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Administración Arias Sánchez



Las administraciones no consecutivas de Óscar Arias Sánchez fueron dos gobiernos constitucionales de Costa Rica: en el período 1986-1990 y en el período 2006-2010.

Arias aplicó medidas económicas destinadas a bajar la deuda externa del país. Sin embargo, sus esfuerzos también iban encaminados a encontrar la paz en América Central, que estaba siendo golpeada por las guerrillas en ese entonces, y la inestabilidad política que causaban en toda la región los roces entre Estados Unidos y el Gobierno Sandinista de Nicaragua, quienes en ese entonces tenían el apoyo de la Unión Soviética, como parte de la Guerra Fría que vivían esos dos países. Tal intervención incrementó el rigor de una guerra civil que ya había cobrado más de 100 mil vidas en Guatemala, y agravó la inestabilidad política en El Salvador, al mismo tiempo que creó fuertes tensiones fronterizas entre Nicaragua y sus países vecinos, Honduras y Costa Rica.

Arias, convocó a los presidentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua con el fin de llevar adelante el proceso de pacificación, iniciado por el Grupo de Contadora, proceso que había quedado paralizado debido al conflicto civil en Panamá y a las tensiones entre Estados Unidos y Nicaragua, antes mencionadas.

Dicho proceso vio luz en Guatemala con la firma del denominado Plan Arias para la Paz el 7 de agosto de 1987, acuerdo que también se le conoce como el Acuerdo de Esquipulas. Sus esfuerzos pacificadores fueron reconocidos internacionalmente cuando le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz ese año, y posteriormente, en 1988, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.[1]

Costa Rica mantuvo la ventaja en la región de ser un país con una economía sana y un alto nivel de vida en la que el Producto Interno Bruto experimentó como promedio un incremento del 5% anual, a lo que se agrega una reducción de la tasa de desempleo la cual llegó a un 3.4%, para ser la más baja del hemisferio.[cita requerida]

Este desarrollo económico tuvo como balance, el desarrollo de un fuerte programa de bienestar social que incluía, entre otras cosas, proveer vivienda a los menos favorecidos de la sociedad.[cita requerida]

La aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos fue otro punto de polémica durante su segunda administración.

Negociado y suscrito por su antecesor Dr. Abel Pacheco, El Gobierno Pacheco concluyó sin haber enviado el DR-CAFTA a su ratificación al Poder Legislativo. En la campaña electoral el tratado fue tema constante de discusión, diciendo claramente Arias Sánchez que estaba a favor del mismo. El estrecho margen por el que fue elegido presagiaba la aguda división que generaría el DR-CAFTA.

A pesar de contar con los votos para obtener la aprobación legislativa, las continuas tácticas dilatorias de los partidos opositores amenazaban con volver imposible la ratificación a tiempo del tratado. .

Durante este período, Oscar Arias estuvo también envuelto en la polémica, debido al Memorándum del miedo, documento redactado por Kevin Casas Zamora y por el primo hermano de Oscar Arias, Fernando Sánchez. En este memorandum dirigido a Oscar Arias, se detallan acciones que se debían poner en marcha para lograr el gane del Sí al TLC, acciones que reñían con la legalidad y definitivamente con la ética de la función pública, como por ejemplo presionar a los alcaldes para que ejercieran presión en sus cantones (o sino se les castigaría con el presupuesto), gestionar un receso legislativo y promover visitas de gestores legislativos a los pueblos para promover el TLC, usando así recursos públicos para hacer proseletismo político.[2]​ Oscar Arias fue fuertemente criticado por no tomar ninguna acción en contra de este plan. Por el contrario, fue criticado por poner en marcha algunas de esas tácticas en una entrevista hecha por la periodista Pilar Cisneros.[3]

Eventualmente la idea del referéndum ganó adeptos, para los opositores impedía que la mayoría legislativa se impusiera, para quienes lo apoyaban imponía una resolución, y para la gran mayoría de los costarricenses simplemente resolvía el dilema con el voto lo que disminuía el riesgo de la violencia.

Un disputado proceso lleno de acusaciones de un lado y de otro, culminaron en una masiva participación popular el día del referéndum.

Finalmente el DR-CAFTA se aprobó en el referendo del 7 de octubre de 2007, con un cerrado margen de 51% a favor y 48% en contra.[4][5][6][7]

Óscar Arias Sánchez es considerado por sectores del país como el introductor, en su periodo de 1986 – 1990, del neoliberalismo, política que consideran que no solo no dio los resultados prometidos en ese momento, sino que deterioró las condiciones de vida de un sector importante de la población, y al amparo de estas políticas de apertura y privatización se dieron concesiones al sector privado desfavorables para el país.



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