Raúl Fernández Pavón (Brenes, provincia de Sevilla, 8 de marzo de 1978) es un atleta español, especializado en salto de longitud. En el año 2002 fue campeón de Europa en Viena (pista cubierta) realizando un salto de 8,22 metros.
Su afición por el atletismo comenzó en 1987, cuando con apenas nueve años empezó a entrenar en su Brenes natal; a los catorce, y animado por sus buenos resultados, se decantó por la longitud. Con quince años logró la mínima (6,31) para el Campeonato de España cadete en Pista Cubierta, pero finalizó la prueba en última posición. Tras esta ligera decepción, consiguió saltar 6,70 al aire libre, un registro que le sirvió para acudir como favorito al Campeonato de España outdoor en categoría cadete, celebrado el año siguiente en Zaragoza; allí no falló y se alzó con el título.
Su progresión fue en aumento y, tras saltar 7,39m, fue seleccionado para participar en el Festival Olímpico de la Juventud Europea, disputado en Bath (Inglaterra) en verano de 1995; por desgracia, atravesó un proceso viral que condicionó su actuación y le impidió clasificarse para la final. Pero este contratiempo no minó su moral, pues con 18 años hizo un salto de 7,80 metros, lo que supuso la quinta mejor marca española y el paso de percibir una beca de 110.000 pesetas a otra de tres millones. En ese momento, el atleta sevillano ya era una firme apuesta de futuro de nuestro atletismo.
En 1996 se proclamó subcampeón del mundo junior en Sydney (Australia), en una competición en la que el cuarto puesto se lo adjudicó el asturiano Yago Lamela, la otra gran estrella emergente de la longitud española. En 1997, Raúl fue subcampeón de Europa junior (7,90) y campeón nacional absoluto en pista cubierta (7,55); un año más tarde, añadiría a este palmarés un salto de 8,17m, que ya apuntaba al récord de Antonio Corgos de 1980 (8,23). Y entonces llegó el 99, el que debía ser su gran año, con el mundial de Sevilla en el horizonte; pero la temporada no fue suya, sino de Lamela.
El asturiano explotó en el mundial indoor de Maebashi '99, colgándose la plata con un registro de 8,56; mientras tanto, Raúl empezaba un largo coqueteo con las lesiones que acabó desterrándolo casi al olvido. Los sucesivos problemas físicos sufridos entre 1999 y 2000 interrumpieron su carrera y le hicieron perder confianza, planteándose incluso la retirada. Tras dos temporadas de tremendo esfuerzo, y de la mano de su técnico Rufino Espejel y del fisioterapeuta Ildefonso Blanco, ese particular vía crucis llegó a su fin en 2001.
Ese año fue subcampeón nacional absoluto en pista cubierta, un resultado que le devolvió la seguridad en sí mismo. En 2002, además de alzarse con los campeonatos de España en pista cubierta (8,01) y al aire libre (8,02), el sevillano se proclamó campeón de Europa indoor en Viena, conquistando el título (8,22) al batir en la final a Yago Lamela. El doblete de ambos saltadores culminó en ese campeonato una jornada gloriosa para el atletismo español, que consiguió ocho medallas en un solo día, tres más que el récord anterior en la historia del torneo continental.
Aquellos 8,22 metros de la cita austriaca catapultaron a Raúl Fernández al primer plano de la actualidad deportiva. Pero lo que en un primer momento supuso un empuje definitivo a su carrera y el reconocimiento de su trabajo a nivel internacional, pronto se tornó en una presión añadida que el atleta sevillano no supo cómo administrar.
Tras dos temporadas bastante irregulares y marcadas nuevamente por las lesiones, el de Brenes dio positivo por tamoxifeno en un control antidopaje que se le practicó el 11 de mayo de 2004; desde entonces, su caso estuvo siendo investigado por la Federación Española, cuyo Comité de Competición decidió finalmente suspender al atleta hasta el 28 de julio de 2006.
El polideportivo de Brenes, su pueblo natal, lleva su nombre.
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