Príncipe Imperial de Brasil fue un título creado para los herederos de Pedro I de Brasil al trono imperial brasileño. Tras la proclamación de la república el 15 de noviembre de 1889, el hijo mayor que tenía el título de príncipe imperial, pasa a ser el Jefe de la Casa Imperial de Brasil, para designar a su presunto heredero de jure al trono imperial, desde ese entonces, el título continuó siendo utilizado de manera informal —Sin tener reconocimiento por parte del Estado Brasileño— por los miembros de la Casa Imperial de Brasil.
De acuerdo con la constitución brasileña de 1824, el primer hijo del emperador recibía el título de Príncipe Imperial de Brasil, incluyendo a los demás hijos del monarca el título de Príncipe de Brasil —no confundir con el antiguo título de portugués—. El primogénito del Príncipe Imperial obtenía el título de Príncipe de Gran Pará. A lo largo de la historia de la monarquía brasileña, se hicieron diversas excepciones, ante la necesidad de que se designara un heredero aparente al trono brasileño en cuanto al emperador no tuviese un hijo. Así fue cuando a la mayoría de edad, Pedro II, designó a su hermana, Genara María de Braganza como su heredera aparente.
La Constitución brasileña de 1824 —revocada en 1891—, establecía en su artículo n.° 105 que: El presunto heredero al trono del Imperio obtendrá el título de —Príncipe Imperial y su primogénito— Príncipe de Gran Pará.
Conforme al artículo 46, capítulo 3, título IV de la constitución brasileña de 1824, los príncipes brasileños recibirán automáticamente el cargo de Senador de Brasil luego de que llegaran a tener 25 años de edad. De esa forma en 1871, la princesa imperial, Isabel de Brasil, se convirtió en la primera senadora de Brasil, y que también fue la única que gozó de esa disposición institucional, dado a que todos los príncipes de Brasil habían muerto antes de cumplir los 25 años de edad o se fueron del país y se casaron en el extranjero a excepción de su padre, Pedro II de Brasil, que asumió el trono brasileño a los 14 años de edad o su madre, Maria da Glória de Braganza que asumió el trono portugués a los 15 años de edad como María II. Después de Isabel, la monarquía brasileña fue destituida por un golpe de estado que proclamó la primera República de Brasil, y desde ese entonces, varios príncipes no pudieron obtener un cargo en el senado.
La constitución brasileña de 1891 en su artículo n.°72 que: no se establece ningún título nobiliario, e incluido el de Príncipe Imperial de Brasil de manera definitiva, con una ley que dice «todos somos iguales ante la ley» (§ 2°), y que por lo tanto, la república no admite los títulos de nacimiento, desconoce e ignora todos los tribunales nobiliarios y prohíbe toda orden honorífica existente y todos los privilegios y prerrogativas, así como los títulos nobiliarios del consejo.
(Su padre)
Isabel, la última princesa imperial, nunca pudo ascender al trono, ya que la monarquía brasileña fue destituida debido a un golpe de estado que proclamaría la primera República de Brasil. Después de la muerte de su padre, Don Pedro II, el último emperador brasileño de facto, se convirtió en Jefa de la Casa Imperial, y otorgó el título de príncipe imperial a su hijo mayor, el príncipe Pedro de Alcántara de Orleans y Braganza, pero el gobierno brasileño de aquella época, no reconoció el título, debido a que cambiaron la constitución en 1891.
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