República de Cospaia
Bandera
Cospaia fue durante siglos una minúscula república independiente, situada entre los Estados de la Iglesia y la República de Florencia (entonces el Gran Ducado de Toscana). Obtiene de forma inesperada la independencia en 1441, cuando el Papa Eugenio IV, que estaba luchando con el Concilio de Basilea, cedió el territorio de Sansepolcro a la República de Florencia. Por error en la designación de la frontera, una pequeña franja de tierra no fue incluida en el tratado que marcó los límites, y sus habitantes se apresuraron a declarar la independencia. El malentendido surgió del hecho de que, a unos 500 metros del río que tenía que marcar el límite (llamado simplemente "Río"), había un río del mismo nombre. Los delegados de la República de Florencia consideraron como nueva frontera el río "Río", que se encuentra más al norte; los delegados de los Estados de la Iglesia consideraron la frontera bastante más al sur. Esto creó una especie de tierra de nadie, que se declaró independiente y fue reconocida en 1484.
Aunque el territorio se extiende sobre unas 330 hectáreas o 3,3 km² (2 km de longitud y 500 m de ancho), los habitantes hicieron tesoro de la situación y aprovecharon la oportunidad para desarrollar uno de los primeros centros de cultivo de tabaco en Italia. Todavía hoy ciertas variedades de tabaco se definen con el nombre de Cospaia. Después de varios siglos de existencia, Cospaia se convirtió en un refugio de comerciantes de tabaco, considerados contrabandistas por los Estados vecinos, en los que este producto estaba prohibido. Finalmente, el 26 de junio de 1826, mediante un acto de sumisión por parte de los catorce representantes del territorio, se convirtió en parte de los Estados Pontificios.
La república, como forma de gobierno, era extremadamente rara hasta la revolución francesa. Las repúblicas marítimas (con instituciones aristocráticas), la República de San Marino y la presunta República de Senarica (en Abruzos) existieron, con un dux como en Venecia, pero su existencia real no ha sido probada históricamente con la documentación adecuada.
Los cospaiesi prefirieron basar su independencia en la libertad total de los habitantes, todos titulares de soberanía no confiados a ningún órgano de poder, a diferencia de otros estados. Cospaia también tenía una bandera oficial, que todavía se usa en algunas ocasiones. La pancarta se caracterizó por un campo negro y blanco dividido en diagonal. En el escudo de armas apareció el pueblo entre los dos pequeños arroyos, con dos peces a la derecha y el plan de Nicotiana tabacum a la izquierda, arriba estaba el lema y los años de la república.
Los cospaiesi no tenían obligaciones tributarias con el Estado papal y el Gran Ducado de Toscana, y los bienes que transitaban en el territorio no estaban sujetos a ningún deber, por lo tanto era una zona libre y un amortiguador.
La república de Cospaia no tenía ejército ni prisiones. Al frente de la administración, por razones meramente ejecutivas , estaba el Consejo de Ancianos y Jefes de Familia, que se reunió en la Iglesia de la Anunciación (de 1718 a 1826), sede de la cofradía homónima (1613): en él la única regla escrita del pequeño Estado, "Perpetua et firma libertas", o Perpetua y segura (firme) libertad, todavía se puede leer en el arquitrabe de su puerta. En las reuniones del Consejo de Ancianos también asistió el cura de San Lorenzo, como "presidente" (tal vez porque era la única persona no analfabeta), un puesto compartido con un miembro de la familia Valenti, el más importante del país (cuando la reunión se celebró en su casa, hasta 1718). La frase latina mencionada también estaba grabada en la campana parroquial.
Después de varios siglos de existencia, Cospaia se redujo a un mero receptáculo para contrabandistas. El concepto de libertad fue algo empañado a favor de sus privilegios, que atrajeron a personas de todo tipo, por razones económicas o para escapar de la justicia de los dos grandes estados adyacentes. Esta situación no era inusual en los pequeños estados, especialmente en los "fronterizos".