregado por Marcos para reforzar la fe de sus lectores, tal vez cuando se vio perseguido. Esta explicación parece ser esencial para comprender del todo el mensaje real de las parábolas de Jesús, ya que deja claro que es necesario tener fe en Él para entenderlas, o de otro modo se ven confusas. Una serie de parábolas que son adyacentes en uno o más evangelios tienen temas similares. La parábola de la levadura sigue la parábola del grano de mostaza en Mateo y Lucas, y comparte el tema del Reino de los Cielos que crece de pequeños comienzos.
La parábola del tesoro escondido y la parábola de la perla forma una pareja que ilustra el gran valor del Reino de los Cielos, y la necesidad de una acción en la consecución de la misma. Las parábolas de la oveja perdida, de la moneda perdida, y del hijo pródigo forman un trío en Lucas que tratan acerca de la pérdida y la redención.
La parábola del siervo fiel y la parábola de las diez vírgenes en Mateo, adyacentes, involucran a la espera de un novio, y tienen un tema escatológico: estar preparados para la hora del juicio. La parábola de la cizaña, la parábola del rico insensato, la parábola del árbol de higo, y la parábola de la higuera estéril también tienen temas escatológicos.
Otras parábolas independientes, como la parábola del siervo inútil, que trata de perdón,
la parábola del Buen Samaritano, que trata de amor práctico, y la parábola del siervo vigilante, frente a la persistencia en la oración. Parábolas encontradas en el Evangelio de Mateo
Parábolas encontradas en el Evangelio de Marcos
Lucas 11,33-36, Tomás 33
Parábolas encontradas en el Evangelio de Lucas
Parábolas encontradas en el Evangelio de Tomás
Lucas 8:16-18, Lucas 11:33-36
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