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Sultanato de Sennar



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El sultanato de Sennar o Sinnar (en árabe, السلطنة الزرقاءAs-Saltana az-Zarqa 'el sultanato azul') fue un reino norteafricano musulmán ubicado al norte del actual territorio de Sudán, entre los años 1504 y 1821, cuya capital era la ciudad de Sennar. Al estar formado por la etnia funj, y no ser de origen árabe, fue conocido como el «sultanato negro».[1]

En el siglo XV la parte de Nubia anteriormente controladas por los reinos de Makuria y de Aloa, fue el hogar de numerosos estados pequeños, enfrentados a frecuentes incursiones de las tribus nómadas del desierto. La zona fue unificada provisionalente por Abdallah Jamma quien procedía de las regiones orientales que habían crecido gracias al comercio en el Mar Rojo, inaugurando un imperio de corta duración en la zona. A comienzos del siglo XVI, al mando de Amara Dungas los Funj llegaron desde el sur, derrotando a Abdallah. Luego de lo cual, instalan su reino en Sennar.

Originalmente el pueblo Funj había practicado una mezcla religiosa de animismo y cristianismo. El islam también tuvo una importante influencia en las creencias de los funj, y en 1523 el reino de Sennar oficialmente se convierte al islam, aunque muchos elementos de las anteriores creencias continuaron sincreticamente presentes en la población.

El sultanato de Sennar se expandió rápidamente a expensas de los estados vecinos. Su poder se extendió sobre Gezira, Butana, Bayuda, y el sur de Kordofán. Esta expansión provocó tensiones con sus vecinos, Etiopía por el sureste, y el Imperio otomano por el norte, el cual reforzó sus posiciones, consolidando su dominio sobre el norte de Nubia. Frontera que se mantuvo hasta 1821.

Las relaciones del sultanato con Etiopía eran particularmente tensas, pues ambos países competían por el control sobre las tierras bajas ubicadas entre sus dos estados. Finalmente, en torno al 1633 los etíopes trasladaron su capital a Gondar, garantizado su influencia en estas áreas. Los conflictos con los Shilluk continuaron en el sur, pero más tarde ambos se vieron obligados a establecer una difícil alianza, para luchar contra el creciente poderío de los Dinka. Bajo el mandato del sultán Badi II, Sennar derrotó al reino de Tegali emplazado al y convirtió a su gobernante en su vasallo.

A fines del siglo XVI se produce una revuelta encabezada por Ajib el grande, quien logra manejar a los sultanes de Sennar, en primer lugar convirtiéndolos en sus vasallos y, apoderándose luego de casi la totalidad del reino en 1606. La monarquía Sennar se reagrupa bajo Adlan I, derrotando a Ajib en un par de batallas decisivas. Finalmente se alcanzó un acuerdo entre las partes, gracias al cual Ajib y sus sucesores controlarían la provincia de Dongola con una gran autonomía.

En 1762 el sultán Badi IV fue derrocado en un golpe encabezado por Abu Likayik, de la zona roja de Hamaj al noreste del país. Abu Likayik instaló a otro miembro de la familia real (Nasir) como sultán títere, gobernando como regente hasta 1769. Este hecho inició un largo conflicto entre los sultanes funj, que trataban de reafirmar su independencia y autoridad, y los regentes de Hamaj que intentan mantener el control del verdadero poder del Estado.

Estas divisiones internas debilitaron enormemente el sultanato y hacía fines del siglo XVIII Mek Adlan II, hijo de Mek Taifara, tomó el poder en un período de creciente presencia turca en el reino Funj. La influencia turca se consolidó cuando, Tahir Al-Agha, casado con la hija de Mek Adlan II, ascendió al poder. Esto allanó el camino para la asimilación del sultanato de Sennar en el Imperio otomano.

En 1821, el general Ismail Kamil, hijo de Mehmet Alí gobernador del Egipto otomano, invadió Sennar sin encontrar resistencia por parte del último sultán, siendo absordido el reino como parte del Egipto otomano. La región fue posteriormente absorbida por el condominio anglo-egipcio de Sudán y la república independiente de Sudán desde 1956.

El poderío de los ejércitos de Sennar se basaba en la caballería pesada. La cual se componía por jinetes procedentes de la nobleza, armados con largas cimitarras, que llegaban a la altura de los estribos, utilizadas al no permitirse el uso de lanzas. Estos jinetes estaban armados para su defensa con una cota de malla, mientras que los caballos estaban cubiertos con un grueso edredón y una protección de cobre para la cabeza.

La mayor parte se las tropas de infantería estaba compuesta por esclavos, quienes también portaban cimitarras y una armadura ligera. Esta fuerza permanente de infantería, tenía la misión de resguardar los castillos y fortalezas en todo el sultanato.

La existencia de un ejército permanente permitía el control efectivo del territorio de Sennar, a cargo de un ejército relativamente pequeño, pero muy eficaz en contra de sus rivales menos organizados.

El sultanato alcanzó su período de apogeo a finales del siglo XVI, sin embargo en el siglo XVII su poder empezó a decrecer. La riqueza y el poder de los sultanes se basaba en el control de la economía local, la cual dependía de las rutas de comercio. Todas las caravanas que atravesaban el desierto con dirección al mar Rojo estaban controladas por el sultán, tal como el suministro de oro que funciona como la principal moneda del estado.

Hacía el siglo XVII la introducción de monedas extranjeras, ampliamente utilizada por los comerciantes, comenzaron a erosionar el poder del sultán de y su control de la economía.

La sociedad de Sennar estaba dividida de acuerdo a criterios geográficos y étnicos, en seis grupos a cada uno los cuales se les asignaba un color distintivo, el azul, el verde, el amarillo, el rojo, y el verde mezclado con amarillo; el sexto grupo estaba compuesto por los esclavos que fueron traídos desde más al sur. La capital del sultanato, Sennar, era una ciudad próspera gracias el comercio, en su período de mayor esplendor acogió a representantes de todo el Oriente Medio y parte de África.

En sus primeras décadas la sociedad Sennar se caracterizaba por una fuerte división entre los herederos del antiguo reino de Alodia y el resto de la población Sennar de origen funj. Los alodianos adoptaron como símbolo el "manto" del derrotado Abdallah Jamma, llegando a ser conocidos como Abdallah.

El comercio floreciente en Sennar había creado una clase adinerada, educada y alfabetizada de comerciantes, quienes se interesan en leer y conocer el islam, manifestando su preocupación por la falta de ortodoxia religiosa en el reino. Tal como el árabe se había convertido en la lengua del reino, el islam se había declarado como la religión oficial del sultanato, en 1523. La monarquía de Sennar durante mucho tiempo había sido considerada como semi-divina, en concordancia con las antiguas tradiciones animistas, pero esta idea entraba en contradicción con el islam. Paralelamente, muchos festivales y rituales anteriores, caracterizados por el consumo masivo de alcohol, substieron por un tiempo en la sociedad Sennar. Sin embargo, dada la presión religiosa, estas tradiciones fueron abandonadas con el paso de los años.



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