Rascafría es un municipio y localidad española del noroeste de la Comunidad de Madrid. Ubicado en el valle del Lozoya, cuenta con una población de 1725 habitantes (INE 2020) y se encuentra a una altitud de 1200 metros sobre el nivel del mar. La localidad conserva una arquitectura popular propia de la sierra de Guadarrama, y dentro de su término municipal se hallan el parque natural de Peñalara y el arboreto Giner de los Ríos. Entre sus monumentos destaca el monasterio de El Paular.
El nombre de Rascafría deriva de "rocas frías", en referencia a las nieves de Peñalara, visibles desde el pueblo. Otros lo atribuyen a "carrasca fría", en alusión a las encinas existentes en la zona.
Rascafría junto con su anejo y el coliseo en Oteruelo del Valle, y Alameda del Valle y Pinilla del Valle, se encuentra enclavado en el Valle Alto del Lozoya, en la parte noroccidental de la Comunidad de Madrid, en la sierra de Guadarrama, en un paraje de extraordinaria belleza. El valle es amplio y despejado, situado a unos 1100 metros de altitud y delimitado por dos cadenas montañosas. La septentrional, divisoria entre Madrid y Segovia, en la margen izquierda del río Lozoya, se extiende desde Cotos al Portachuelo de Navarredonda, con altitudes que oscilan entre 1800 y 2200 metros y sus cumbres nevadas gran parte del año. Los pasos a Segovia se producen por los puertos de Cotos (1830 m), El Reventón (2078 m), Malagosto y Navafría (1778 m).
Todos los pueblos del Valle Alto se encuentran situados en la margen izquierda del río, en la ladera orientada al sur. El término municipal de Rascafría, con 150,30 kilómetros cuadrados es el de mayor extensión de la zona y comprende dos núcleos de población, Rascafría, que es la cabecera municipal, y Oteruelo del Valle. El monasterio de Santa María de El Paular está emplazado a dos kilómetros del casco de Rascafría. Es también el municipio más occidental del valle, ocupando su cabecera.
Su límite sur discurre por la Cuerda Larga, en donde se elevan las cumbres de Guarramillas, Valdemartín y la Cabezas de Hierro (2383 m). Al norte de estas cumbres nace el río de la Angostura que más tarde toma el nombre de río Lozoya. En él vierten numerosos arroyos: por la derecha, el Aguilón, Guarramillas, el de los Cerradillos, el de los Machos y el de la Najarra, que llegan al río a través de profundas gargantas. Por la izquierda destaca el Arroyo de la Umbría que, procedente de Peñalara (2430 m), recoge las aguas de los arroyos de la Pedriza, el Berzal, el de los Pájaros, y el Arroyo del Artiñuelo, que bordea el pueblo.
A los numerosos arroyos y torrenteras hay que añadir las lagunas glaciares de Peñalara, en el parque natural de Peñalara.
El territorio, de alto valor paisajístico, es bellísimo, encontrándose poblado de espesos bosques de robles y pinares que alternan con prados. Entre estos parajes naturales se destaca la Peña Cueva de la Mora, situada en el arroyo de las Cocinillas, que constituye un lugar interesante y pintoresco. La fauna es rica y variada.
Rascafría posee un clima mediterráneo continentalizado de montaña con inviernos fríos y veranos templados. Según la clasificación climática de Köppen se clasifica como de tipo Cfa. La precipitación anual total ronda los 600 mm, mayores que en el resto de la Comunidad de Madrid y, gracias a ello, disfruta de una rica vegetación.
Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de -2 °C a 28 °C y rara vez baja a menos de -10 °C o sube a más de 30 °C.
El origen del pueblo se remonta a la Edad Media y se encuentra ligado a la repoblación de la sierra llevada a cabo por cuadrillas segovianas. El valle era un territorio libre que fue anexionado por el Concejo de Segovia, con el beneplácito del rey, mediante el sistema de carta pueblas y ordenanzas. Estos documentos obligaban a todos los que adquirieran tierras en el Valle a construir una casa y a tener caballo propio. El Valle pasará a formar parte del "Sexmo de Lozoya" como unidad administrativa de la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia.
En el siglo XIV se fundó la cartuja de El Paular, al pie del macizo de Peñalara, entre bosques de pinos y robles, siendo la cartuja más antigua de Castilla. Antiguos palacios y pabellones de caza de Juan I, así como las tierras que los rodeaban y distintas rentas fueron donados a la Orden Cartuja. La nueva comunidad se constituyó en 1391, pero las obras no se acabaron hasta el siglo XV. En estos años la cartuja había acumulado nuevas propiedades y privilegios. A partir de la fundación de la cartuja toda la historia del Valle y en especial la de Rascafría, estuvo vinculada a la historia del cenobio.
Rascafría era un lugar de realengo, perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, a cuya jurisdicción estaba sujeta, pero se tienen muy pocos datos del municipio en los siglos XVI y XVII. Los únicos edificios singulares conservados de esta época son la iglesia parroquial de San Andrés y La Casona, complejo residencial con huerta y jardín.
En 1751, Rascafría estaba habitada por 206 vecinos. Su economía estaba centrada en la ganadería, fundamentalmente lanar. Los numerosos prados se complementaban con algunos cultivos de regadío, frutales y algo de trigo, centeno y lino. Pero los graves daños ocasionados a los cultivos por los animales del cazadero de los Reales Bosques de Valsaín empobrecieron a los habitantes que poco a poco se fueron dedicando al negocio de la madera, transportando a la Corte los productos de la tala. La villa poseía dos molinos harineros, una taberna, una carnicería, un mesón y un hospital para transeúntes.
Tras la reestructuración provincial realizada en 1833, Rascafría pasó a formar parte de la provincia de Madrid. A lo largo del siglo la población aumentó ligeramente, alcanzándose los 260 vecinos y 1040 habitantes, en 1888. La economía seguía basándose en la ganadería, pero a finales de la centuria se había producido un cierto desarrollo industrial. Funcionaban una fábrica de papel con 30 o 40 operarios, una fábrica de vidrio, tres molinos harineros y varias serrerías, la más importante de éstas era la Sociedad Belga de los Pinares de El Paular, fundada en 1840. También en ese siglo se empezó a renovar la arquitectura local, al sustituirse algunos edificios agropecuarios tradicionales por nuevas construcciones de carácter más urbano.
En el siglo XX la población permaneció prácticamente estable (en torno a los 1100 habitantes), aunque con algunas oscilaciones en las distintas décadas. En 1975 se anexionó a Rascafría el núcleo de Oteruelo del Valle.
Cuenta con una población de 1692 habitantes (2016), una superficie de 150,27 km² y una densidad de 13,3 hab./km².
Población de derecho según los censos de población del INE.
A las actividades económicas tradicionales por excelencia, ganadería y explotación maderera, se ha unido en los últimos años el turismo, que absorbe una parte muy importante del mercado de trabajo, tanto en verano, como en invierno, debido a su cercanía con la estación de esquí de Valdesquí.
Rascafría se ha convertido en un pueblo turístico, actividad ésta que junto a la ganadería y explotaciones forestales constituyen hoy su principal fuente de ingresos.
Desde las últimas elecciones municipales celebradas el 26 de mayo de 2019, la Corporación Municipal de Rascafría está formada por 9 concejales con la siguiente distribución:
Además de numerosas dependencias agropecuarias y de viviendas rurales dispersas por el casco urbano, producto de las tipologías arquitectónicas tradicionales en la zona, hay que destacar distintos edificios y conjuntos de interés.
Rascafría es lugar de leyendas, las más populares son:
Línea de Cercanías C9 (Cercedilla-Puerto de Cotos). Estación de Cotos, a unos 16 km de Rascafría.
En Rascafría hay una guardería (pública) y un colegio público de educación infantil y primaria.
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