Soto del Real, antigua villa Chozas de la Sierra, es un municipio español de la provincia y Comunidad de Madrid. Se sitúa en la cara sur de la sierra de Guadarrama, más concretamente en la zona de esta conocida como Cuerda Larga. El valle más próximo al municipio es la Hoya de San Blas. Se encuentra situada a 46 km por carretera de la ciudad de Madrid y a 11 km de Colmenar Viejo.
Su término municipal es pequeño: 42,17 km² y engloba desde el embalse de Santillana hasta la cima de La Najarra (2120 m) en la sierra pasando por el piedemonte.
Está situado en la zona norte de la Comunidad de Madrid, España, en el suroeste de Europa, en el centro de la península ibérica, al norte de la Submeseta Sur (división de la Meseta Central), en la cuenca del río Manzanares y entre los 890 y 2119 metros sobre el nivel del mar.
El término municipal tiene forma alargada de noroeste a sureste. Esta forma responde a que cuando se fueron segregando pueblos del Real de Manzanares, todos requerían un medio variado que incluyera desde terrenos aptos para la agricultura (en el llano) hasta pastos de verano y leñas (en la montaña). La mayor parte del término municipal está dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y, por lo tanto, protegido.
Limita con Manzanares el Real al oeste, Miraflores de la Sierra al este, Colmenar Viejo al sur y Rascafría al norte.
El término municipal engloba terrenos muy variados: cimas de la sierra, sus laderas, y la llamada fosa tectónica de Manzanares-Guadalix. El núcleo urbano está dentro de la fosa de la que engloba el piedemonte carpetano de esta zona y que divide el bloque tectónico de la sierra de Guadarrama, de las rampas y sierras premontanas, como son la rampa de Colmenar Viejo, el Cerro de San Pedro o el Cabeza Illescas. Esta zona de fosa es muy encharcable, y en el pasado fue un área donde las enfermedades infecciosas abundaron en cantidad y diezmaron a la población, a lo cual ayudaban el clima y los vientos aquí dominantes del norte y del oeste.
El núcleo urbano está atravesado por los arroyos Mediano, Chozas y Matarrubias que vierten en el embalse de Santillana, es decir, son afluentes del Manzanares.
Geológicamente se divide entre la sierra, donde predominan los gneises con afloramientos puntuales graníticos, y la fosa que está formada por un relleno sedimentario terciario. Además en la zona sur existe una banda caliza del Mesozoico, que conecta con las calizas del embalse de El Vellón.
De acuerdo a la clasificación climática de Köppen, el clima mediterráneo continentalizado de Soto del Real se clasifica como de tipo Csb (templado con verano seco y templado).
En el término municipal de Soto se puede observar una clara sucesión altitudinal de la vegetación.
En las zonas más deprimidas, que poseen unas condiciones de humedad edáfica muy altas, el fresno es el dominante, formando grandes dehesas que se aprovechan para el pasto. Estas dehesas de fresnos son ecosistemas sumamente ricos en fauna y flora. En algunos puntos el fresno se mezcla con quejigos, melojos y encinas.
En las dehesas y en el pueblo es muy fácil ver a las cigüeñas. La concentración de cigüeñas entre Soto y Manzanares es la mayor en Madrid. Esta ave se ha convertido en uno de los atractivos y símbolos de Soto. Las dehesas de fresnos forman el paisaje más identificativo de Soto del Real y son uno de sus principales recursos paisajísticos, culturales y naturales.
Cuando se sube en altura, dejando la fosa, los melojares aparecen desde aproximadamente los 1000 hasta los 1600 metros. El carboneo de principios y mediados del siglo XX dejó muchas de estas masas convertidas en tallares, masas jóvenes y muy densas. Por esta razón, buena parte de su zona potencial de distribución (sobre todo en su límite superior) fue repoblada por pinares. En el nivel del roble también se encuentran zonas de encina, de chopo temblón, de fresnos y de enebro, siendo estas últimas masas consideradas junto con otras iguales encontradas en el piedemonte carpetano como únicas en la Península.
El siguiente piso de vegetación es el del pinar, que va aproximadamente desde los 1600 hasta los 1900 metros, pero que ha visto aumentada su área de distribución mucho gracias a las repoblaciones de mediados de siglo XX. La especie autóctona de estos pinares y la más abundante es el pino silvestre, aunque también se encuentran pinos laricios y resineros. Es muy típica la estampa que forma en su asociación junto con el helecho.
Ya cercanas las zonas de cimas, con un clima más duro, el pinar ralea y se alternan algunos ejemplares suyos con un claro porte en bandera con el matorral de altura. Este está compuesto por el piorno serrano, el enebro rastrero y el brezo.
En la zona de cimas, la escasa protección del viento hace que incluso el matorral desaparezca y crezca un pastizal, que como especie más característica cuenta con la Festuca indigesta.
Soto del Real tiene 5 líneas de autobús, cuatro de ellas teniendo cabecera en el Intercambiador de Plaza de Castilla:
Los orígenes de Soto del Real se remontan a la época romana, de la que quedan únicamente un par de piedras grabadas, y en la que a lo mejor hubo algo de poblamiento.
De la época visigoda se encuentran restos de un antiguo poblado. Cuando se produjo la ocupación e influencia musulmana de la zona de Madrid por parte del islam, en primera instancia se asentaron en los antiguos poblados visigodos, como fue en el caso de este pueblo o de Colmenar Viejo.
El comienzo de un poblamiento más estable aquí es ya con la Reconquista. Sus primeros pobladores fueron pastores segovianos que se asentaron en este cruce de caminos.
La mayor parte de la información de esta época se tiene con el litigio entre los concejos de Segovia y de Madrid por las tierras situadas entre esta última y la Sierra. Este litigio comenzó en el siglo XII, los dos concejos se alternaron el apoyo del rey. Segovia colonizó mucho todas estas tierras, mientras que Madrid fue más pasiva. Ambos concejos consideraron que el otro se asentaba en sus territorios y reclamaron al rey. Segovia asentó algunos de sus territorios, pero se les obligó a retirar sus poblaciones de Colmenar y Manzanares. Al no retirarlas se las quemaron, suceso del cual puede venir el nombre de leyenda de Soto: Casas Quemadas. Los segovianos las volvieron a construir y los otros a quemar. El rey, para calmar los muy alborotados ánimos, ordenó que toda esta zona de Manzanares se dejase de poblar y que quedase bajo su mando (por eso lo de del Real) hasta que él se lo adjudicara a algunos de los dos concejos, concediéndoles a los dos los derechos de explotación de pastos, leña, etc. de la zona.
En el siglo XIII los concejos pierden fuerza en detrimento de los señoríos. Fernando IV cede las tierras del Real de Manzanares a Alfonso Fernández, hijo del Infante Fernando de la Cerda. Tiempo después pasó a manos de Doña Leonor de Guzmán (concubina de Alfonso XI). A su muerte volverá a manos de la Corona. El cambio de manos terminará cuando Juan I, en 1389, cedió su tenencia a Pedro Gómez de Mendoza, compensando con ello a la familia de los Mendoza por la pérdida de Torija. Aunque después pasó a ser propiedad de los Gómez de Toledo, para volver después a ser de los Mendoza, a los que perteneció hasta el siglo XIX. Juan II en 1436 la dona al Marqués de Santillana como señorío perpetuo (condado).
Su conformación como pueblo independiente y la obtención del título de Villazgo se encuentran el 31 de diciembre de 1568. Felipe II concede a Chozas de la Sierra la exención del Real de Manzanares con todos los atributos y signos de poder, "horca y cuchillo, picota, cárcel y cepo". Junto con la independencia del Real, el pueblo cambia su emplazamiento a uno menos malsano.
Ya en 1596, Chozas era uno de los puntos fundamentales del camino que unía las villas de Manzanares el Real y Guadalajara.
De los siglos XVII y XVIII solo se tienen los datos que proporcionan los censos de población. En esta época las tasas de natalidad y mortalidad son altísimas, con una estructura demográfica propia del antiguo régimen.
El diccionario de Pascual Madoz nos describe Chozas como un lugar insano, con 45 casas, una escuela y una iglesia. Tenía pocos cultivos y el principal era el centeno. Tenía muchos pastos y mucha ganadería lanar y bovina y con montes con caza menor.
Históricamente, aunque tenían cierta importancia la propiedad privada y de la Iglesia, lo más relevante era la propiedad comunal. Durante todo el siglo XIX, las desamortizaciones y arriendos cambiarán esta realidad. Además, la venta de terrenos, que legalmente no debían haberlo sido, dejaron a Soto con menos de la mitad de los terrenos comunales que le hubieran correspondido. En Soto se llegaron a vender vías pecuarias, aunque se recurrió contra ello. La gran perjudicada fue la ganadería, que se quedó sin pastos libres. Su economía sufrió.
Del pueblo no se tienen apenas datos de la primera parte del siglo XX. Después de la Guerra Civil, Soto tuvo un gran estancamiento y se empezó a recuperar en los 60 con el crecimiento urbanístico.
Antes de comenzar el crecimiento, la estructura urbana de Soto eran tres barrios casi unidos, todos de casas bajas blancas de un piso, la mayor parte sin agua y sin luz. No había aceras y las calles no estaban asfaltadas. El primer barrio se estructuraba en torno a la plaza del Arzobispo Morcillo, el segundo alrededor de la plaza del Ayuntamiento y el tercero se situaba por la zona donde se encuentra actualmente el Centro de Investigaciones Científicas de la Comunidad de Madrid. La población basaba su sustento en el sector primario, con muy poca importancia de los otros dos sectores.
En las últimas décadas ha tenido un impresionante desarrollo urbanístico que lo han llevado de tener 421 habitantes en 1960 a los cerca de 8.000 actuales. En 1960 el municipio de Chozas de la Sierra cambió su nombre por el actual, Soto del Real.
Este desarrollo urbanístico ha sido a base de urbanizaciones. Estas en su comienzo fueron colonias de casas bajas y trama cuadriculada. Después el modelo cambió a urbanizaciones masivas de chalets, que conforman el paisaje urbano mayoritario en este pueblo. La construcción de bloques de pisos ha sido minoritaria y en buena parte a costa de las antiguas casas del pueblo, de las que ya solo quedan unos pocos ejemplos.
En 1995 se construyó el Centro Penitenciario Madrid V o Prisión de Soto del Real. Su construcción causó cierta polémica entre los habitantes del pueblo.
En 1998 el centro del pueblo se remodeló, creando un nuevo ayuntamiento y una nueva plaza del pueblo completamente peatonal. También se inauguró el polideportivo municipal.
En los últimos años se ha construido el viaducto del Arroyo del Valle, parte de la línea Madrid-Valladolid del AVE.
La denominación actual data de 1959, momento en el que el Ayuntamiento de la época propone un cambio de nombre a la delegación de gobierno, ya que consideraba antiestético y malsonante el nombre de Chozas de la Sierra. Uno de los promotores del cambio fue el procurador de las Cortes franquistas, el arzobispo Morcillo, natural de la villa.
Las opciones que se plantearon en su día fueron tres: Soto del Real, Alameda de la Sierra o mantener el nombre histórico. El primer término (el nombre actual), Soto, hace referencia a los numerosos árboles y sotos que rodean al pueblo, y el segundo, del Real, alude al Real de Manzanares, al que perteneció. El segundo se refiere a las amplias alamedas que había en el pueblo, siendo que en esta zona los olmos reciben el nombre de álamos. Estas olmedas se perdieron casi por completo a causa de la grafiosis. Los dos nombres que ha tenido el pueblo se reflejan en el escudo de armas actual.
En el momento de su constitución como villa independiente se dice que Chozas tiene entre 80 y 90 vecinos (con huérfanos y viudas). Hay que aclarar que en este y otros recuentos de población posteriores, el término vecino suele hacer referencia a cabezas de familia, el resto de población no se menciona, a excepción de las viudas. Para calcular la población total se suele otorgar al vecino un valor cercano a 4 personas, por lo que en este caso la población rondaría las 300-350 personas.
Después en las Relaciones Topográficas de Felipe II se dirá que tiene 92 pecheros (equivalente a vecino) y 368 personas.
En 1713 tenía 70 personas, según el vecindario de Campoflorido.
En el Catastro de Ensenada (1749-1756) Chozas tiene 40 vecinos.
En 1768, según el censo del Conde de Aranda vivían en Chozas 244 personas y había 52 viviendas, lo cual cuadra poco con un crecimiento tan alto y hace dudar del resultado del vecindario.
En el censo de Floridablanca (1785-1787) tiene 216 habitantes.
En dos censos en 1827 y 1848 (Pascual Madoz) tiene 213 y 168 habitantes, respectivamente. Esto muestra un fuerte descenso demográfico y que en varios siglos no se alcanzan los niveles del siglo XVI.
El pueblo creció y en 1889 tenía 100 casas, pobres, de un solo piso, sin alineación y las calles sin nombre.
En 1910 tiene 320 habitantes.
En el año 2008, los datos del INE señalaban una población de 8.188 habitantes, lo que supondría una densidad de población de 194,17 habitantes por km².
En el año 2014 la cifra subió hasta 8.482 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística. El censo de población en 2013 subió 8.519 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística (España).
Según los datos proporcionados por el INE, en 2019 el municipio contaba con una población de 8.799 habitantes, siendo su densidad de 208,65 habitantes por km².
En Soto del Real hay cuatro guarderías (una pública y tres privadas), dos colegios públicos de educación infantil y primaria, un instituto de educación secundaria. Soto del Real dispone de un instituto público que provee de secundaria y bachiller y un colegio concertado católico, que dispone de infantil, primaria, secundaria, bachiller y formación profesional de grado medio y superior. Asimismo dispone de una prisión para reeducar y reinsertar, siendo una de las prisiones mejor equipadas. Cuenta con modernas instalaciones, deportivas (una piscina, dos pistas de squash, canchas de balonmano, baloncesto y futbolito, gimnasios...) y culturales (talleres y centros educativos).
Las principales fiestas del pueblo se celebran el primer fin de semana de agosto, en honor de la Virgen del Rosario. Desde el 1 de agosto hasta el 9 de agosto, final de las fiestas, se instala en el parque del pueblo una feria. El 15 de agosto se sube a la Virgen a la ermita, y en su explanada se prepara una caldereta con patatas.
El 7 de octubre es el día de la patrona.
También se ha recuperado desde hace poco la fiesta de la Maya, que se celebra el 3 de mayo, aunque ésta es más típica de Colmenar Viejo.
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