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Úmar



Umar ibn al-Jattab (en árabe, عمر بن الخطابˁUmar bin al-Jaṭṭāb) o simplemente Umar u Omar fue el segundo de los llamados «califas ortodoxos», la primera serie de gobernantes que tuvo el imperio islámico a la muerte del profeta Mahoma y antes del establecimiento del Califato Omeya. Umar sucedió a Abu Bakr y gobernó entre 634 y 644.

Según la versión islámica, nació en La Meca, en el clan Banu Adi, responsable del arbitraje entre las tribus,[1]​ hacia el 581. Combatió en un primer momento contra Mahoma y los fieles de la nueva religión, pero más tarde, en el año 615, se convirtió al islam, en una reversión que es valorada y dramatizada en la tradición. Umar llegó a ser uno de los compañeros y lugartenientes más fieles del profeta. Al igual que Abu Bakr, con quien también estaba estrechamente vinculado, era suegro de Mahoma, ya que este se casó con su hija Hafsa.[2]​ Debido a su fuerte personalidad, un tema frecuentemente comentado en las fuentes, ganó una influenccia considerable. A la muerte del Profeta en 632, ayudó a Abu Bakr a ser elegido como sucesor, y a su vez Abu Bark lo designó como su sucesor dos años después.[3]

Una vez elegido califa, Umar puso al nuevo estado en una base más firme. Los amigos del profeta insistieron en asignarle el nuevo título de Príncipe de los Creyentes (amir al-muminin) ya que se les hacía difícil pronunciar sucesor del sucesor del Profeta (califa del califa del Profeta). Umar continuó la campaña militar iniciada por Abu Bakr para expandir el califato fuera de Arabia, enfrentándose contra el Imperio Bizantino y contra el Imperio Sasánida de Persia. Bajo su gobierno, Siria (636), Irak (637), Egipto (639-642) e Irán occidental (641-643) quedaron todos bajo control musulmán,[3]​ una transformación que alteró inmensamente la naturaleza del estado. Se lanzó a la conquista del Mediterráneo oriental, sentando las bases del imperio islámico que sus sucesores extenderían. Venció primero al Emperador bizantino Heraclio, que había organizado un ejército para recuperar Siria, en la batalla de Yarmuk (636). La derrota fue tal que Constantinopla no pudo reconstruir un ejército que impidiese la conquista de la provincia de Palestina en el año 638, ni posteriormente la provincia de Egipto en 642. Ómar se volvió entonces contra el Imperio Sasánida, gobernado por Yazdgerd III, que preparaba ese mismo año una enorme ofensiva para recuperar el territorio de Irak, en un acontecimiento que se conoce como la batalla de Nihavand o Nahavand (642). La derrota de los persas fue total. Perseguido por los ejércitos árabes, el rey Yazdgerd inició su huida hacia la región de la India, lo que permitió la invasión y conquista de todo el Imperio.

En todos los territorios conquistados mantuvo las estructuras administrativas existentes y no intentó acabar con las creencias religiosas de sus habitantes, entre otras cosas porque puso a los no musulmanes bajo el estatuto de dimmíes o "protegidos", lo que les obligaba a pagar un impuesto específico que proporcionaba importantes ingresos al Estado islámico, por otro lado, los musulmanes tenían que pagar la zakat que es un impuesto más alto ya que se trata de un porcentaje según la riqueza, al mismo tiempo es un acto de adoración. Sus tropas eran mantenidas en un cierto aislamiento de la población en los lugares conquistados y las pagaba con el botín obtenido.

A nivel interno, organizó el estado sobre un territorio mucho más grande, fundó nuevas ciudades y distribuyó oficios más ampliamente entre las numerosas tribus árabes, alejándose de esta manera del favoritismo que Abu Bakr había mostrado hacia los Quraysh.[3]

Ómar fue el primer califa que ostentó el título de Príncipe de los creyentes (أمير المؤمنين amīr al-mu'minīn). (Según los musulmanes) Instituyó la era de la Hégira, por la que se rige el calendario islámico, con inicio el 16 de julio del año 622. También mandó construir la famosa Cúpula de la Roca en Jerusalén, alrededor de la roca desde la que, según la tradición, Mahoma ascendió al cielo.

Umar murió asesinado el 3 de noviembre de 644[4]​ en la mezquita de Medina (capital del Estado) durante la oración de la mañana por un esclavo persa llamado Piruz Nahavandi (conocido también como Abu Lulu). Los motivos del asesinato no son claros. Una posible explicación fue que ocurrió en respuesta a la conquista musulmana de Persia. El asesinato fue planeado meses antes. En octubre de 644 Umar emprendió un Hach a La Meca, durante el cual los asesinos declararon la muerte inminente de Umar ese año y la multitud inmensa de la congregación fue usada por los conspiradores para ocultarse. Durante uno de los rituales del Hach, el Ramy al-Yamarat (la lapidación del diablo), alguien le lanzó una piedra a Umar que le hirió la cabeza, y una voz se escuchó diciendo que Umar no habría de asistir al Hach nunca más.[5]

El esclavo persa Piruz Nahavandi (conocido también com Abu Lulu) le llevó a Umar una queja por el alto impuesto que le exigía su amo Mughirah. Umar le escribió a Mughirah preguntando por el impuesto y, aunque la respuesta de Mughirah fue satisfactoria, Umar consideró que el impuesto a Abu Lulu era razonable, debido a sus ingresos diarios. Se dice que Umar le preguntó a Abu Luluː "He escuchado que haces molinos de viento. Haz uno para mí también." De ánimo huraño, Piruz le dijo, "En verdad haré un molino así para ti, uno que recordará el mundo entero."[6]

Fue Piruz a quien se le asignó la misión de asesinar a Umar. De acuerdo con el plan, antes de las oraciones del Faŷr (las oraciones matutinas antes del amanecer) Piruz entraría a Al-Masŷid al-Nabawi, la mezquita principal de Medina donde Umar dirigía las oraciones y lo atacaría durante éstas, para luego escapar o mezclarse con la congregación en la mezquita. El 31 de octubre de 644, Piruz atacó a Umar mientras dirigía las oraciones matutinas, apuñalándole seis veces en el estómago y finalmente en el ombligo, herida que sería letal. Mientras Umar se desangraba, Piruz intentó escapar pero gente de todos los costados se lanzó en su captura. Se reportó que en sus esfuerzos por escapar hirió a otras doce personas, seis o nueve de las cuales murieron después, antes de cometer suicidio con su propio cuchillo. Umar murió tres días después, el miércoles 3 de noviembre de 644 (26 de Dhū ul-Ḥiŷŷa de 23 AH). Como había solicitado, fue sepultado junto a la mezquita de Al-Masŷid al-Nabawi, junto a Mahoma y al califa Abu Bakr, con permiso de Aisha.[5]

Como sucesor de Umar fue elegido Uthmán ibn Affán.




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