Las protestas en Honduras de 2019 correspondieron a una serie de pequeñas protestas y disturbios ocurridos en octubre, que pidieron la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández; esto como consecuencia directa del juicio por cargos de narcotráfico contra su hermano Tony Hernández, llevado a cabo en Estados Unidos.
Los principales líderes de la oposición política del país aprueban la legitimidad del segundo mandato de Juan Orlando Hernández, por el supuesto fraude electoral que le dio la victoria en las elecciones de 2017, tras las cuales se generó una crisis poselectoral.
En noviembre de 2021, fue capturado en Estados Unidos Tony Hernández, hermano del presidente, bajo cargos relacionados al narcotráfico. Su juicio comenzó el 2 de octubre de 2019. En él se realizaron acusaciones importantes contra el presidente Hernández, las cuales motivaron el llamado a las protestas.
Las protestas comenzaron el 19 de octubre, siendo convocadas por el movimiento Convergencia contra el Continuismo, luego que el presidente fuera mencionado en el juicio contra Tony Hernández, de haber recibido dinero por parte de El Chapo Guzmán para financiar su campaña política. Decenas de manifestantes marcharon en el centro de la capital y hubo enfrentamientos con la policía en las cercanías del Centro Cívico Gubernamental. En otro punto de la ciudad, también hubo una multitudinaria marcha en apoyo al presidente, convocada por el oficialista Partido Nacional. Al día siguiente cientos de personas marcharon nuevamente.
El viernes 18 de octubre Tony Hernadez fue declarado culpable de todos los cargos, lo que provocó otra serie de protestas callejeras la noche de ese día en Tegucigalpa y en 9 de los 18 departamentos de Honduras. Durante las protestas se reportó la quema de un vehículo de la policía y hubo saqueos en algunas tiendas y negocios de la capital, por los cuales fueron detenidas 13 personas.
El mismo día viernes los principales líderes de la oposición, Salvador Nasralla, Luis Zelaya y Manuel Zelaya conformaron la Coalición de Unidad de Oposición Fuera Dictadura, que llamó a protestas permanentes desde el lunes para expulsar al presidente del poder. El llamado obtuvo una pobre respuesta, con pequeños grupos de manifestantes siendo dispersados por la policía en algunos puntos del país.
El 24 de ese mes la policía reprimió otra protesta de centenares de personas en la capital, convocadas por la Convergencia contra el Continuismo y otras organizaciones. El 2 de noviembre los líderes de la oposición acordaron preparar un paro nacional para lograr la salida del presidente Hernández, buscado el apoyo de más sectores sociales.
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