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Ranavalona I



Ranavalona I (nacida como Rabodoandrianampoinimerina (Ramavo); c. 178216 de agosto de 1861) fue una reina de Madagascar de la dinastía Merina.[2]​ Tras suceder a su esposo, Radama I, como reina, se hizo conocida también como Ranavalo-Manjaka I.[3]​ Debido a su resistencia contra las potencias occidentales su administración fue tachada de tirana y despótica y la historia occidental proeuropea la castigó ya que se trató de una gobernante que trató de resistir la influencia francesa e inglesa que intentaba colonizar su reino mediante el comercio y la religión cristiana. En su cruzada por mantener Madagascar fuera de la influencia extranjera ordenó matanzas sistemáticas de cristianos y sometió a torturas a muchos de ellos.

Los antecedentes de Ranavalona están confusos. Una fuente indica que nació en una tribu de Menabe en algún momento entre 1782 y 1790. Se conoce poco de los primeros años de su vida, pero fue en esta época cuando el rey Andrianampoinimerina estaba intentando unificar varias facciones de Madagascar bajo un solo reino. El rey de Menabe gobernaba la parte occidental de la isla y se rehusaba a la unificación.

Laidler indica que Ranavalona fue adoptada por el rey Andrianampoinimerina como regalo hacia su padre, Andriantsalamanjaka, quien le habría revelado un complot. A los 22 años, la casó con su hijo favorito, Radama I.[4]​ A la muerte de su esposo y primo segundo, Radama I, Ranavalona se convirtió en reina de Merina y logró unificar la isla. Se sospecha que Ranavalona ocasionó la muerte de Radama por envenenamiento.

Cuando Radama falleció en 1828, no dejó descendientes y, según la costumbre matrilineal local, el heredero por derecho era el príncipe Rakotobe, el hijo mayor sobreviviente de la hermana de Radama, la princesa Rabodosahondra; sin embargo, Ranavalona se enteró de la muerte de su esposo antes que lo hiciera Rakotobe y sus seguidores, lo que le dio tiempo para asegurar la lealtad de los líderes militares y capturar a sus opositores potenciales. Rakotobe falleció estrangulado, y sus padres también fueron asesinados.[5]​ Tomó el trono el 1 de agosto de 1828 tras haber eliminado a sus rivales.

Sus primeros actos fueron destruir los tratados internacionales que había firmado su esposo con las potencias extranjeras y expulsó a los agentes de las potencias europeas con el fin de estabilizar su reino tanto de forma política como social, razón por la cual intentó erradicar el cristianismo que los misioneros protestantes querían imponer sobre la religión tradicional animista de su pueblo.

Para ello aisló a su reino contra la influencia extranjera del imperio francés y británico. En 1845 una misión anglofrancesa intentó poner fin a su dominio pero la reina consiguió mantener la isla independizada del colonialismo europeo.

A la muerte de Ranavalona, su hijo la sucedió como rey Radama II en 1861. Como príncipe, ya había hecho concesiones a Joseph-François Lambert, un francés que había residido en la corte de Ranavalona y ayudó en el desarrollo de numerosos recursos. La Carta de Lambert que Radama había aprobado conceder tramos significativos de la tierra a Lambert descuidando la significación de la isla entera unida a la tierra ancestral. Además, el gobierno francés recibió una carta supuestamente escrita por el príncipe, pidiendo ayuda militar francesa para deponer a su madre. Los orígenes y la autenticidad de la carta se disputan, y los británicos alegaron que fue elaborada por Jean Laborde (sobre todo porque estaba escrita en francés, una lengua que Radama no sabía escribir) para apoyar la acción militar francesa en la isla. Décadas después los herederos de Laborde, al ser rechazado el derecho a la tierra que se les había prometido y las diversas propiedades de propiedad de su padre, presionaron la reclamación ante el gobierno de Francia, proporcionando un pretexto para la invasión sobre la base de hacer valer los derechos legales de un ciudadano francés, lo que dio lugar a las Guerras Franco-Malgaches, tras las cuales el imperialismo francés consiguió hacerse con la isla.

Con motivo de la muerte de Ranavalona, doce mil cebúes fueron sacrificados y su carne distribuida a la población en su honor. El período oficial de duelo duró nueve meses. Su cuerpo fue colocado en un ataúd hecho de piastras plateadas en una tumba en la ciudad real de Ambohimanga. Durante su funeral, una chispa encendió accidentalmente un barril de pólvora cercano destinado a ser utilizado en la ceremonia, causando una explosión y un incendio que mató a varios transeúntes y destruyó tres residencias reales históricas en la sección Nanjakana del complejo donde se celebró el evento. En 1897, las autoridades coloniales francesas desenterraron y trasladaron el cuerpo de la reina y los restos de otros soberanos de Merina a las tumbas en la Rova de Antananarivo en un intento de desacralizar Ambohimanga. Sus huesos fueron colocados dentro de la tumba de la reina Rasoherina.

En la novela de George MacDonald Fraser Flashman's Lady (en la edición castellana, Flashman y señora), parte de sus aventuras se desarrollan en la corte de Ranavalona. El protagonista de la novela, Harry Flashman, describe a Ranavalona como "la mujer más horrible que haya visto en mi vida, sin excepción".




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