Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red filósofo, sociólogo y antropólogo de la ciencia francés Bruno Latour, quien es conocido mundialmente por ser uno de los iniciadores de la Teoría del Actor-Red. Es así que esta obra es una introducción sistemática a esta teoría social alternativa y al pensamiento del propio autor.
(en inglés Reassembling the Social. An introduction to Actor-Network-Theory , 2005) es un libro delEl libro expone de una manera consecuente y didáctica las premisas y consideraciones principales en las que se fundamentan la Teoría del Actor-Red, conocida como ANT (por sus siglas en inglés Actor-Network-Theory), Sociología de la traducción u Ontología del Actante-Rizoma, la cual es un enfoque sociológico característico de teoría social y de investigación originado en el campo de los estudios sociales de la ciencia en los años 1980, cuya importancia radica en el gran impacto y controversia que ha generado en el ámbito de los estudios sociales por su enfoque un tanto distinto a lo comúnmente aceptado por la “sociología tradicional”, pues su propuesta busca comprender la conformación de “lo social” como algo no pre-establecido, algo que está en constante evolución y cuyo estudio implica un minucioso rastreo que involucra la participación activa de agentes humanos y no humanos (objetos, ideas, discursos, etcétera).
Bruno Latour en su página oficial hace una breve descripción en primera persona del contenido de su obra, este texto se encuentra originalmente en idioma inglés, más su traducción se muestra a continuación:
Todo el mundo parece saber con qué tipo de fuerzas y en qué tipo de materiales está hecho el mundo social. Yo siempre he estado arraigado, en lo contrario, por la enorme brecha entre la vasta variedad de apegos con que la gente elabora sus diferentes mundos y el limitado repertorio que poseemos en la ciencia social para explicarlos. Encontré que esta brecha se ensanchaba aún más cuando comencé, hace treinta años, a proporcionar una explicación social de la práctica científica. Mientras la mayoría de la gente dijo que tal empresa claramente no tenía sentido; mientras tanto algunos de mis colegas cercanos afirmaron que esto era, si no fácil, al menos factible dentro de los límites normales de las ciencias humanas, unos pocos amigos y yo decidimos tomar las enormes dificultades de esta tarea como la ocasión de repensar las nociones de sociedad y de explicación social. Partiendo de las nuevas perspectivas de los estudios científicos, hemos explorado, desde entonces, muchos otros dominios de la tecnología: de la salud a las organizaciones del mercado de arte, de la religión a la ley, de la gestión a la política. Esta forma alternativa de practicar la sociología ha sido llamada Teoría del actor-red o ANT (por sus siglas en inglés). Aunque ha sido ampliamente utilizada, también ha sido largamente incomprendida — en parte por la ambigüedad de la palabra 'social'. Para clarificar esos malentendidos, me pareció útil escribir una introducción a esta pequeña escuela de pensamiento — o más bien proponer mi propia versión de la misma. En este libro muestro por qué la sociología puede ser interpretada como la ciencia de las asociaciones y no sólo como la ciencia de lo social.
Bruno Latour menciona como en 1996 luego de que se le ofreciera dar las conferencias Leclerc en Louvain-la Neuve, decidió plantearse el sintetizar lo que había aprendido de Michael Callon, John Law, Madeleine Akrich, Andy Barry, Annemarie Mol, Antoine Hennion y muchos otros personajes en relación con la teoría social alternativa que ha llegado a conocerse como “Teoría del Actor-Red”, la cual no había sido objeto, hasta ese momento, de una introducción sistemática.
Es así que en este libro Latour buscó presentar a los lectores interesados, la arquitectura intelectual que conforma a la Teoría Actor-Red, de allí el carácter dogmático que posee el texto y la invitación al lector a que después de conocer de manera ordenada esta teoría social alternativa, se utilice, distorsione e incluso se deseche, pero a sabiendas de lo que se trata. Además, Latour también incita a visualizar su libro más como una guía de viaje que como un aporte de método o metodología, pues refiere que una guía puede ser tanto usada como olvidada, es decir que ofrece sugerencias en lugar de imponerse al lector.
Bruno Latour señala desde una etapa muy temprana de su texto que todo lo que se entiende y pre-asume actualmente como social, es solo una construcción hecha por la "sociología tradicional" para ayudarnos a comprender el mundo en el que vivimos, más también menciona que con el paso del tiempo, esto, lo establecido por la sociología clásica, más que una ayuda, se ha convertido en una limitante, una limitante para considerar la verdadera complejidad de lo que lo social conlleva, pues de cierta manera ha acotado y dirigido todas las investigaciones hechas bajo este enfoque tradicional, hacia lo ya asumido, alterando los resultados y negando oportunidad a los nuevos aportes.
Latour considera que la naturaleza compleja del mundo conlleva la necesidad de implementar un enfoque distinto para su entendimiento, dice que “lo social” no debe entenderse como una estructura, sino como la manera en que algo se estructura. Con base en este pensamiento, él reinventa la sociología, como una sociología de las asociaciones, las cuales deben ser vistas como algo emergente y cambiante. Latour además afirma que nada dentro de lo social puede y debe ser tomado como permanente, como sólido; rechaza la presencia de las estructuras sociales y de la sociedad como una constante, señalando que el estudio de las asociaciones conlleva el observarlas como una serie de ensamblajes que se originan, mutan y coexisten ligados entre sí, formando así intrincadas redes.
Latour plantea como uno de sus objetivos el redefinir la noción de lo social regresando a su significado original, devolviéndole la capacidad de rastrear conexiones nuevamente, razón por la que se propuso modificar lo que se expresa con “social”, para lo cual buscó crear una definición alternativa de “sociología”, que a su vez mantenga la etiqueta útil de su vocación tradicional; Debido a ello Latour a lo largo de su libro, rebate algunos de los términos del lenguaje comúnmente usados en los estudios sociales, replanteando nuevas definiciones para conceptos tradicionales, e incluso proponiendo una serie de nuevos términos para la explicación concreta de sus ideas.
Como se menciona anteriormente, Bruno Latour expone en este libro, una guía introductoria al cambio de paradigma para abordar los estudios sociales que propone la Teoría del Actor-Red, que consiste en un nuevo enfoque de la sociología como la ciencia que estudia las asociaciones, abriendo así a la posibilidad del rastreo de asociaciones en el mundo desde una visión abierta, con el objeto de repensar lo social de una manera distinta a la comúnmente establecida, partiendo de las controversias presentes en el mundo social. Es así como el autor presenta a partir de cinco fuentes de incertidumbres las premisas sobre las que se erige la Teoría del Actor-Red, así como su encarrilamiento hacía una metodología relativista, no lineal, para rastrear lo social.
Latour parte de aspectos como que no hay grupos establecidos, sino la formación de asociaciones que obedecen a las “fuerzas sociales”, de igual manera señala la naturaleza heterogénea de los ingredientes que componen los vínculos sociales, así como la presencia de los actores no humanos: sobre estos últimos, el autor explica que “un actor, tal como aparece en la expresión unida por un guion actor-red, no es la fuente de una acción sino el blanco móvil de una enorme cantidad de entidades que convergen hacia él”
, es decir que existe una fuerza social que los hace hacer cosas involuntariamente, a partir de impulsos que los hacen actuar. Sobre lo anterior Latour expone que el entender que hay una diversidad de agencias que actúan simultáneamente en el mundo, no significa liberar a los seres humanos de su propia capacidad de acción, sino de comprender que toda acción se distribuye entre muchos más agentes de los comúnmente observados, y que muy pocos de éstos tienen un aspecto humano.Por supuesto, no significa que estos participantes “determinan” la acción, […] las cosas podrían autorizar, permitir, dar los recursos, alentar, sugerir, influir, bloquear, hacer posible, prohibir, etc. La TAR no es la afirmación vacía de que son los objetos los que hacen las cosas “en lugar de” los actores humanos: dice simplemente que ninguna ciencia de lo social puede iniciarse siquiera si no se explora primero la cuestión de quién y qué participa en la acción, aunque signifique permitir que se incorporen elementos que a falta de mejor término, podríamos llamar no humanos.
Con estos criterios Latour abre la puerta a la participación de los agentes no humanos en una red de actores, entendiéndolos, no solo como animales y objetos a nuestro alrededor, sino también como las estructuras institucionales, organizaciones jerárquicas, discursos, e incluso como elementos psicológicos por mencionar algunos.
En Reensamblar lo social, Latour desarrolla lo que él llama una "metafísica práctica", que implica el reconocer la capacidad de agencia presente en toda clase de agentes, incluso en los no humanos, es así que si alguien dice: "me inspiró Dios para ser caritativo con mis vecinos" se estaría obligado a reconocer el "peso ontológico" de su afirmación, en lugar de intentar reemplazar su creencia en la presencia de Dios con "cuestiones sociales pre-asumidas", como la clase, el género, el imperialismo, etcétera.
Los muchos matices de la metafísica de Latour exigen la existencia de una pluralidad de mundos y la voluntad del investigador de cartografiar cada vez más, argumentando que los investigadores de lo social deben renunciar a la esperanza de colocar a sus actores en una estructura o marco, algo que la mayoría de los “sociólogos tradicionales” ven como una desventaja, más Bruno Latour cree que es un sacrificio necesario en la realización de sus estudios para la obtención de mayores beneficios.
A partir de estas ideas, que son tomadas como los fundamentos principales de la Teoría del Actor-Red, el autor busca ampliar la perspectiva sobre la manera de abordar lo social, pues el afirma que en la experiencia hay más de lo que se ve a simple vista. Es así que Latour da una serie de pasos para el rastreo de lo social, con la posibilidad de que ese reensamblar de lo social pueda ser visto desde una metodología abierta, relativista, pues él afirma que es necesario retomar y reorientar la tarea de rastrear conexiones hacia todos esos objetos que la sociología tradicional creyó razonable dejar de lado.
Bruno Latour al final de su libro, reconoce tanto lo controvertido como los puntos débiles dentro de la explicación de la teoría que encabeza, mencionando que la presencia de vacíos desde un aspecto metodológico riguroso y lineal, convierte a la Teoría del Actor-Red, en un blanco fácil de la crítica y la desacreditación, más al respecto él señala que dicha teoría trata “acerca de cómo estudiar las cosas, o más bien de cómo no estudiarlas. O también de cómo dar a los actores cierto margen para que puedan expresarse” y que aunque algunas de sus ideas puedan ser vistas como extremas o difíciles de aprehender, muchas de ellas realmente tienen algunas conexiones con el sentido común y concluye afirmando que “en un tiempo en que hay tantas crisis respecto de lo que significa pertenecer, la tarea de cohabitar ya no debe simplificarse demasiado” .
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)