Santa Eulalia del Campo es un municipio de la provincia de Teruel, en Aragón, España. Pertenece a la comarca de la Comunidad de Teruel.
Dista 34 km de Teruel, 153 km de Zaragoza, 174 km de Valencia, 221 km de Huesca y 276 km de Madrid.
Situado en la depresión longitudinal ibérica Calamocha-Teruel, a 984 metros de altitud. Se extiende sobre el margen derecho del río Jiloca, al oeste de la Sierra de Palomera. El término municipal posee una superficie de 80,87 km².
El sistema hidrográfico de Santa Eulalia pertenece en su totalidad a la Cuenca Hidrográfica Ebro. El río Jiloca atraviesa el término municipal de Santa Eulalia, desembocando en el río Jalón a su paso por Calatayud. El Jalón, finalmente desemboca en el río Ebro en la localidad zaragozana de Torres de Berrellén. Posee un clima mediterráneo continentalizado con grandes oscilaciones en sus temperaturas tanto estacionales, como diurnas y nocturnas. Predomina el viento denominado "cierzo", y su temperatura media anual es de 11,1 grados.
Limita al norte con las localidades de Alba y Torremocha de Jiloca, al sur con Cella y Villarquemado, al este con Camañas y Celadas, y al oeste con Pozondón y Albarracín.
El origen de Santa Eulalia del Campo, se puede asociar a una antigua villa denominada “Tres Torres”, como así lo atestigua su escudo.
Sin embargo, hay fuentes históricas que no comparten esta teoría, descartando la relación existente entre el escudo de la villa y el origen de la misma. La teoría más lógica para comprender la presencia de las tres torres en el escudo es la participación importante en el pueblo de una familia noble. Según esto, habría que vincularla a la familia Heredia o Fernández de Heredia que suena en la documentación de la época poco después de la conquista de Teruel, desde el s. XIII al s. XVI, tanto en Teruel como en Albarracín.
En 1335, el Deán de la catedral de Albarracín concedió el arriendo de una finca de Santa Eulalia a Pedro Fernández de Heredia y esta familia usa en su blasón 3,5,6 o 7 torres sobre campo rojo.
Fue el rey de Aragón Alfonso I el Batallador quién conquistó la villa, al tiempo de conquistar Monreal del Campo. Una vez muerto este rey, todo el territorio comprendido entre esta localidad y la de Cella, pasó a manos de los moros y la zona quedó totalmente despoblada.
En los documentos del rey aragonés Jaime I el Conquistador referentes a la provincia de Teruel, sólo se hace alusión a Santa Eulalia en uno correspondiente al 7 de marzo de 1258. En el que se dice: “ el Rey se constituye, a ruegos de D. Álvaro Pérez de Azagra, Señor de Albarracín, en fiador de Gil Sánchez, justicia de Teruel, y de los suyos por las aldeas de Santa Eulalia y Gadel, por las cuales estaba obligado D. Álvaro, por 8.000 sueldos jaqueses”.
Se piensa que la verdadera historia del municipio empieza después de la reconquista y la repoblación de Teruel por Alfonso II en 1171. El territorio perteneciente a la Sierra de Albarracín, pasó a depender del señorío de los Azagra. Álvaro Pérez de Azagra lo entregó a su hija como parte de la dote al casarse con D. Teobaldo de Navarra, hasta que, en 1284, el citado señorío fue conquistado por Pedro III. Posteriormente, el gobierno del lugar pasó a los infantes regios. La anexión a la Corona se produciría bastantes años más tarde, en 1367.
Entre los personajes más insignes de Santa Eulalia hay que destacar, al ilustre Isidoro de Antillón y Marzo, que nació en Santa Eulalia en 1778 y murió en 1814. Este Doctor en Derecho, fue además un reputado político liberal, prolífico escritor, historiador y experto geógrafo. Fue Diputado en las Cortes Constituyentes de Cádiz en 1812 por Aragón, y en 1802 formó el primer atlas completo de España. En la plaza la localidad que lleva su nombre (antes General Varela), se levanta el busto de Antillón, realizado en piedra.
El conjunto arquitectónico de la localidad nos revela un histórico pasado. Numerosas son las Casonas que forman su casco urbano. En la actualidad, se conservan seis piedras armeras enclavadas en otras tantas casonas.
Cabe destacar, la cruz de término situada al lado de la Iglesia de la Inmaculada, labrada en piedra y con un apostolado al pie, data de 1566. El peirón de la Virgen del Pilar situado en la carretera de Pozondón, las diferentes capillas situadas en diferentes calles de la localidad, el molino harinero en las inmediaciones de la Ermita de la Virgen del Molino y la chimenea de la antigua Fábrica Azucarera.
La Casa Consistorial del Ayuntamiento de Santa Eulalia del Campo es un edificio del año 1913 se tiene que destacar su pequeña torre con reloj que marca el ritmo de los habitantes de la localidad y las arcadas que coronan su fachada. El edificio ha sufrido una reforma en 1996. A su lado, las fachadas modernistas, dan un toque de color a la sobriedad del casco urbano.
A unos 5 kilómetros de la localidad, nos encontramos la Ermita de la Virgen del Molino.
Fue terminada en 1772 sobre una anterior construcción del siglo XIII. Con muros de mampostería. Consta de tres naves cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetas en la central, mientras que las laterales presentan bóvedas de arista. Su decoración pictórica, recientemente restaurada, data de 1864.
De la Ermita debemos contemplar el altar mayor, de estilo barroco, con imágenes de madera de 1.722 y en el centro la Virgen del Molino. De estilo neoclásico y siglo XIX, son los altares dedicados a Santa Eulalia y al Calvario. Muy importante es el Camarín, con azulejos de 1.790 que representan una escena de Judith.
La construcción de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada está vinculada a la figura del arquitecto Pierres Bedel, que intervino en ella hacia 1560.
Consta de una amplia nave con testero semihexagonal, cubierta con bóveda de crucería estrellada. La portada es renacentista y se cree que es del taller que realizó la cruz terminal y el retablo de San Juan. Cuenta además con un coro alto a los pies.
En la capilla de la izquierda, dedicada a la Virgen del Pilar, fue enterrado Isidoro de Antillón y Marzo.
En el ángulo suroccidental, se levanta, majestuosa, la torre. Consta de tres cuerpos, los dos primeros de planta cuadrada y realizados en mampostería y el último de planta octogonal y realizado en ladrillo. Se remata con un chapitel de teja vidriada.
La Iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1982 y Bien de Interés Cultural en el 2004.
La Ermita de San Antonio de Viana que es de mampostería con lunetos; tal vez se trate de una obra del siglo XVII. Guarda retablito dieciochesco, en el que hay una bella imagen de la Virgen del Rosario y otra de San Roque. En Santa Eulalia se le conoce popularmente como la Ermita de San Antón.
La Biblioteca Pública Municipal Isidoro de Antillón y Marzo, se encuentra en la plaza del mismo nombre. Ubicada en el edificio del antiguo horno municipal, fue inaugurada el 20 de abril de 1999, tras sufrir una importante reforma. Dentro de sus instalaciones se encuentra también el archivo municipal.
Entre las muchas casonas nobiliarias que pueblan la localidad, destaca la Casa Palacio de Antillón. En ella nació Isidoro de Antillón y Marzo, prestigioso político, Doctor en Derecho y experto geógrafo, el 15 de mayo de 1778.
La Casa Palacio de la Familia Fuertes Gilbert está situada en la calle Jacinto Sarrasí, en otros tiempos, Calle de Ricos Hombres. Es la Casa más importante de Santa Eulalia, y fue construida en el Siglo XVI. Perteneció a la familia de la nobleza española Fuertes de Gilbert, y destacan de ella su escudo y su decoración. En su interior alberga una importante pinacoteca y una gran biblioteca. En esta casa, siempre había preparada una habitación para el Rey. Actualmente no está abierta al público.
El Peirón de la Virgen del Pilar se encuentra a las afueras de la localidad, en el margen derecho de la carretera A-1511 que une Santa Eulalia con la Sierra de Albarracín. En Aragón, como en otras comunidades autónomas españolas, se denomina Peirón o Pairón a las conocidas comúnmente como Cruces de Término o Humilladeros. La de Santa Eulalia está dedicada a la Virgen del Pilar, Patrona de Aragón y de la Hispanidad.
Tiene varias formas de acceso:
Las Fiestas Patronales se celebran en la segunda quincena de agosto, en honor a la Virgen del Molino. Durante estos días, todos los visitantes, pueden disfrutar de verbenas al aire libre, espectáculos taurinos, festival de jotas, exposiciones y diversos eventos culturales.
Las fiestas comienzan con el pregón en la Plaza del Ayuntamiento y tradicional quema de la Carrasca con reparto de vino y cacahuetes y acaban con la reunión de todo el pueblo en los alrededores de la Ermita la Virgen del Molino para degustar a ritmo de charanga y aire festivo de un buen guisado de vaca y, ya, por la noche, un bello castillo de fuegos artificiales inundan de color el cielo de Santa Eulalia del Campo.
Las otras fiestas que tiene Santa Eulalia son popularmente conocidas como las “Fiestas de la Santa” por ser éstas en honor a su patrona, Santa Eulalia. Se celebran el 12 de febrero y en ellas puede disfrutarse de verbenas populares y quema de la carrasca, concurso de guiñote y festival de jota.
También existe una tradición conocida como “Fiesta de los Quintos” y que consiste en la colocación de la enramada por los quintos. Los que iban a ir al servicio militar ese año, se encargaban de ir al monte, cortar un árbol y plantarlo luego en la plaza del pueblo.
Esta tradición se sigue manteniendo aunque en ocasiones, se ven obligados a juntarse varias quintas para poder plantar el árbol. La plantación del árbol es en San Juan y se retira de la plaza del pueblo el día de San Pedro. Los quintos hacen una rifa en la que se sortea el árbol plantado para sacar dinero y festejar esa noche la plantada del árbol.
De destacar son también los actos que se celebran durante la Semana Santa en la localidad. La Hermandad de la Sangre de Cristo y de la Misericordia realiza varios actos durante la Semana Santa, pero quizás lo más destacado sea el acto del Abajamiento o descendimiento del Cristo Crucificado para trasladarlo al féretro que por la noche saldrá en la Procesión del Viernes Santo.
Diferentes y variados actos son los que amenizan a la localidad durante la semana cultural que se viene celebrando todos los años la semana anterior a las Fiestas de agosto en honor a la Virgen del Molino.
Esta semana ofrece la posibilidad a la población de disfrutar de actos culturales de todo tipo como conciertos de música clásica, cine, teatro, conferencias y un largo etcétera que hace que todos los habitantes de la localidad salgan a la calle a disfrutar de la oferta cultural.
La suavidad del terreno y la variedad de paisaje con el que nos encontramos, hacen de Santa Eulalia del Campo, un lugar ideal para disfrutar de largos paseos por el campo, en cualquier época del año. Leer, pasear o, incluso, disfrutar de una buena merienda en el paradisíaco entorno de la Ermita de la Virgen del Molino, llegar hasta el Pilón de Sierra Palomera (vértice geodésico) desde donde alcanzaremos una espectacular visión de los alrededores, son dos de las rutas imprescindibles. También podemos acercarnos a las antiguas instalaciones de la Fábrica Azucarera y recorrer de la mano del río Jiloca toda la vega. Otra opción es llegar a través del Puente de la Leona hasta el Refugio de Medio Monte y el Refugio del Balsete, recorriendo el Monte Cirogrillos, por la antigua Estación del Ferrocarril de Sierra Menera y regresar por el Peirón de la Virgen del Pilar situado en la carretera que va a Pozondón, Bronchales y Orihuela del Tremedal.
Algunas de las rutas que se recomiendan en Santa Eulaliadel Campo son:
Ruta a pie o en bicicleta
La ruta propuesta tiene como destino la Ermita de la Virgen del Molino, localizada a unos 3 km. del casco urbano de Santa Eulalia del Campo. Aquí podemos contemplar las ruinas de la antigua Fábrica de Harinas, conocida popularmente como El Molino, y en cuyos alrededores se encuentra el único tilo que existe en la localidad.
Lo primero que tenemos que hacer es ir dirección a la antigua Fábrica Azucarera y desviarnos a la derecha justo en frente de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, pasado el campo de fútbol. La vista de la fábrica y del magnífico edificio de las escuelas nos permite adivinar la importancia que tuvo la remolacha en la economía de Santa Eulalia.
Siguiendo el camino, saldremos del municipio, pasando de camino asfaltado a camino de tierra y llegaremos hasta un puente que atraviesa el río Jiloca. Desde el puente se ven compuertas y tajaderas que son la herramienta de manejo del agua para uso agrícola.
Cruzamos el puente y seguimos recto y a unos 100 metros el camino gira 90º hacia la derecha. Entramos de lleno en la zona de cultivos de vega. El camino, ahora, es una recta de casi un kilómetro, con una hilera de chopos casi continua junto a la vía que aportan sombra al atardecer. A ambos lados del camino podemos ver pequeñas parcelas de cultivo, principalmente cereal.
Al llegar a un antiguo transformador de alta tensión, popularmente conocido como el caseto de luz, giramos 90º a la izquierda. Volvemos a encontrarnos un camino recto, de unos 400 metros donde los chopos son sustituidos por membrillos, a ambos lados del camino. Al terminar la recta, haremos un par de curvas antes de llegar a la explanada donde se ubica el Refugio y Merendero de la Virgen del Molino, y junto a él la Ermita.
En este entorno el ambiente cambia completamente. El verde de la hierba y de las hojas de los árboles del Parque de la Virgen del Molino, contrasta con el pardo pálido de la fachada de la Ermita y del antiguo Molino Harinero, hoy casi totalmente en ruinas. Lo natural y lo rústico se funden en sintonía en uno de los lugares más emblemáticos del pueblo de Santa Eulalia.
El regreso podemos hacerlo por el camino que une la Ermita con la Carretera A-1511, dirección a Albarracín, bordeando la Acequia del Molino. La entrada al pueblo se realiza por una senda paalela a la carretera, pasando por el Vivero Central de Santa Eulalia, y que finaliza en la Ermita de San Antonio de Viana, más conocida en la zona como la Ermita de San Antón.
Por el pueblo
El conjunto arquitectónico de la localidad revela un histórico pasado. Numerosas son las Casonas que forman su casco urbano. En la actualidad, se conservan seis piedras armeras en otras tantas casonas.
Desde la Plaza del Ayuntamiento nos dirigimos a la calle Jacinto Sarrasí, en otros tiempos la calle de Ricos Hombres, nombre que nos indica quiénes fueron, en otros tiempos, los moradores de esta calle al hacer referencia a este título nobiliario aragonés. Casi al empezar la calle, nos encontramos con el primer escudo. Labrado éste, en la clave del arco de la puerta, se trata de un escudo redondo sobre cartela. En él vemos representado un haz de flechas apuntando hacia abajo. La puerta sobre la que está situado se trata de la puerta de entrada de carruajes de la Casa Palacio de la familia Fuertes de Gilbert.
Andamos dos pasos más y nos encontramos con la Casona de los Dolz del Castellar. La piedra armera es de alabastro blanco y está situada sobre el dintel de la puerta. Se trata de un escudo cuadrilongo de base apuntada. Se representa, de gules, castillo de oro, mantelado de azur con dos granadas de oro abiertas de gules y ambas manteladuras separadas por un árbol. Al timbre yelmo con cinco plumas y lambrequines. Está situado sobre una cartela compuesta por motivos vegetales.
Justo en frente se encuentra la Casa-Palacio de los Fuertes de Gilbert. Nos detendremos a contemplar el alero de madera de la fachada, de singular belleza y el escudo cuadrilongo situado sobre el dintel de la puerta de entrada. El escudo cuartelado se compone de una torre sumada de un águila bicéfala moviente, un águila posada coronada, un pelícano dando de comer a sus crías, acompañado de otro, y ambos surmontados de una flor de lis y un castillo sobre nubes que rodean a modo de orla a tres flores de lis. Como soportes tiene un león rampante a la diestra y otro a la siniestra.
Continuamos nuestro paseo por la Calle San Pascual, más conocida como el Barrio Verde hasta llegar a la Calle La Unión donde descubrimos la casa conocida como “Casa Grande”, construida en 1647, sus armas hacen pensar fuera propiedad de los Pérez de Liria. En el siglo XIX, pasaría a ser propiedad del Conde de Creixell, para servir, durante parte del siglo XX, de posada. Se trata de un escudo cuartelado. En el primer cuartel, se representan dos figuras triangulares con círculos en el centro, en el segundo, una flor de lis, en el tercero, dos cruces de San Andrés y, en el cuarto, tres fajas ondeadas.
Nos dirigimos hasta la Calle Virgen del Rosario en la que apreciamos la capilla de la Virgen del Rosario. Ya en la calle Isidoro de Antillón nos encontramos con la casa de los Soto de Lara. El escudo está labrado en piedra blanca. Se trata de un escudo cuadrilongo de base conopial, cuartelado, en el 1º y 4º cuartel, árbol tranzado, en el 2.º, tres fajas y en el 3.º cuatro fajas. Al timbre yelmo con lambrequines. Está situado sobre una cartela compuesta por motivos vegetales y arquitectónicos.
Tan sólo unos pocos pasos más y nos encontramos con la casa natal de Isidoro de Antillón y Marzo. El escudo se encuentra situado sobre el dintel de lo que, hoy, es la puerta posterior de la casa. Labrado en la misma piedra de color rojizo utilizada en la fachada.
Finalizaremos nuestro recorrido en la calle San Antonio, en la que volvemos a encontrarnos con una capilla en honor al santo.
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