Peña Ubiña nació en Asturias.
Peña Ubiña es, con 2417 metros de altura, una de las montañas más altas de la cordillera Cantábrica, y es también, junto con el Fontán Sur, la más alta del macizo de Ubiña. Está situada en la divisoria entre el Principado de Asturias —concejo de Lena— y la provincia de León —municipio de San Emiliano—.
En una encuesta realizada en 1992 por el diario asturiano La Nueva España entre gente de montaña del Principado —entre la que se encontraban alpinistas, técnicos, directivos de clubes y asociaciones, así como personas relacionadas con el mundo de la naturaleza—, Peña Ubiña aparecía como la segunda montaña asturiana (aunque también pertenece a León) más hermosa, por detrás del Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu). La montaña se considera que está en León porque su cima pertenece a la provincia, al igual que San Isidro se dice en Asturias por el mismo motivo. Solo se comparte vertiente pero pertenece a León, concretamente está ubicada en la comarca de Babia.
El topónimo Ubiña (en asturleonés, Ubina u Obina) procede del adjetivo latino *Albinus, -a, -um ‘de color blanco’, al igual que los también topónimos Oviñana y Ouviñana *Albineanam.
En la edición de 1777 del mapa de Tomás López ya se incluye la cima de Peña Ubiña. El 27 de junio de 1792, el ilustre Jovellanos escribía refiriéndose a su paso por la cordillera Cantábrica desde Asturias a León «... a la derecha la famosa Peña Ubiña, que se cree ser la más alta de España...». También escribía haciendo referencia a Peña Ubiña «... vese desde tierra de Segovia y desde muy dentro del mar...». Sin duda alguna Jovellanos quedó tan impresionado por estas montañas que le hicieron exagerar un poco.
En 1855 Guillermo Schulz, en el mapa topográfico de la provincia de Oviedo, coloca una Obiña a la que da una altura de 2300 metros. En el Atlas de España y posesiones de ultramar de Francisco Coello de Portugal y Quesada, de 1870, en la hoja del Principado de Asturias a escala 1:200.000 figuran Peña Ubiña a la que se da una altura de 8068 pies castellanos, y Peña Ubiña chica. La altura más aproximada aparecerá en el Bosquejo estratigráfico de la cuenca central de Asturias, publicado en 1915, de los ingenieros gijoneses Luis Adaro y Gumersindo Junquera, que da a Peña Ubiña 2414 metros.
Es difícil precisar cuándo empezó a ser ascendida Peña Ubiña, pues ha de tenerse en cuenta que en las laderas de la mayor parte de estas montañas vienen pastando los ganados desde tiempos inmemoriales, por lo que siempre ha habido actividad en la época estival por estos parajes y es de suponer que se ascendería seguramente tanto por la curiosidad de vislumbrar lo que desde su cima se podría observar como por el interés deportivo de los pastores que quisieran gastar energías.
Uno de los primeros foráneos en recorrer estas tierras fue Manuel Loring, conde de Mieres, que en sus correrías cinegéticas se hizo acompañar de Manuel Delgado, de Tuiza. Años después, un hijo de Manuel, Ramón, apodado el de Tuiza, fue el que guio, enseñando sus secretos, a uno de los mejores rapsodas de la cordillera Cantábrica: José Ramón Lueje. Lueje escribió infinidad de artículos sobre estas montañas de las que fue un ferviente enamorado y confeccionó asimismo un preciso mapa topográfico del macizo de Ubiña a escala 1:25.000.
En 1925, el Ayuntamiento de Mieres (al que los tribunales de justicia negaron que sus ganados pudieran pastar en el vecino término municipal de Lena) tuvo que adquirir, al no disponer de pastos de verano, siete puertos situados en el término leonés de Pinos (San Emiliano), en subasta de la Fundación Sierra-Pambley por la cantidad de 415.600 pesetas. Esta adquisición hizo que se construyera el denominado refugio Casa Mieres, situado al sureste de Peña Ubiña y que la actividad estival en la zona aumentase considerablemente.
En 1932, el día 28 de febrero, dos leoneses, los hermanos Santiago y Diego Mella Alfageme, acompañados del alemán afincado en León Felipe Friick, ascendieron en invierno a la cima de Peña Ubiña, haciendo la que posiblemente sea una de las primeras invernales a esta montaña, en la que encontraron, según su propio testimonio, mucha nieve.
La guerra civil española tuvo en estos hermosos parajes una abundante actividad, al ser lugar de paso entre León y Asturias, tanto por el puerto de Ventana como por el puerto de la Cubilla.
El 31 de julio de 1967 se inauguró el refugio que el Centro Cultural y Deportivo Mierense construyó en la vega del Meicín, en la vertiente noreste de Peña Ubiña. Este refugio tuvo una importancia vital en el desarrollo de la actividad montañera en el macizo de Peña Ubiña. Tal es la afluencia al mismo que en los últimos años de la década de los sesenta fue el refugio más visitado de Asturias (incluidos los Picos de Europa). El montañismo invernal eclosionó en este momento y las actividades dejaron de ser ocasionales en esta estación del año y comenzaron a ser sistemáticas a partir de entonces.
Juan Delgado publicó a comienzos de los setenta un libro-guía titulado Ubiña, alta montaña, que fue reeditado con nuevas aportaciones en 1989. Delgado escribió: «...hasta 1970 la historia de Ubiña debe interpretarse como una puesta a punto del alpinismo asturiano y leonés». Aunque habría que añadir también al gallego.
Desde los años 1970 los accidentes en Peña Ubiña, sobre todo en invierno, se sucedieron con frecuencia, casi siempre en la vertiente asturiana. La fácil aproximación a una gran montaña hacía que en ocasiones accediera a ella gente no demasiado preparada para afrontar los problemas. En otras ocasiones los temidos aludes de nieve se encargaron de producir una tragedia incluso con montañeros experimentados.
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