La parroquia San Isidro Labrador es un templo religioso de culto católico y parroquia bajo la advocación de San Isidro Labrador del cantón de Vázquez de Coronado, en Costa Rica.
El templo existente fue terminado alrededor de 1935 en estilo neogótico es un referente para la ciudadanía de Coronado y una visita obligada para todo aquel que llegue a esa ciudad. Los archivos parroquiales recogen apuntes en sus libros desde 1878.
Los primeros datos que se pueden encontrar sobre el primer lugar de oración de los que hoy es el templo de San Isidro se hallan en el archivo de la Curia Metropolitana. En el libro de mayordomía de San Isidro de los años 1864 y 1867 describe como primer lugar de oración una pequeña capilla que se encontraba entre San Antonio y Guayabal. En el inventario de 1886 figuran los siguientes bienes,
.
En 1862 los vecinos comunican al obispado sus deseos de construir una iglesia y piden que se nombre una comisión que se encargue de estudiar y determinar el punto más apropiado para su construcción.
Formaron parte de a comisión el cura de San José Nereo Bonilla y el ingeniero Francisco Kurtze. Decidieron que la mejor ubicación para el futuro templo era el punto central de una llanura sobre la que esta asentada la ciudad. Los vecinos, deseosos de la rápida construcción del templo, ofrecieron materiales de construcción de los que normalmente se utilizaban, sobre todo madera. El ingeniero indicó que el proyecto debía de ser duradero y estar construido con materiales que aguantaran el paso del tiempo, con piedra y buenos cimientos.
El mismo año de 1862 se obtuvo el permiso de construcción y comenzaron los actos para conseguir los fondos necesarios para realizar la misma.
En 1864 se pagan los planos, que costaron 8 escudos, y cuando entra el nuevo mayordomo, Prudencio Cordero, en 1866 ya había 255 escudos en octubre y acaba ese año con 379.
Durante el año siguiente se sigue recogiendo donativos, estos ya no solo son en metálico, sino también en especias, se recogen cerdos, maíz, leña...
La iglesia era el centro de la vida social de cualquier urbe. Servía de escaparate para mostrar su estatus económico y social y una de las formas de realizar dicha demostración era el realizar generosas aportaciones a la congregación.
El día 21 de noviembre de 1880 se inauguró la nueva iglesia. Para su atención se desplazaron sacerdotes de la parroquia vecina de San Vicente que fueron los que echaron a andar el nuevo templo.
Con un aspecto sólido, con arcos de medio punto en sus puertas y ventanas, columnas adosadas a los muros recordando el estilo renacentista, con el tejado a dos aguas y un aportada enmarcada por dos torres y entre las cuales se levantaba otra, en forma de segmento de círculo, en donde se ubicaba el reloj. Tenía puertas laterales y la principal mirando al oeste.
Un año después de la inauguración, en 1881, José Victoriano Mayorga toma posesión como titular de la nueva iglesia. Se la entrega Luis Hidalgo. La descripción que realiza de la misma y que está guardada en sus archivos es dice...
La Iglesia contiene el presbiterio y éste, el altar mayor de madera pintado al óleo y adornado con reglas doradas colocadas con esmero y gusto, éste contiene en su centro una custodia de plata sobredorada preciosamente fabricada, en la parte superior está la Virgen Niña y en la inferior el tabernáculo donde se conserva la Sagrada Eucaristía, sobre la mesa y en su centro está un ara de piedra común.
Esta iglesia funcionaba como una sucursal de la parroquia de San Vicente pero los feligreses deseaban tener su propia parroquia. Recogiendo este sentir el cura José Victoriano Mayorga escribe al obispo pidiéndole su conversión en parroquia. El 10 de agosto de 1881 hace llegar el siguiente mensaje al Gobierno Eclesiástico de la Diócesis de San José;
La respuesta del obispado llegaría el 29 de diciembre y sería positiva. Se dividía la parroquia de san Vicente en dos, una de ellas era de la San Isidro y se nombra a Mayorga párroco de la misma. El 1 de enero de 1882 se bautiza la parroquia de San Isidro. El acta es firmada por Mayorga que mantuvo el cargo hasta el 20 de junio de 1887.
En 1910, un terremoto daña el edificio. La pared del lado este queda en mal estado y se plantea la posibilidad de tirar toda la iglesia y levantar una nueva. Entre todas la discusiones y propuestas se aprueba la de construir un nuevo templo. Se le comunicó a la ciudadanía con las siguientes palabras;
En 1921, los feligreses de la parroquia de San Isidro se dividieron y una parte de ellos se posicionó en contra del párroco Elías Valenciano. El problema concluyó con la llegada del nuevo cura Carlos Meneses dos años más tarde y la idea de la construcción de un nuevo templo. Cuando Meneses renuncia y es sustituido por el párroco Rubén Fernández la idea de la construcción de un nuevo edificio se mantiene firme.
Rubén era un cura joven que ya había demostrado sus inquietudes de cambios en su destino de la Parroquia de San Juan de Tibás en donde había hecho obras imponentes.
En febrero de 1924, se iniciaron las actividades para formar el capital que sustentaría los gastos de la construcción.
El 6 de junio de 1928, el Pbro. Rubén Fernández fue nombrado miembro propietario de la Junta de Educación del Distrito Central por la Municipalidad del Cantón de Vázquez de Coronado y fue el Presidente de la Junta Edificadora para la construcción del nuevo templo de Coronado.
El párroco habló con varias personas para formar el equipo técnico destinado a la ejecución de la obra.
El arquitecto quien diseñó el templo y realizó los planos fue Teodorico Quirós. Conocido también como "Don Quico", nació en San José el 28 de agosto de 1897, en 1916 viajó a Estados Unidos a estudiar arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Regresó a Costa Rica en 1921 , además de la Iglesia de San Isidro de Coronado, fue responsable de la Iglesia de Aserrí, San Rafael de Escazú y Ciudad Quesada, del Palacio Municipal de Cartago y de la Escuela Omar Dengo, entre otros edificios existentes; además, tuvo a su cargo la preservación de las iglesias de Ujarrás y de Orosí. Como docente, fue nombrado decano de la Facultad de Bellas Artes al fundarse la Universidad de Costa Rica.
El ingeniero fue Jacinto Rodríguez Ocampo Con él colaboró W.G. Luis Kowner.
El estilo elegido para la construcción es el gótico, sería una iglesia neogótica, y se utilizaría la solución técnica de dotarla de un armazón de metal, como ya se había hecho con el templo parroquial del cantón de San Ramón en la provincia de Alajuela.
En 1925 comienzan las acciones recaudativas para conseguir los fondos necesarios. El padre Koch negocia con la casa alemana Krupp la adquisición de la estructura de metal. En 1928 ya esta finiquitada la adquisición de dicha estructura con Krupp & Cia.
Una vez derruida la vieja iglesia y preparado el terreno que ocupaba. El 18 de mayo de 1930 se coloca la primera piedra. El acto fue presidido por el Excmo. Sr. Arzobispo y el presidente de la república Cleto González Víquez.
La piedra, un bloque cuadrado de mármol de 92cm de lado, llevaba las inscripciones siguientes:
En el centro de la piedra se depositó un tubo de metal con un acta de la ceremonia y monedas de oro y plata.
En contraste con la vieja construcción de ladrillo de estilo colonial con sabor renacentista, se decidió que el nuevo templo fuera gótico, como el de Notre-Dame de París (Francia) y con columnas como las de la catedral de Colonia (Alemania).
El 25 de febrero de 1929, tras el pago de un 30% del valor de los materiales correspondientes a la estructura de acero, la empresa Krupp comienza a enviar los materiales necesarios para la construcción. Tras la adquisición de las herramientas necesarias y la preparación de la logística precisa se comienzan a excavar los cimientos en agosto. En noviembre llega a Costa Rica el armazón metálico en el vapor "Antioquia" al puerto de Puntarenas y de allí en ferrocarril hasta a Plaza Víquez y desde allí hasta su destino por carretera con ayuda del pueblo.
Las piezas del armazón llegaron en carretas de bueyes que todos los vecinos de Coronado y de los pueblos de alrededor cedieron, hubo noches que había más de 50 carretas trabajando en el acarreo de piezas de Plaza Víquez a Coronado.
Los cimientos, construidos a 4 metros de profundidad, fueron sendas planchas de metal de 1 x 2m sobre las cuales se iban levantando las naves. Trabajaban voluntariamente muchos feligreses que con su esfuerzo vieron como se iba alzando el hermoso templo gótico.
El arquitecto diseña techos de hormigón pero los vecinos, por temor a los sismos y el daño que pueden hacer las placas de hormigón al caer desde el techo, proponen que sean de madera. La propuesta del pueblo se recoge y se construye en madera (lo que dio el resultado buscado en los terremotos de abril y junio de 1983).
Se realizaron algunos cambios sobre el proyecto original, se eliminaron las torres y los rosetones góticos, siendo estos sustituidos por unos de estilo clásico, las ventanas se simplificaban y se agregó, una serie de ángeles en los pináculos superiores.
Se construyó la torre y se le puso el antiguo reloj (aunque con problemas por sobre dimensionar la actuación, al pasar de manejar una esfera a manejar cuatro).
Se completó la torre con las campanas necesarias. Las campanas se adquirieron en Francia a la casa Les Fils de Georges Paccard. Se compraron, una campana de MI de 1.050 kg de peso y 1,8 m de diámetro y otra de SOL de peso 650 kg y un diámetro a la base de 1 m.
La campana de MI tiene la siguiente inscripción:
Gloria a Dios en las alturas.
Los feligreses de San Isidro de Coronado
rinden homenaje de recuerdo y gratitud a sus
eximios benefactores don Ricardo Zúñiga R.
y a su Sra. doña Beatriz M. de Zúñiga.
1937
La campana de SOL:
Con mi voz deseo perpetuar la memoria y gratitud a:
Julián Rojas y fam.
Jerónimo Rojas y fam.
Antonio Quirós y fam.
Juan de Mata Quirós y fam.
Gordiano Montero y fam.
Higinio Vargas y fam.
Rafael Vargas y fam.
Filadelfo Corrales y fam.
A finales de 1937 se consagraron las campanas en una ceremonia popular.
El 17 de noviembre de 1937 moría el alma mater del nuevo templo, el padre Rubén Fernández Meléndez, a la edad de 39 años. Se enterró en el costado sur de la iglesia y en 1945 se trasladó su tumba al interior del recinto.
Entre los típicos elementos que se dan en el estilo gótico, en la iglesia de San Isidro de Coronado tenemos los siguientes:
La arquivolta consiste en tres líneas de moldura con caras de ángeles formando el típico arco ojival de las tres puertas. Enmarcando cada arquivolta se encuentra un frontón.
En este elemento los aspectos más relevantes en las iglesias góticas son las bóvedas de crucería, las naves, los pilares o columnas y el triforio.
Los correspondientes al acceso tienen motivos de ramas de café, así como de cuernos de la abundancia y carácter literario; los de las naves son de carácter corintio con motivos de uvas y palmas y los correspondientes al triforio son de carácter jónico.
Los confesionarios los confeccionó un artesano de Coronado, Rigoberto Solano, uno, de carácter gótico, simula la fachada de una iglesia con agujas, motivos de tréboles y florones. El otro de carácter renacentista es de líneas más simples y planas. Los bancos también los realizó el mismo artista.
Se realizaron cinco vidrieras de tipo gótico que se colocaron en la girola mientras que en el resto de los ventanales se cubrieron con vidrieras simples.
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