Sancho VII de Navarra, conocido como «el Fuerte», fue rey de Navarra entre 1194 y 1234, año en que murió en el castillo de Tudela, Navarra. Era hijo y sucesor de Sancho VI «el Sabio», de la dinastía Jimena, y hermano de Berenguela de Navarra, casada con Ricardo Corazón de León.
Se le apodó el Fuerte debido a su enorme estatura y fortaleza. Según su biógrafo y catedrático médico forense de Pamplona, Luis del Campo Jesús (1912-1995), medía entre 2,28 y 2,31 metros de altura; llegó a tal conclusión extrapolando al resto del cuerpo la medida que de su fémur dio en 1622 el subprior Huarte, que vio sus restos mortales.
Referente a su nacimiento, se ha querido localizarlo en Tudela fundándose en que sus padres residían frecuentemente en esta ciudad, pero no existe ningún dato que avale esta creencia, y por más que sea razonable no se halla ninguna base que lo acredite. Sí que es cierto que a Tudela la eligió como continua residencia y que acabó su vida encerrado en su castillo.
Sancho se casó con Constanza de Tolosa, hija de Ramón VI, conde de Tolosa, y según Luis del Campo (que aparte de forense, fue biógrafo de este rey), el matrimonio pudo celebrarse sobre el año 1195. Este matrimonio fracasó y Constanza fue repudiada. No hay constancia fehaciente de un segundo matrimonio con Clemencia, hija del emperador Federico I Barbarroja, y ninguna de las dos mujeres le dio hijos, pero sí tuvo varios hijos bastardos, en los que continuaría la estirpe real de Navarra entre nobles navarros y aragoneses.
Continuó con las relaciones que su padre había establecido con Castilla y, sobre todo, con Aragón.
En 1196 se realizó una entrevista auspiciada por la Santa Sede en donde se encontraban los tres reinos de Castilla, Aragón y Navarra, en un punto entre Agreda y Tarazona, para intentar unir a los reinos cristianos.
Alfonso VIII invadió Álava, con un largo asedio a Vitoria, Guipúzcoa y el Duranguesado en 1199. Sancho VII acudió a negociar con los almohades para que atacaran a Castilla y con un segundo frente tuvieran que levantar el asedio, sin lograrlo. Tras la importante pérdida territorial del reino de Navarra, años después firmaría con Castilla una tregua por cinco años, el 29 de octubre de 1207 en Guadalajara, en la que Navarra no reconocía la pérdida de los territorios vascongados. Sin embargo, el tiempo fue consolidando las posiciones castellanas.
Desde entonces, sus relaciones fueron tensas con Alfonso VIII, aunque de buena gana colaboró con él en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), donde obtuvo prestigio y mejoró en su posición respecto a los otros reyes cristianos, con la recuperación de algunas plazas. En esta batalla, las tropas de Sancho el Fuerte llegaron hasta la tienda de Muhammad An-Nasir, conocido por el sobrenombre de Miramamolín, califa almohade, cortando las cadenas que la protegían. Según la leyenda H el rey Sancho las hizo colocar en el escudo de Navarra, en recuerdo de esta gesta.
Fueron mejores sus relaciones con los territorios ultrapirenaicos, donde varios señores se declararon sus vasallos, e incluso firmó un tratado en favor de Juan Sin Tierra (1202), y con los reyes aragoneses Pedro II y Jaime I.
Sancho VII y Jaime I firmaron en Tudela (1231) un tratado de prohijamiento (que no llegó a cumplirse), por el que acordaban que aquel de los dos que sobreviviese al otro, ocuparía el reino sin obstáculos.
Durante los últimos años Sancho VII padeció una enfermedad que supuestamente acabaría con su vida y que fue una úlcera varicosa de la pierna, según su biógrafo. A causa de esta larga y dolorosa enfermedad, Sancho estuvo recluido en su castillo de Tudela, por ello el sobrenombre de Sancho «el Encerrado».
Tuvo un hijo, según la llamada Crónica del Príncipe de Viana, que a los 15 años sufrió un accidente mortal, consecuencia de una caída de caballo; así, Sancho se quedó sin hijo legítimo que le sucediese y Navarra sin futuro rey.
El viernes 7 de abril de 1234 falleció Sancho en su castillo tudelano, recibiendo sepultura en la parroquia de San Nicolás de Tudela; aunque dos años después sus restos fueron trasladados a la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles.
A pesar de tener varios hijos ilegítimos, y a pesar de la existencia del pacto de prohijamiento que establecía que Jaime I de Aragón sucedería a Sancho VII, la hermana del monarca difunto, que le representaba oficialmente llevando una cierta regencia durante su enfermedad, retirado en el fortín de Tudela, llamó a su sobrino Teobaldo de Champaña, ostentario de la dignidad condal champañesa, para heredarle y mantener el poder real en la familia. De este modo, Teobaldo I subió al trono en Tudela el 7 de abril de 1234, dando comienzo en el trono navarro a la dinastía de Champaña, finalizando en consecuencia la dinastía Jimena de la que Sancho VII fue su último representante.
Sancho estuvo casado dos veces. La identidad de su segunda esposa es disputada. Su primera esposa era Constanza, hija de Raimundo VI de Tolosa, con quien se casó aproximadamente en 1195. Él más tarde la rechazó y se divorció (1200). Su segunda esposa fue, según algunas fuentes, Clemence, hija de Federico I, el Emperador Sacro Romano. Otras fuentes, sin embargo, nombran a una hija de Abu Yaqub II al-Mustansir, emir de Marruecos. Sin embargo, la crónica de Carlos de Viana reconoce no solo a un hijo que falleció con quince años en un accidente, sino que el padre tenía varios bastardos conocidos: Ferdinand, Guillermo y Roderick. La maternidad de estos es desconocida.
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