El Arcángel Miguel es mencionado en el Antiguo Testamento y forma parte fundamental de las enseñanzas del cristianismo desde sus inicios. Sin embargo, con el pasar de los siglos, incluso en los siglos XIX y XX, se han ido desarrollando diferentes tradiciones y visiones católicas de Miguel. Por ejemplo, el papa León XIII promovió una Oración a san Miguel arcángel en 1884, que fue reafirmada por el papa Juan Pablo II, quien instó a todos los católicos a seguir utilizándola en sus oraciones: "Yo les pido a todos que no la olviden, y que la reciten para obtener ayuda contra las fuerzas del mal".
Al Arcángel Miguel se le atribuyen roles específicos en la Iglesia católica que comprenden desde actuar como el oponente directo de Satanás hasta estar encargado de la salvación de las almas en el momento de la muerte de Lucifer. La literatura católica le ha dado el título de Príncipe de la Iglesia y Príncipe de la Milicia Celestial y lo vincula a contextos tan variados como la aparición de la Virgen María ante 3 niños pastores en Fátima y la consagración de Rusia en el año 1917. Este artículo reseña estas tradiciones y enseñanzas católicas sobre Miguel.
Los ángeles en general, y los arcángeles en particular, tienen funciones específicas dentro de la enseñanza católica. El Catecismo de la Iglesia católica (pp 334-335) establece que
"La vida entera de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles... Desde sus inicios hasta la muerte, la vida humana está rodeada por sus atentos cuidados y su intercesión".
La tradición católica llama arcángeles a Miguel, Gabriel y Rafael. "Miguel" en hebreo significa ¿quién es como Dios?, "Gabriel" significa fuerza de Dios y "Rafael" significa Dios sana. Miguel y Gabriel son mencionados en la Biblia como ángeles, pero Rafael sólo aparece en el libro de Tobías, considerado por la Iglesia libro canónico, es decir, divinamente inspirado y, por ende, parte de la Biblia.
Sólo a Miguel se le llama arcángel en la Biblia. El significado original del nombre de Miguel dio lugar a la frase latina Quis ut Deus?, que aparece en sus representaciones artísticas cuando, retóricamente y con desprecio, él pregunta: "¿Quién es como Dios?", mientras da muerte a Satanás.
La fiesta de estos arcángeles se celebra el 29 de septiembre. Dentro de la jerarquía de los ángeles, en el más alto nivel; La palabra arcángel viene de las palabras griegas άρχω, archo (gobernante) y ἄγγελος, ángelos, (mensajero). El profeta Daniel (Daniel 12:1) lo llamó: "Miguel, el gran príncipe que se levantará en el momento del fin".
El arte cristiano a menudo retrata arcángeles juntos. Por ejemplo, los arcángeles Miguel y Gabriel son conjuntamente representados en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, un icono bizantino de la Virgen María, que ha sido objeto de amplia devoción católica durante siglos.
En el Libro de Daniel, Miguel se describe como príncipe (Daniel 10,13;10,21;12,1), se menciona a Miguel como Príncipe del pueblo judío (Daniel 10,21; 12,1).
Hay que considerar el hecho de que en libro de Daniel se establece que "Miguel es uno de varios de su misma clase" y aparece como "Miguel, uno de los Príncipes prominentes" o "Miguel, uno de los Príncipes Jefes (Sarim HaRishonim)" (cf. Ketuvim Danyel 10,13). En el Libro de Daniel no se aplica el término arcángel ni ángel para referirse a Miguel o a Satanás, sino que se usan términos como príncipes.
En este evangelio se habla de un Ángel del Señor mientras Jesús se encontraba predicando, lo que constituye la posibilidad de que se trate de Miguel:
Judas Tadeo en su epístola, se refiere a Miguel como arcángel (versículo 9)
En este libro los católicos ven a Miguel combatiendo contra un dragón:
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